Cine etnográfico en Boltaña / Por Don Quiterio


Por Don Quiterio

      Durante nueve días, del veinte al veintiocho de abril, el festival internacional de documentales etnográficos de Sobrarbe, Espiello, ha dado a conocer, en el palacio de congresos de Boltaña, las últimas producciones rodadas en más de una docena de países de África, América y Europa, una muestra especializada en este género que goza de gran prestigio dentro y fuera de nuestras fronteras.

 

    Autores como Ignacio Pardinilla, Laura Piastrellini, Eva Abad, Irene Abad, Eterio Ortega, Isabel Rueda, Domingo Moreno, David Muñoz, Marcelo Bukin, Enric Bach, Adrià Monés, Raúl de la Fuente, José Luis Blasco, Ramón Día, Luis Miguel López Soriano, Ignasi Rodríguez Battle, Irina Linke, Amado Villafaña, Gustavo Ron, Luis Bruzón, Luis Arellano, Jerónimo García, Lea Furrer, Octavi Royo, Gaizka Aranguren, Francisco Manso, Lidia Peralta, Marina Seresesky o, entre otros, Jaime Santos han ofrecido sus trabajos, realizados entre 2010 y 2012, de España y Argentina, de Alemania y Nicaragua, de Colombia y Congo, de Camerún y Guatemala, de Uganda y Suiza, de Kenya y Portugal…

   Cantidad, calidad e intensidad para unos documentos de interés social y antropológico sobre las mujeres presas del franquismo, las aldeas, el vino, el desierto, los orígenes de ciertas barriadas, las leyendas, el baile del gallo, las tradiciones religiosas, la montaña, el torero de Los Andes, las memorias de una independencia, los guardianes del tiempo… Unos documentales mezclados con películas de ficción, que también tienen mucho de investigación en el campo de la etnografía, para un festival que cumple su décimo aniversario y en el que el cineasta oscense Carlos Saura ha recibido un homenaje con el que se reconoce sus inicios en el mundo del cine a través del documental y su aportación a este género en los últimos tiempos creando una especie de nuevo género que une lo etnográfico a lo musical con títulos como “Sevillanas” (1992) o “Flamenco” (1995). Al mismo tiempo, esta cita del Sobrarbe con el cine etnográfico ha mostrado una retrospectiva del realizador Miguel Vidal Cantos, pionero en el cine de montaña en Aragón, del que Jesús Bosque hace un recorrido por su vida y su obra en el documental “Tercero de cuerda” (2001).

    Nacido en Valencia en 1919, Miguel Vidal pasa toda su infancia en Sallent de Gállego y cuando comienza sus estudios superiores se traslada a Zaragoza, ciudad en la que se afinca. Influido por los filmes de Luis Trenker (actor y director alemán descubierto por Arnold Fanc y colaborador de Karl Hartl y Curtis Bernhardt en “Montaña en llamas” y “Por la libertad”, respectivamente), casi toda la filmografía de Vidal está dedicada a la montaña en sus diversos aspectos deportivos (escalada, nieve, marchas) y destaca por el aprovechamiento de los aspectos humanos que se desprenden de la convivencia del deportista, de su lucha con la naturaleza, de su significación. Un cine, en fin, que se convierte en un documento preciso y precioso sobre momentos y circunstancias que solo pueden verse o vivirse en las grandes alturas y en los rincones más difíciles de un mallo, de un barranco, de una pared… Aunque pocas veces se ha salido de los temas de montaña, Vidal también rueda unas regatas en el Ebro o algún recorrido entre histórico y turístico de Ainsa y alrededores, con imágenes, por ejemplo, de ‘La Morisma’ nada más ser recuperada. Se inicia en la realización en 1953 con “El Pilar en el Moncayo” y a partir de entonces todos sus cortometrajes los realiza en pequeño formato, primero en 8 milímetros y luego en súper-8: “Marcha por la montaña” (1953), “Vírgen del Mallo” (1954), “Aneto” (1954), “Una estrella en la escalada” (1955), “Montaña blanca” (1956), “Fe y deporte” (1957), “Escalada” (1958), “La montaña, escuela de virtudes” (1959), “Rutas del Ebro” (1960), “Cuatro horas motonáuticas” (1960), “Valor y deporte” (1961), “Alta ruta pirenaica” (1961), “La vía soñada” (1961), “Invernal en alta montaña” (1961), “Aragón, cumbres nevadas” (1962), “Horizontes pirenaicos” (1963), “Siempre unidos” (1964), “Las peñas de Riglos” (1973), “Zaragoza y su montaña” (1974), “Montañeros en Ribagorza” (1974), “Recordando a un montañero” (1974), “Sobrarbe legendario” (1974), “Monte Perdido” (1974), “Expedición Aneto” (1975), “Montaña” (1976), “Pueblo de Riglos” (1977)…

   Desde que en 2003 irrumpiera Espiello (Espejo) en el paronama nacional, este certamen, el más sólido para los antropólogos, mantiene con diferentes universidades un estrecho contacto y el creciente proceso de internacionalización despiertan cada vez más el interés de profesores y alumnos de esta disciplina. Si a esto unimos la labor de los voluntarios, que forman parte de una comisión permanente en la comarca de Sobrarbe y se reúnen a lo largo del año para planificar cada edición, el resultado final es una realidad que llega a un amplio público. Este año, además, Eugenio Monesma, el realizador altoaragonés con un inmenso archivo de documentales, ha moderado un debate sobre el pasado, el presente y el futuro del cine etnográfico en el Pirineo. Un futuro prometedor para un festival en auge.

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