Ciberfeminismo. Enlaces y Vínculos.net


Por Pilar Catalán, Artista visual

      La palabra Ciberfeminismo data de 1991, es un término que asocia el ciberespacio y el feminismo y que se atribuye a la escritora inglesa Sadie Plant y a las VSN Matrix de manera conjunta.

    La «Primera Internacional Ciberfeminista» en Europa, tiene lugar en una de las Ferias de Arte más importantes, la Documenta X de Kassel en Alemania, organizada por las Old Boys Network, un colectivo de artistas cooperativistas al que pertenecía Cornelia Sollfrank, artista pionera del net art, y los grupos frauen-und-technik (Mujer y técnica) e Innen. Después de un largo debate se redactaron las «100 Antítesis» sobre lo que no era ciberfeminismo, «no es una fragancia, no es una institución, no es una estructura, no es sin conectividad, no es natural, no es un trauma, no es romántico, no es posmoderno, no es lacaniano». Aunque en su origen no admitió definición, apunta Faith Wilding que lo han explicado Sadie Plant, las VSN Matrix, Linda Dement, Rosa Braidotti, y los escritos de cientos de mujeres on line, que constatan que sí, es feminismo en la red, sí, es una comunidad de mujeres cuyos intereses son la tecnología, el ciberespacio e internet y que creen en el empoderamiento a través de la máquina, sus fines, desalojar las categorías falocráticas y desprogramar las lógicas dicotómicas imperantes. Se debe a las VSN Matrix la redacción del primer manifiesto ciberfeminista y a Sadie Plant y Sandy Stone el haber sido las primeras teóricas que conceptualizaron el movimiento y que contribuyeron a difundir su filosofía, antes de acercarnos a sus figuras y con el objetivo de posicionarnos en un entorno más globalizador conviene recordar su referente más próximo, hablamos de la filósofa y profesora del Departamento de Historia de la Conciencia en la Universidad de Santa Cruz en California, Donna Haraway, que no solamente estudió el género desde las ciencias biológicas y el feminismo, sino que recuperó la metáfora del Ciborg en «El Manifiesto para Ciborgs del Libro Simians, Cyborgs y Women». Por entender el meollo de su pensamiento citamos literalmente: «El ciborg es una criatura en un mundo postgénerico. No tiene relación con la bisexualidad, ni con la simbiosis preedípica, ni con el trabajo no alineado u otras seducciones propias de la totalidad orgánica, mediante una apropiación final de todos los poderes de las partes en favor de una unidad mayor». Aboga por una necesaria unidad política para abordar y resolver los nuevos planteamientos de que ninguna construcción es total y el ciborg es una salida al dualismo, al ser nuestro cuerpo receptor de todas las posibilidades tecnológicas además de las transmitidas por un código genético. El cuerpo y la identidad es un tema que se repite en las prédicas ciberfeministas, podemos clasificarlas en un feminismo posthumano simbolizado en el ciborg de Harway, que no necesita contacto físico para su reproducción, o en el de Stone que rearticula el cuerpo desde una perspectiva migratoria, futuros androides, pornos, protésicos y mutantes.

     Coincidiendo con la primera Internacional Ciberfeminista las net artistas van a ocupar un lugar reconocido, entre ellas Rachel Baker, Shu Leaa Cheang, Josephine Bosma y las VSN Matrix, que experimentaron con el correo electrónico, enlaces a otras webs, servidores y navegadores para su trabajo creativo. Una de las heroínas y precursoras es Olia Lialina, crítica de cine, periodista y artista que tiene el mérito de poner en marcha en 1988 «la First Real Net Art», primera galería online para adquirir obras digitales transfiriendo la posesión del dominio, incluido el número que identifica el dispositivo en la red, el IP.

     Si Haraway utilizó el término ciborg, Remedios Zafra, escritora y profesora de Arte, autora de artículos sobre ciberfminismo y políticas de la identidad, incorpora el concepto de netiana que tiene una filiación directa con el ciborg de la filósofa, el sujeto nómada de Braidotti, dotado de una conciencia de transgresión permanente a los modos socialmente codificados del pensamiento y la conducta y a la teoría de la  performatividad de Butler en el marco de una política de deconstrucción que desmorone al esencialismo.

