Garrapatas / Eugenio Mateo

PMateoEugenio1
Por Eugenio Mateo
http://eugeniomateo.blogspot.com.es/

     No sé por qué, viendo tantas cosas precipitándose estos días, me viene a la cabeza ese insecto contumaz al que llaman garrapata.

    Esta especie, a la  que su abundancia en la Naturaleza está convirtiendo en una plaga a tener en cuenta por la peligrosidad que entraña la bicha, es el perfecto prototipo de parásito, a saber: la garrapata es capaz de permanecer inmóvil durante largo tiempo sobre cualquier soporte vegetal a mano; en un momento indeterminado, se sube a la chepa del  primer bicho viviente que pase al lado,  y le agradece la hospitalidad con una chupada  digna de Linda Lovelance para tomar posesión de aquel cuerpo mientras duren duras las ganas. Cuando se sacia, el insecto se cansa de lo cotidiano y se suelta de aquel incauto que ya no le estimula para buscarse otro nuevo; aunque esto diera para otra humorada, (todos conocéis mujeres garrapatas y todas conocéis a hombres garrapatos) vengo a elucubrar sobre otras <<garrapaterias>>.

   A las ubres de la vaca  del dinero se han subido desde siempre los chupópteros, nada nuevo, pero la oscura trama que cubre ahora la teta es toda una epidemia en regla. La plaga de mangantes ejercita su avidez sobre nuestras  venas con la fruición del que lo quiere todo, y no valen collares antiparásitos, y puede que ni siquiera la Ley. No es que no puedan llegar más lejos sino que resulta difícil caer más bajo. En este nuevo  caso de corrupción  aparecen tipos que ya estaban reconocidos como garrapatas; en la mejor tradición de la especie. Esperan, chupan, desaparecen y vuelven a chupar. Es condición sine qua non  que el parásito sea practicante del amiguismo, o sea, que por sí y con ayuda de los <compiyoguis>, tenga acceso a fondos de los que succionar con las espaldas cubiertas. Incluso, tener a mano un chivo expiatorio a quién echarle el marrón si las cosas se tuercen. Pertenecer a esas asociaciones criminales, como las califica el Código Penal, debe ser la pera Williams. Intocables, pero viviendo el riesgo añadido de la delación (¿alguien se cree que si no fuera por un chivatazo-filtración desde dentro, llegaría la ciudadanía a enterarse?) que aporta un plus de diversión entre tanto mediocre que les rodea. Viviendo entre bolsas de basuras sin tener el Mal de Diógenes, entre bolsos de toallas inocentes de  servir para envolver los fajos de color azul del Banco de España. Viniendo del pádel para ir al aperitivo, gastando a manos llenas con dinero negro en propinas y vicios secretos. Tienen que vivir como los curas, a cuerpo de cardenal, que de rey está mal visto, relamidos y relamiendo el cucharón, no como los pobres, sino como los elegidos. Atentos a la arruga para que el fotocall les saque guapos. Esos viajes al trópico a vigilar la pasta escondida…porque esa es otra. Nunca les pillan el dinero que se dice han robado; es injusto que los demás pretendan que encima de dejar que les empapelen y que le insulten cuando van a inaugurar un colegio público, tengan que devolver lo que tan poco les costó  llevarse. Es injusto, ciertamente, y a nadie de nosotros nos haría gracia. Las cosas como son. Esas reuniones en el comedor privado de las que salen las recomendaciones  para un consejo de administración y el anuncio de una próxima morterada si Pepín  se ocupa de presentar a Luisin a Pedrín. Han de ser inenarrables las escenas en familia de los que se saben poderosos. El poder trae todo lo demás. Ya se sabe que el vulgo es envidioso y hay que dejarle en su sitio, a cumplir su papel de dominguillo, a mayor gloria del sistema de unos pocos. Por eso, como a las garrapatas, y siendo ellos mismos  especímenes,  es difícil erradicarlos. Se necesita un objeto duro y resistente para  vencer su blindaje. Haced  la prueba con una de verdad y veréis de lo que hablo. 

   Otra especie parasitaria que asola Europa es aquella que se cuela en el cerebro de las gentes para succionarles la razón a la vez que se la dan, en la vieja estrategia de la  manipulación. De esta plaga son culpables aquellos famosos señores del traje negro. Nunca en Bruselas hubo tanto tonto con currículo, y claro, la gente europea, los ciudadanos de la UE, que viven y piensan de tantos modos distintos, que saben que el aceite y el agua no se mezclan, en todo caso pueden compartir el envase, se ha hartado de los déficits, de los recortes, y del corsé. Apelar al miedo se hace desde las posiciones antagónicas. Los nuevos fascistas, si es que alguna vez desapareció el fascismo de los tics de nuestras conductas, aspiran al regreso al poder y para ello inoculan con el propio veneno que viaja en la sangre de todos los que pasan a su lado. Es fácil, si en las garrapatas el Mal de Lyme es el resultado de la picadura, en los partidos con nostalgia por el cuarto reich, la insolidaridad  del nazionalismo es quien incuba el huevo de la serpiente. Los defensores de una unión que naufraga apelan también al miedo aunque sin dar soluciones para evitar la catástrofe, y aquí estamos, agarrotados por el miedo a unos y otros, clavillados de picaduras, perdiendo peso específico mientras otros lo ganan.

    Mientras redacto estas líneas, una garrapata ha asomado por la manga y se ha resistido a ser eliminada; al final he podido, quemándola con mi cigarrillo, pero no sé cuantas más dormirán en el dobladillo de los calzoncillos.

   Los catalanes, que al parecer, y según dice su <<molt honorable tocacullons>>, son los que más libros leen y más rosas comen, tienen unas garrapatas con dislexia. De momento, han conseguido ya que el patrón del antiguo reino aragonés, para el resto de celtíberos, no se llame Jorge, sino Jordi, y los espantaos de Madrid lo repiten por dar coba, sin darse cuenta de que las garrapatas de litoral son tan refinadas que prefieren las gambas rojas de Palamós a la cutrez hirsuta de los jabalíes de la Galliguera, —que son por cierto, los que me infectan la finca—

 —Tranquilo, Jordi— se dice que dijo en una ocasión un mesetario nacido en Roma cuando los tricornios se pusieron levantiscos  El tal Jordi resultó ser una clase superior de garrapata, todo un macho alfa, vamos.

Artículos relacionados :