Defensa de la educación hacia adelante / Daniel Rabanaque

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Por Daniel Rabanaque, poeta y creativo.
Trabaja en Resón :: Comunicación y Diseño

      Porque se sabe que si te sales de la línea te dan con el palo, no se habla de ello a grandes voces. Aún así, con variadas formas para responder a las múltiples inquietudes que formulan la cuestión, los espacios y proyectos dedicados a la educación libre, activa, alternativa e innovadora crecen y van afianzando su desarrollo en todo el reino.

   En Aragón, por centrarnos en lo cercano, el directorio Ludus de pedagogías alternativas (ludus.org.es) recoge hasta 15, sin ser exhaustivo, ya que, recordemos, quienes abandonan el rebaño por sus márgenes más urgentes lo van haciendo de manera callada y discreta en muchas ocasiones, para evitar pedradas de pastor, dentelladas de perro y otras actuaciones sicarias, mal que le pese al 27 de la constitución.

   Los diferentes proyectos, no siempre ligados a un espacio fijo y concreto, comparten algunos elementos, los más básicos: protagonismo de lxs niñxs, democratización de toda estructura, respeto, libertad, responsabilidad. Con estas bases elevadas a mayor o menor radicalidad en su defensa y aplicación, más la norma, una y triple y a veces única, del cuidado de unx mismx, de lxs otrxs y de lo común, cada comunidad educativa se adapta diariamente a las necesidades concretas de niñxs, familias y acompañantes. Así se obtiene un entorno de desarrollo no directivo y flexible, seguro y rico, apasionante para todxs.

   Alejados de planteamientos lastrados por ratios, bolonias, recortes e hipotéticos mercados de trabajo, las experiencias que el crecimiento infantil reclama, la socialización que lxs niñxs construyen de manera natural y el acompañamiento necesario para garantizar la salud del proyecto, se dan entre juegos mutantes, asambleas programadas y conflictos relativamente inconsolables, entre visitas al paso de las estaciones y turnos de comida, entre la actividades recaudatorias y las convivencias de rastro emocional indeleble. 

   Las líneas de futuro, por la parte más adulta, se van hilando con la ancha manga que facilita la participación en libertad, sin dogmas: dar estabilidad a los proyectos y asentar sus economías, extender el reconocimiento social y educativo e implicar a más amplias estructuras en barrios y ciudades, instaurar redes que vehiculen y compartan las experiencias, los avances y los traspiés, que también ocurren, cómo no.

    Hasta aquí un panorama en un plano general, bastante abierto y de perspectiva básica, sobre esta educación libre y sinónimos que se está desarrollando entre nosotrxs en nuestros días de pan duro. Quien sintiera ganas de saber más, podría verse un par de documentales bien pinchos: “La educación prohibida” (http://www.youtube.com/watch?v=-1Y9OqSJKCc) y “Enséñame, pero bonito” (http://www.youtube.com/watch?v=bYZJD-aUN0A). Hay, además, un buen cartapacio de documentación generada en internet que está al alcance de cualquier búsqueda.

   Tan sólo me queda, antes de terminar, un paseo por el soliloquio personal, a la manera de tanto columnista brasas y por si abriera debate en sus propias carnes de ustedes, permítanme… Veamos: cambia la situación del saber en la sociedad, su posición, su acceso, su peso e incluso su papel y la ausencia de éste. Cambia la manera de relacionarnos entre nosotrxs y con el entorno, cambia la voluntad de decidir por unx mismx, la posibilidad de hacerlo y la firmeza en reivindicar esta postura sólo en apariencia libertaria. Cambian las aspiraciones personales y las vocaciones, las varas con las que se mide el éxito social y la extensión de los afectos, los lenguajes y sus ortografías, las distancias entre orillas y el abismo económico, y cambian otros muchos etcéteras, ya lo sabemos.

   El modelo, la organización y los paradigmas educativos cambian mucho menos, o no mueven en absoluto con sus anteojeras, o cuando lo hacen presentan cierta tendencia a lo epidérmico. Sospecho que por aquí se ha ido formando una primera grieta, que no se soluciona con la imposición de tablets sino con ejemplos donde ejercitar criterio, no con la multiplicación de habilidades personales en un frenesí de actividades sino con una invitación sostenida a la tranquilidad y la confianza en sí, menos con evaluaciones y diagnósticos que con manos tendidas de igual a igual. Ninguna herida de aquellas que niñxs y adolescentes nos infligimos a diario, puede sanarse completamente si la cura es aplicada en cautividad. A quien guarda las llaves de una jaula que sí, que bien, que 2.0, se le pide que ofrezca su mejor cara mientras corta el pelo al ras. La educación sistemática se viene confundiendo con un síndrome de Estocolmo más tendente al embarazo no deseado que al germen revolucionario.

   Por supuesto, lo que gran parte de la sociedad más o menos inconsciente está reclamando, por pasiva muchas veces, no es otra cosa: una medicina, por sabia mano administrada, que ponga a mi niño firme, un escalafón meridianamente definido donde situarlo y compararlo, un tiempo estricto de confinamiento, un cazatalentos al acecho por si suena flauta y una pasarela no demasiado tambaleante hacia el mercado de trabajo, la vida adulta y las mediocridades que le dan su inconfundible sabor. El sistema educativo, lo mismo por su lado público que privado que concertado, está aplastado bajo el lastre de estas reclamaciones tan legítimas como ignorantes y manipuladas. Es justo así como se espera que se comporte el rodillo educativo para que podamos tener la fiesta en paz, aunque sea todavía la fiesta de los cuatro que se la pueden permitir y nos la pasan por debajo de las narices catódicas de nuestro atontamiento. No hay más que consultar este documento (http://www3.weforum.org/docs/WEFUSA_NewVisionforEducation_Report2015.pdf), donde el Foro de Davos establece el patrón por el que la industria desea que recortemos la infancia para tener eficientes trabajadores en el futuro. Así de crudo (miren no más su imagen de portada, especialmente usted, profesor), y el caso es que esta marea de traje gris, de cuello blanco, sí que suele llegar a puerto.

    No se puede esperar, nunca ha sido así, que alguien aprenda “porque yo lo digo”, ya no. Más útil que enseñarles a bailar, los títeres necesitan manejar sus propias tijeras con punta para librarse de los estirones. Los espacios de encierro, las letras que entran con sangre o minimizan el dolor de esta, las inclinaciones a uniformizar lo humano y su entorno, … todo esto deberíamos dejarlo atrás antes de que se nos termine de comer la tostada del futuro potable.

   Defiendo la educación universal porque no puedo concebir otra manera. Defiendo la educación pública como la garante de último recurso de esta universalidad. Defiendo el trabajo implicado y sostenido de muchxs funcionarixs. La discusión es más larga de lo que permiten estas líneas. Me encaramo a la columna escrita y se me escapa la pontificación, lo siento. Déjenme volver, y ahora sí termino, al origen de este artículo. Las experiencias educativas que soplan a favor de un mañana íntegro y fértil ya están reclamando calor que las madure, aquí a nuestro lado, bajo este mismo sol. No necesitan demasiado y, también, toda ayuda es bienvenida, necesaria para obtener el sabor inconfundible de lo prodigioso útil. Para una educación respetuosa, respeto. Para una educación libre, libertad. Para una educación activa, movimiento sin guías tutoras. Saquen las calificaciones de este curso lectivo, sáquenlas… de contexto.

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