Tradicional calçotada 2018 en Osia, Jaca


Por Adelina Garsón

     Como ya viene siendo tradicional, en los prolegómenos de la Semana Santa, un grupo de amigos y vecinos de Osia se reunen en el huerto del artista Paco Simón para que él mismo prepare unos exquisitos calçots y los demás invitados acuden con un vermú torero digno del marajá de Jaipur.

     Este año la novedad fue una preparación ortodoxa  que Miguel Mendo hizo de la salsa romesco al modo de Valls con la siguiente receta:

1 ñora (o 1 pimiento choricero) 
4 tomates maduros 
1 cabeza de ajo 
1 vaso de aceite de oliva 
150 gramos de almendras 
1 rebanada de pan duro (o pan frito) 
perejil (que se añadía cada cual)

     Excelente la fiesta regada con abundantes vinos de Ribera del Duero y un clarete finísimo de Cariñena que hizo las delicias del respetable. ¡Enhorabuena y que se repita! 

Los calçots

    El Calçot es una cebolla blanca (Allium Cepa L.) que se cultiva de una manera muy especial para que sea alargada, y que resulta ser uno de los platos típicos por excelencia de la gastronomía catalana. Es típico de algunas zonas de Tarragona, aunque actualmente se cultiva en prácticamente toda Catalunya, e incluso en otras provincias de España y en el extranjero.

    Los calçots se consumen desde noviembre hasta mediados de abril en una fiesta llamada «Calçotada». Los calçots se asan con llama viva de sarmientos, y cuando están bien hechos se envuelven en papel de periódico hasta su consumo. Llegado el momento, se presentan en una teja junto a una salsera que contiene la salsa de calçots, que también se llama popularmente la salsa romesco. La calçotada también puede incluir carne a la brasa: la típica longaniza catalana (salchicha gorda), y costillas de cordero. De postre se come una naranja, pero últimamente se ha introducido también la crema catalana y otros postres de repostería.

Calçot: origen del nombre

    El calçot debe su nombre a la manera especial de cultivar la cebolla. Para alargarla se «calza» («calçar» en catalán) con más tierra. Esto es, se añade tierra a su base para que la cebolla tenga que «estirarse» en busca de la luz. Este proceso se repite 2 o 3 veces durante su cultivo, hasta conseguir una parte blanca lo suficientemente larga. Según la reglamentación de la IGP, esta longitud debe estar entre 15 y 25 cms.

Fuente: https://www.calsots.com/los-calsots.html

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