El patrullero de la filmo: «De Asayas a Hsiao-Hsien»


Por Don Quiterio

     Pocos son los que atraviesan la puerta con la única llave correcta. Pocos los cineastas que llegan al espectador por esa mágica puerta que permite adentrarse en los laberintos de unas historias bien contadas.

     Assayas y Hso-Hsein, de quienes la filmoteca de Zaragoza ofrece sendos ciclos, traspasan los muros de las historias convencionales y crean, en sus espacios de incertidumbre, de leyendas y misterios, de sombras y ambiciones, unas intrigas en las que se confunden la historia y la memoria, unas mezclas de tiempos y personajes de maneras peculiares. Las obras de Assayas y Hsiao-Hsien son tan complejas y tan sencillas como la misma vida. Sus personajes destilan humanidad y, aparentemente, hablan de cosas cotidianas, pero, a través de sus triviales conversaciones, hacen palpitar sus esperanzas, sus locuras de amor, sus nostalgias, sus frustraciones… Son un fiel reflejo de los estados mentales y emocionales de cualquier grupo de personas. Estos cineastas trenzan con inteligencia las líneas sociales y las individuales, la inclemencia del paisaje humano y laboral y la rara vinculación de afecto y solidaridad que unen a los protagonistas. Unos protagonistas que pueden ser ellos mismos en una suerte de retorno a la infancia y al universo de los sueños por cumplir.

    Francés de la capital, nacido en 1955, Olivier Assayas es crítico de la legendaria revista “Cahiers du cinéma” y por esas fechas rueda el cortometraje “Copyright”. Guionista del gran André Techiné (“Rendez-vous”, “Le lieu du crime”), Assayas debuta en la dirección del formato largo con “Desordre” (1986), que obtiene el premio de la crítica en el festival de Venecia. Sus filmes, a veces complejos en cuanto a la estructura, desarrollan dramas psicológicos en torno a las vivencias de una serie de personajes, basados en ideas originales o en guiones adaptados, como en el caso del novelista Jacques Chardonne. Se sirve, para ello, de operadores de la talla de Denis Lenoir o de intérpretes de la consistencia de Nick Nolte, Charles Berning, Juliette Binoche, Jérémie Renier, Maggie Chung, Jean-Pierre Léaud, Emmanuelle Béart e Isabelle Huppert. Con la colaboración del instituto francés de Zaragoza, la filmoteca programa, de este fiel a la ortodoxa intelectualidad gala (y esto no es un reproche), “Irma vep” (1996), “Les destinées sentimentales” (2000), “Demonlover” (2002), “Clean” (2003), “Las horas del verano” (2006) y los documentales “Eldorado” (2008) y “HHH” (1997), con Angelin Preljocaj y con Hou Hsiao-Hsien, respectivamente.

    Chino de Guangdong, nacido en 1947, Hou Hsiao-Hsien se traslada de joven a Hualien, en Taiwán, y estudia cine en la academia nacional de las artes. Ayudante de dirección de Li Hsing, Lai Cheng-Ying y Chen Kou-Hou, y admirador del maestro Yashuhiro Ozu, debuta en la realización, en 1980, con la comedia musical “Cute girls”. Considerado el renovador del cine taiwanés y preocupado por la contraposición de la idea del campo y la ciudad, Hou reflexiona, entre el drama psicológico y el género costumbrista, sobre los cambios económicos, sociales y políticos sucedidos en Taiwán durante las últimas décadas, y combina las vivencias personales con los vaivenes históricos, es decir, los años en que Taiwán es colonia japonesa. Productor, asimismo, de cineastas como Edward Yang, Zhang Yimou, Hsu Hsiao-Ming y Chen Kuo-Fu, la filmoteca programa “Un verano en casa de la abuela” (1984), “Tiempo para vivir y tiempo para morir” (1985), “Polvo en el viento” (1986) y “Café Lumière” (2003), filmes reconocidos y premiados en diferentes certámenes cinematográficos.

    Unos cineastas, pues, tan atractivos como imprescindibles, que nos abren a experiencias y sensaciones placenteras. De esto se trata, de abrir con la única llave de la vida algún momento de sensación plena, de modesta alegría íntima.

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