EDITORIAL

    En la sociedad en la que vivimos el hecho de “ejercer” una actividad u oficio no garantiza que el ejerciente sea un techado de virtudes ni siquiera que esté preparado para llevarlo a cabo pues hay multitud de circunstancias que lo han podido colocar en ese puesto que -seguramente -por capacidades propias no merecería.

     En materia periodística los ejemplos son innumerables y en política infinitos. Y más cuando se juntan, aunque sea a repelo, ambas actividades.

 El otro día  se suscitó el análisis del porqué de la apabullante derrota socialista en nuestra comunidad. Aparte de los números con los que, según se coloquen, se puede hacer casi de todo e incluso justificar lo imposible, una cosa estaba clara: los jefes han actuado con una soberbia impropia de personas cuya elevada finalidad política es “servir al pueblo” ¡Ja! Las estructuras de las que se dotan los han ido alejando de la realidad hasta llegar a crearles una ficción de eficacia y buenismo de palmada que ha resultado letal al final del periplo.

 

   Fundamental en el desprestigio de los perdedores -según criterio de varios de los asistentes al frugal disfrute del modesto huevo frito- han sido esas estructuras de las que tan amigos han sido los socialistas: los Gabinetes de Prensa, Comunicación , Presidencia y variopintos etcéteras.

   Del de Marcelino no vamos a hablar nada porque ya no está y parece ser que en política, cuando se pierde se paga la culpa si la hubiere ¡Que gracia!

  Del que le llevan al alcalde Beloch si porque pese a sus múltiples meteduras de pata sigue y sigue en las peores manos que ha conocido la profesión.

   ¿Qué hace un Gabinete de esos que hemos citado? Fundamentalmente intentar repartir pasta para que los medios alaben, ensalcen y vitoreen a los respectivos jefes. Y si no puede ser la baba tan generosa, al menos que al jefe no se le critique y se frenen las opiniones discrepantes. No deja de ser una forma pues de intentar comprar voluntades empresariales y amarrar –por tanto- la libre expresión de los periodistas y opinadores que seguramente ya saben lo que tienen que hacer, escribir o filmar, con una sola mirada del Director Comercial correspondiente. Cuando éste no es el caso, la cosa se complica bastante si se intenta defender una postura de libre ejercicio de la expresión hacia la “cosa pública”

   Pero como estos muñecos, (que en tiempos de Franco se llamaban “Ayudas al papel” y ahora “Campañas de Publicidad Institucional”) hay que vestirlos, el 24 de Marzo de 2003 aparece una Ley con la sana y honrosa intención de regular estas campañas. Pero ésta, tal vez precipitada, se corrige con un modificado de fecha 31 de Diciembre del mismo y así, a los efectos que nos interesan queda redactado su artículo 5º del siguiente modo:

“b) Se modifica el artículo 5, que queda redactado en los siguientes términos:

Artículo 5. Criterios de contratación:

1. Los contratos de publicidad, difusión publicitaria y creación publicitaria en los que fueren parte las administraciones, los organismos y las empresas públicas comprendidos en el ámbito de aplicación de esta Ley, se ajustarán a los principios contenidos en la misma y a lo dispuesto en la normativa vigente en materia de contratación de las Administración públicas, con respeto a los principios de libre concurrencia e igualdad entre los licitadores.

?2. Ninguna empresa informativa podrá ser excluida de la publicidad de las Administraciones Públicas de Aragón o de sus organismos públicos y sociedades por razones distintas a las objetivas que guían la inversión publicitaria, como son la rentabilidad del impacto o la adecuación al público objetivo».

   Para cualquier lector estaría claro el espíritu y afán democrático del articuladopara que las “Campañas Institucionales” lleguen a las diferentes empresas informativas que pequeñas o grandes lo son en la Comunidad. Pues para la directora de Comunicación y Prensa del Ayuntamiento de Zaragoza no es así ya que a lo que se ve objetiva con otros criterios la “rentabilidad del impacto y la adecuación al público objetivo” que otros responsable de su misma actividad en los gabinetes de la DPZ, la DPH o la mismísima DGA si hacen y, es más, consideran importantísimo el “punch” de nuestros medios.

   El Ayuntamiento de Zaragoza, pues, es diferente. O, puede ser posible, que la tal responsable considere que el dinero público que maneja para estos menesteres es suyo. Lo cual ya sería preocupante, muy preocupante.

   ¿Cuál es el problema al que nos enfrentamos desde El Pollo Urbano ante semejante engreimiento y arbitrariedad por parte de ésta responsable de prensa? Pues sin duda la indefensión que produce en los afectados –nosotros- tener que meterle al Ayuntamiento un “contencioso administrativo “ que se sustanciaría dentro de cuatro años, tiempo en el cual esta arrogante y presuntuosa periodista ya habría desalojado su puesto –esperemos- y el marrón ganado (porque ya ganamos uno en el Juzgado a la DGA) lo tengan que pagar otros que –seguramente- no hayan tenido nada que ver con esas altaneras actitudes. Por ese lado, la lentitud de la Justicia no deja de ser un “hándicap” para los afectados….Pero, todo se andará.

   Para que nuestros lectores estén al cabo de la calle, ya en cierta ocasión desde ese gabinete salieron las instrucciones para “capar” el Pollo Urbano y que no se pudiera ver en el Ayuntamiento. Y tuvieron que ser concejales del PP y de la CHA (entonces en la oposición) los que nos advirtieron de tamaña práctica hasta que la cosa volvió a su cauce y se nos pidió perdón con la boca pequeña y un miserable contrato como compensación por los daños causados ¡Jajajaja, que risa, Marisa!….Es decir, ya estamos acostumbrados a ciertas actitudes nacidas en ese entorno endiosado.

   Pues así las cosas, nos vemos obligados, pues, a emprender, (luego de la presuntuosa respuesta que nos dio a nuestras demandas vía registro municipal y que en esencia corrobora el anecdotario baturro del “¿Dónde vas?”, “¡Manzanas traigo!”), otra batalla contra estas personas que se creen depositarias de los santos óleos de la equidad periodística y dueñas y administradoras fatuas del dinero colectivo. ¡No nos dejan en paz, joder!¡A caballo ¡ ¡Yihíiiiii! Salud!

Artículos relacionados :