Por: Jorge Alvarez
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Hoy el mundo civilizado se debate en una agonía interminable, por la estupidez de sus ministros de Finanzas, por lo que sería muy fácil caer en la tentación de escribir sobre la crisis.
Pero no me resisto. En todo caso le recuerdo a los lectores un pensamiento que se atribuye al genial comediante Groucho Marx: “La política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados”.
Y es cierto. Todos los opositores, aquí y allá, saben cómo salir de la crisis cuando no son gobierno. Pero al asumir, se olvidan la receta y profundizan la crisis que atacaban desde el partido. Entonces ¿para qué hablar de política? Hoy le traigo, y free, una noticia que al menos lo hará pensar. Sí. No lo dude un instante. En México, la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, tratará en breve una reforma del Código Civil que permitiría a las parejas contraer un matrimonio renovable cada dos años, como si fuera un contrato laboral.
Sí leyó bien. Cada dos años. Esto evitaría la acumulación de juicios de divorcio, ya que los contrayentes pondrían un término de tiempo para poder saber si su matrimonio funciona o no. Al cabo de los 2 años, la pareja puede decidir renovar el vínculo o separarse.
O sea que el cura les dirá: “mis amados hermanos este matrimonio de fulano con mengana tiene una fecha de vencimiento de 24 meses”. Los novios podrían elegir este régimen al momento de contraer enlace o el tradicional e intemporal.
Según la legisladora Rosa Montero, del Partido de la Revolución Democrática (PRD) e impulsora de la iniciativa, esto favorecería “relaciones de pareja más sanas y armónicas, ayudaría a que se restablezca el tejido social y la estabilidad de las familias. Si renuevas, significará que hay un entendimiento con tu pareja, que tienes claras las reglas de la relación y que ambos tienen certeza jurídica de sus derechos y obligaciones”, afirmó.
“Si antes de esos dos años los cónyuges deciden que no funciona el matrimonio, se pueden divorciar de manera tradicional, nadie puede obligarlos a estar juntos“, agregó.
En el contrato matrimonial se podrían establecer ciertos requisitos mínimos, como cuánto dinero aportaría cada uno a la manutención de los hijos o por cuánto tiempo se pagaría al otro miembro de la pareja en caso de separación. Y además puede vender los anillos de boda.