Publireportaje de la DPH: La Cartuja de las Fuentes


Por Max Calor
Fotografías: Pablo Otín

    Amanecía el siglo XVI cuando los Condes de Sástago fundaban la primera de las Cartujas erigidas en el Reino de Aragón. Como lugar de emplazamiento, los condes escogieron una antigua ermita dedicada a la Virgen de las Fuentes, en la que se hallaban los restos de un hijo fallecido.

   Corría el año de 1507 en los Monegros, muy cerca de la actual Sariñena, y la esterilidad de la tierra y a la aridez del clima obligaron a sus moradores a abandonar este primer asentamiento, para instalarse en las proximidades de Zaragoza.

    Años más tarde, en 1589, la Orden Cartuja tuvo que regresar al monasterio para poder recibir una herencia que estaba ligada a la fundación. Estos recursos económicos permitieron emprender la construcción de un nuevo conjunto monástico situado en un llano cercano al antiguo establecimiento. Las obras de la nueva cartuja se prolongaron durante buena parte del siglo XVIII, siendo la etapa de mayor actividad constructiva la que va entre los años de 1745 y 1777.

   Ya entrado el siglo XIX, la Cartuja padeció el azote de la Guerra de la Independencia y, poco después, los decretos desamortizadores de Juan Álvarez de Mendizábal pusieron término definitivo a la vida monástica. A partir de ese momento, los usos indebidos, el abandono y, en definitiva, la desconsideración de su valor histórico y riqueza artística ocasionaron graves daños al monumento, deterioro que ha continuado hasta que la Diputación Provincial de Huesca, en junio de 2015, lo adquirió con el fin de recuperarlo para uso y disfrute de todos los ciudadanos.

ADQUISICIÓN Y RECUPERACIÓN

     En el año 2002, el Gobierno de Aragón otorga la distinción de Bien de Interés Cultural a la Cartuja de Nuestra Señora de las Fuentes. Sin embargo, no es hasta finales de 2015 cuando, ya como propiedad de la Diputación, comienzan las obras de recuperación.

   En total, la DPH ha consignado un presupuesto de más de 1,2 millones de euros para rescatar y sacar del olvido este importante patrimonio de la provincia altaoragonesa. A su adquisición se destinaron 262.000 euros y los primeros trabajos -los de mayor urgencia y que culminaron pasado este último verano con una inversión de doscientos mil euros- han estado centrados en la sustitución de cerca de la mitad de las cubiertas -más de 800 metros cuadrados- de cara a frenar las filtraciones de agua y para lo que ha sido necesario retejar y consolidar los techos de la nave principal y las capillas, además de los dos cimborrios.

   Asimismo se ha intervenido sobre el cimborrio del crucero, el transepto y cabecera de la iglesia, la nave del coro -en la capilla del Santísimo- así como en las laterales. De forma simultánea se han efectuado las obras de recuperación del chapitel de la torre de la iglesia, por el peligro que presentaba para la integridad del conjunto edificado y para la seguridad de las personas en sus inmediaciones. Finalmente hay que añadir los primeros trabajos de mejora en los accesos, limpieza, desbroce, reparación de puertas y la traída de agua y conexión eléctrica.

   Gracias a esta primera fase de actuación es posible, en la actualidad, disfrutar la sobria y austera arquitectura cartuja que, sin embargo, esconde ricos lugares como la Iglesia, la sacristía, el claustrillo, las capillas o la fachada.

 

RICOS MURALES TRAS UNA ARQUITECTURA SOBRIA

    La segunda fase sobre la que trabaja –lo está haciendo en la actualidad- la Diputación Provincial de Huesca responde a la necesidad de recuperar los elementos clasicistas del barroco tardío y, sobre todo, la profusa decoración mural llevada a cabo entre 1770 y 1780 por el artista cartujo zaragozano fray Manuel Bayeu, a la sazón cuñado de nuestro inmortal Goya.

   En total, 238.000 euros para continuar con la rehabilitación en 1.300 metros cuadrados. Concretamente los que afectan a espacios con pinturas y que se encuentran en peor estado. Se está actuando en las galerías norte y oeste, en las capillas y paso o galería del claustrillo, en la sala capitular y aledaños norte y sur, en el priorato y anejo sur y en el ático del prior. El trabajo, como ya ha ocurrido en la primera fase, es muy manual. Así, se desmontarán a mano las cubiertas -de teja árabe- para reponer la estructura. La idea con la que se trabaja es recuperar el 75% para recolocarlas, tras su limpieza, con aporte de cerámica similar a la actual.