    En homenaje y adhesión a Haraway aparecen en 1991 y 1996 el «Manifiesto para el siglo XXI» y el «Manifiesto de la Zorra Mutante» inscritos en el campo de la creación artística y redactados por un grupo de artistas activistas australianas, Josephine Starrs, Julianne Pierce, Francesca da Rimini y Virginia Barratt, las VSN Matrix, firmemente decididas a investigar en qué medida la tecnología era el medio adecuado para derrocar el patriarcado y subvertir el orden del sistema capitalista, creador omnipotente de los roles sexuales y la construcción de género. Escrito su primer manifiesto con una poética de alto voltaje, ubicado en el ciberespacio convertido en laboratorio sexual y recinto de fusión entre el útero de la mujer y las redes de comunicación digitales, heraldo de la cibercultura que hace tambalear el universo fálico como símbolo de poder, resucitando temores ancestrales ante una feminización de la existencia. «Somos el coño moderno, la razón antipositiva, sin ataduras, sin límites, sin piedad. Percibimos y hacemos el arte con nuestro coño, creemos en la locura, lo sagrado, la poesía, somos el virus del nuevo desorden mundial, reventando lo simbólico desde dentro, saboteadoras del gran Papa unidad central de la computadora, el clítoris es una línea directa a la matriz». (VSN Matrix, 1991, p.1). Fascina la utilización que hacen del lenguaje, revestido de fuerza y desinhibición en un circuito mágico, impúdico, sensual, orgiástico, desobediente, tecnológico, provocador, porno, salvaje, performativo, violento, en un ámbito lúdico, transgresor y activista, rescatando lo que se consideraba vergonzante como el porno o el erotismo y rompiendo esa separación que tanto conviene al capital entre mujeres decentes y putas, ruptura que facilita la escisión y disminuye su potencial como grupo.

   «El Manifiesto de la Zorra Mutante» sigue ese desvarío artístico que destila ardor, compulsión, valentía recurrente, infracción y mudanza de la piel de la cultura, refugiado en colmenas de óptimo rendimiento, plagadas de estratégicas celdas orientadas explorar quién manda y ordena en Internet y que acoge el ciborg de Haraway en una espiral de tensión orgiástica y una sexualidad subyugada por la tecnología, expresada en una percepción apocalípticamente bella. «Intentando escapar de lo binario en la cromozona que no es una XXYXXYXXYXXY heterofóllame, baby, la resistencia es inútil, engatúsame, machihémbrame, mapea mi genoma abandonado a imagen de tu proyecto, implícame artificialmente, quiero vivir eternamente. Cárgame en tu brillante, brillante futuro de PVC. Chúpame el Código. (…) La red es la niña salvaje perra-mutante partenogenética del gran Papá Mainframe». ( VSN Matrix, 1996, p.1).

   Mención a la artista paraguaya Faith Wilding, profesora en la escuela del Art Institute of Chicago y fundadora del colectivo «Subrosa», por su acercamiento al feminismo de los 70, por su militancia, vida académica, trabajo como artista y sus aportes teóricos. El grupo, formado por las artistas Hyla Willis y Faith Wilding, se desarrolla en el ciberfeminismo en acción, manteniendo la prioridad de encontrar las armas idóneas para eliminar los modelos patriarcales, su labor se cristaliza en el campo de la performance, en indagar las relaciones entre el arte, la biotecnología y el cuerpo de la mujer.

    La relación entre Arte, Tecnología, Género, ha promovido una eclosión de discursos críticos recurrentes sobre el cuerpo, el género y la sexualidad que han redefinido la representación. Un sector de mujeres se ha incorporado al universo tecnológico aunque su participación y el lugar subalterno que ocupan en los puestos de dirección nos sitúen lejos de alcanzar la paridad. Es alentador lo conseguido por mujeres artistas, mujeres feministas, pero el ciberfeminismo debería de asumir que el empoderamiento  a través de la tecnología debe de incluir lo político como elemento transformador para desintegrar el irreductible sistema binario y desprogramar la falocracia.

Literatura citada                                                                                                                    

Catalán P. Ciberfeminismo. Enlaces y Vínculos.net. Revista  Libre Pensamiento.92

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