Por Jose Antonio Conejo
Un silvicultor jacetano ha revolucionado la técnica del cultivo de hongos con la creación de una sencilla “máquina” que va a revolucionar el mercado de la micocultura.
Puestos al habla con él, nos invitó a presenciar el funcionamiento de tan peculiar inventó que en próximos días será presentado a los empresarios aragoneses en el Palacio de Congresos de la capital jacetana auspiciado el evento por la el presidente de la Comarca, don José María Abarca quien nos manifestó que “iniciativas como esta son las que hacen comarca y país y, además, nos va a colocar en la primera línea de la Investigación+desarrollo en Aragol y en España”
Fuimos citados en Osia, pequeña pedanía de Jaca actualmente conocida como “el pueblo de Heidi” por su maravillosa belleza, Y allí nos recibió el silvicultor quien, amablemente nos mostró el funcionamiento del artefacto.
“En primer lugar hay que tener en cuenta dos cosas. la primera que el principio del arte del cultivo de hongos es realizarlo en un medio controlado y la segunda que los hongos no son plantas, ya que no poseen clorofila para realizar la fotosíntesis, proceso que convierte el dióxido de carbono atmosférico en carbohidratos, especialmente celulosa. Es decir que la luz solar es una de sus fuentes de energía. Por el contrario, los hongos obtienen toda su energía y materiales de crecimiento de su medio de desarrollo, a través de procesos de descomposición bioquímicos. De hecho –añadió nuestro protagonista- muchos pueden ser cultivados en espacios subterráneos y oscuros como túneles o sótanos, siendo lugares muy adecuados, ya que mantienen una temperatura fresca y una humedad alta y estable”.
-Y la “maquina”, ¿cómo funciona? ¿Nos lo puede explicar de un modo sencillo para que nuestros lectores lo comprendan…?
-Naturalmente lo voy a intentar…El cuerpo de la máquina es una vieja tinaja de barro que contiene todos los materiales necesarios para el crecimiento deben estar ya presentes en el medio en que este se va a producir. Los hongos se desarrollan bien con altos niveles de humedad, de alrededor de entre el 95 y el 100%, y con una humedad del substrato de entre 50 y 75%. Y a ella hemos acoplado un motor de gasolina que tiene dos funciones: inyectar agua y, por otro lado, calor para forzar las temperaturas y obtener resultados óptimos en cuanto a tiempo de maduración de la seta y también su tamaño. Es decir, a más temperatura, mayor rapidez en el crecimiento y mezclando dosis adecuadas estiércoles artificiales en la inyección acuosa ampliamos su volumen…
-¿Nos puede explicar la composición de esos estiércoles artificiales?
-¡Cómo no! Para obtener unos 50 kilos de setas, por entendernos, haría falta 100 kg. de paja seca de trigo, 15 kg. de gallinaza, 2 kg. de urea y entre 250-300 litros de agua con una proporción secreta de lindano. Y esta operación de fermentación pasa por fases: una fermentación libre, que dura entre 7 y 14 días, en la que se persigue mezclar, suplementar, humidificar y homogeneizar la masa y un fermentación dirigida o controlada (pasteurización), que a su vez se divide en dos subfases: La pasteurización consiste en someter durante 8 horas la masa del compost a una temperatura de 58-60º c para destruir los gérmenes nocivos; y el acondicionamiento, por el que durante 6-8 días se hace descender la temperatura desde 58 a 48º C, favoreciendo el desarrollo de organismos que favorezcan el acabado del compost. Es entonces cuando inyectamos las esporas por vía acuosa a través de un polivinilo donde quedarán depositadas y comenzarán a crecer.
-¿Con que setas ha probado hasta ahora?
-¡Jajajaja! Con muchas variedades pero, la verdad, es que los mayores éxitos los hemos obtenido con el Agaricus campestris, es decir, el champiñón silvestre común, que es el que puede ver en la zona de crianza de la máquina y que es una especie que vive sobre estiércol o materia en descomposición. A partir de esta especie se obtienen la mayoría de las variedades cultivadas.
-¿Qué variedad es la pretende obtener en la última fase de los experimentos?
-¡Hombre! Nosotros aspiramos a producir seta de cardo. Estamos trabajando en una variedad que queremos sea autóctona y que llamaremos Pleurotus eryngii jacetani, en honor a la Comarca que tanto nos está ayudando en la investigación…
-¡Enhorabuena y suerte!
-Gracias a ustedes por hacerse eco de este revolucionario invento.