   El buen trabajo efectuado en esta fase –que se encuentra a punto de finalizar- ha evitado la pérdida de más de 250 composiciones de pintura al fresco, aplicada en brillantes colores, que cubren virtualmente todos los paramentos, bóvedas y cúpulas de la iglesia, las capillas, el claustro menor, la sacristía y la sala capitular. Estos frescos retratan –según la idea de Fray Manuel Bayeu- episodios evangélicos de Jesús y María, santos, apóstoles, dogmas y misterios de la fe, y diversas alegorías de virtudes morales y religiosas.

SE INICIARÁ EN BREVE LA RECUPERACIÓN DE LA FACHADA

    Tras la actuación urgente, basada en la rehabilitación del chapitel y la cubierta, con el fin de frenar cuanto antes el deterioro de las pinturas de Bayeu, comenzará una tercera fase, que se desarrollará nada más finalizar laque ahora está en curso, y que finalizaría con las actuaciones en las cubiertas, también influenciadas por el estado actual que presentan los muros de fachada, remates y coronación de muros.

  Los trabajos se localizarán en el atrio, galería noreste, sacristía archivo, galería central y su patio anexo, las galerías del claustro y el patio exterior, así como el cobertizo.

   Se actuará también en los vanos de iluminación conformados con piezas de alabastro y se efectuará la limpieza de zonas afectadas por hundimientos en la zona del claustro y patios interiores. El presupuesto base de licitación de esta tercera fase es de 340.000 euros.

 

DPH. DEL PASADO PARA EL FUTURO

    Guerras, desamortización, inclemencias climatológicas y despoblación han arañado unos muros, sencillos en la mayor parte de las dependencias, pero que guardaban una Iglesia, una sacristía y un claustro dignos del barroco más moderado y clasicista. Dejar que cinco nuevos siglos cabalguen sobre su dolida silueta sepultaría definitivamente una página de nuestra historia y nos alejaría, un poco más, de lo que un día fuimos.

    No es cuestión de marcar diferencias entre palacios barrocos o austeros monasterios, no importa la riqueza o la falta de riqueza que guarde nuestra historia, pues todo sirve para hablarnos de lo que aconteció en el pasado y sirve, además, para contar con una nueva figura que ancle población en una provincia que se vacía por falta de recursos…

    Además de un nuevo punto de sujeción al que pueden asirse los habitantes de esta zona de los Monegros, la Diputación Provincial quiso que las reivindicaciones que se venían realizando, y que alertaban del mal estado del monasterio, no cayeran en saco roto. No se podía admitir que un Bien de Interés Cultural, referente del patrimonio altoaragonés como es la Cartuja de las Fuentes, se perdiera y cayera en el abandono por la inacción y desinterés de las Administraciones.

    Estas fueron las razones que llevaron a la Diputación Provincial de Huesca a firmar, en acto público el 2 de junio de 2015, la adquisición de la Cartuja de las Fuentes.

 

VISITAR LA CARTUJA DE LAS FUENTES

    Con la intención de que los ciudadanos puedan conocer un aspecto más de la historia de Huesca la Diputación Provincial organiza visitas guiadas para conocer tanto la Cartuja de las Fuentes como la evolución de las obras de recuperación que se están llevando a cabo. En fines de semana, con carácter gratuito, sin necesidad de reserva previa y entre las 9 y las 14 horas, existe la posibilidad de  conocer de primera mano el valor histórico y arquitectónico del monasterio, además de apreciar los murales que visten paredes y techos de la iglesia conventual, del claustro de capillas o de otras dependencias.

    Para visitas por grupos en otras fechas y servicios adicionales de transporte, se puede obtener más información en la empresa Sueña Monegros (678 436 297), encargada en la actualidad de coordinar el programa de visitas.

    Estas visitas recorren el monasterio de la mano de las explicaciones de un profesor de historia, una guía y una auxiliar, a lo que hay que sumar las curiosidades que narra Alberto Lasheras. Además de facilitar información a los turistas sobre el valor artístico, histórico y arquitectónico del monasterio, ofrecen también información sobre las vicisitudes que han afectado a la Cartuja desde que se creó como la primera fundación cartujana establecida en Aragón en febrero de 1507, y las actuaciones urgentes que en estos momentos se están realizando por parte de la DPH.

    La Diputación de Huesca adquirió este conjunto, que permanecía en manos privadas desde la desamortización de Mendizábal, con el objetivo de evitar un mayor deterioro de esta importante figura del patrimonio altoaragonés. Recuperar la Cartuja ha sido una reivindicación de Los Monegros desde hace más de dos décadas, ya que en el año 2013 el monasterio fue incluido por Hispanita Nostra en la lista roja de patrimonio que recoge aquellos elementos sometidos a riesgo de desaparición.

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