El Informe de la Libertad en el Mundo 2020 advierte el progresivo deterioro de las democracias establecidas

Por Jennifer Stapleton

    La democracia se encuentra asediada en todo el mundo. Los efectos de esta situación se tornan evidentes no solamente en los estados autoritarios como China, Rusia e Irán, sino en países con una larga trayectoria de respeto de los derechos y libertades básicas.

    Si bien los movimientos de protesta en todas las regiones ilustran una demanda popular generalizada en pro de una mejor gobernanza, aún no han logrado revertir la tendencia integral de deterioro de la libertad: así lo indica la última edición del informe Libertad en el Mundo 2020, dado a conocer hoy por Freedom House, que presenta una evaluación de cada país en materia de derechos políticos y libertades civiles.                  

    Los países que sufrieron reveses en 2019 superan en dos a uno a los que lograron avances, lo que señala el decimocuarto año consecutivo de deterioro de las libertades en el mundo. En dicho periodo, 25 de las 41 democracias establecidas han sido objeto de pérdidas netas.

   Otra de las conclusiones del informe es el alarmante desgaste de los compromisos de los gobiernos con el pluralismo, una de las características definitorias de la democracia liberal. Los grupos religiosos y étnicos, así como otros grupos minoritarios, han sido los más afectados por los recientes abusos estatales, tanto en los países democráticos como en los autoritarios. Si no se las controla, dichas violaciones constituyen amenazas para las libertades de sociedades enteras.

   Los dos ejemplos más flagrantes son China, en donde ha quedado bien documentada la campaña plurianual del régimen para la aniquilación cultural de la minoría uigur y de otros grupos predominantemente musulmanes, e India, que en el informe de este año registró la mayor reducción en la calificación de las 25 democracias más populosas del mundo. Si bien durante mucho tiempo se percibió a la India como un posible contrapeso democrático al autoritarismo chino en la región del Indo-Pacífico, el alarmante alejamiento del actual gobierno indio de las normas democráticas está desdibujando la distinción basada en valores entre Pekín y Nueva Delhi.

    En el marco del esquema de políticas nacionalistas hindúes del gobierno del primer ministro Narendra Modi, uno de los estados indios creó un registro de ciudadanos de carácter excluyente, además de promulgar a nivel nacional una ley de ciudadanía de naturaleza discriminatoria y utilizar tácticas de agresión para suprimir las protestas resultantes. Asimismo, el gobierno central revocó abruptamente la autonomía de Jammu y Cachemira, el único estado del país con mayoría musulmana, e inició la aplicación de medidas represivas de seguridad generalizadas a fin de poner en práctica dicho cambio. En consecuencia, la Cachemira india, que recibe una evaluación separada en el informe de Libertad en el Mundo, sufrió uno de los cinco deterioros más considerables en un solo año en la última década en el mundo, y la calificación de libertad del territorio se redujo de parcialmente libre a no libre.

    Los procesos democráticos en Estados Unidos también se encuentran amenazados. Si bien este año la calificación del país se mantuvo uniforme, en la última década disminuyó ocho puntos en la escala de cien puntos. Entre los indicios preocupantes registrados en 2019 se encuentran los cambios normativos que menoscabaron los derechos de los solicitantes de asilo, las nuevas constancias de interferencia en los procesos electorales y la intensificación de los enfrentamientos entre el Poder Ejecutivo y el Congreso en relación con sus respectivas facultades. El desafío a la autoridad del Congreso fue el elemento central del juicio político al presidente Donald Trump, quien ordenó a funcionarios y exfuncionarios que no acatasen las solicitudes formales del Poder Legislativo para la presentación de documentos y de declaraciones testimoniales correspondientes a su tentativa de obtener favores políticos del presidente ucraniano. Al mismo tiempo el gobierno ha enviado mensajes contradictorios sobre el deterioro en el extranjero de las instituciones democráticas y del respeto de los derechos humanos.

   El presidente de Freedom House, Mike Abramowitz, señaló que “India y Estados Unidos constituyen las democracias más grandes y tal vez las más influyentes del mundo, por lo que su alejamiento de los ideales de la democracia liberal transmite precisamente el mensaje equivocado”. Agregó que “si las principales potencias democráticas no logran servir de claros ejemplos y proporcionar un liderazgo constructivo resultará imposible revertir las tendencias mundiales que amenazan las libertades en todas las sociedades”.

En todo el mundo los manifestantes hacen un llamamiento a favor del cambio

    El estallido de protestas masivas en diversos entornos políticos en 2019 resaltó el carácter universal del deseo del ser humano de contar con libertades básicas y buena gobernanza. En todos los países y territorios por igual, independientemente de su calificación de libres, parcialmente libres o no libres, el pueblo se volcó a las calles para expresar su descontento con los sistemas políticos vigentes y demandar cambios que generen resultados mejores y más democráticos. Se produjeron importantes movimientos de protesta en Hong Kong, Argelia, Bolivia, Chile, Etiopía, Indonesia, Irak, Irán, Líbano y Sudán, entre otros. No obstante, dado que resulta frecuente que dichos movimientos se enfrenten a intereses firmemente arraigados, hasta la fecha no han logrado mejoras sustanciales en la libertad en el mundo.

   Sarah Repucci, vicepresidenta de investigaciones, expresó que “la incontrolada brutalidad de los regímenes autocráticos y la decadencia ética de las potencias democráticas son dos elementos que se combinan para hacer que el mundo sea cada vez más hostil a las nuevas demandas de mejor gobernanza”. Señaló también que “sin un mayor apoyo y solidaridad de las democracias establecidas aumentan las probabilidades de que los movimientos de protesta que demandan libertad y reformas sucumban a las represalias de los regímenes autoritarios”.

   El informe Libertad en el Mundo 2020 presenta una evaluación de los derechos políticos y de las libertades civiles en 210 países y territorios del planeta. Se concentra en los hechos ocurridos entre enero y diciembre de 2019.

Principales conclusiones

    83 de los 195 países evaluados (el 43 por ciento) se calificaron como libres, 63 como parcialmente libres (el 32 por ciento) y 49 (el 25 por ciento) como no libres. La proporción de países libres se redujo en 3 puntos porcentuales respecto de la década pasada, en tanto que el porcentaje de países parcialmente libres y no libres aumentó dos punto y un punto, respectivamente.

     Se registró un aumento en la brecha entre reveses y mejoras. En 2019 la población de 64 países sufrió un deterioro en sus derechos políticos y libertades civiles, al tiempo que se produjeron mejoras para los habitantes de 37 países solamente. La diferencia fue menor en 2018: en ese año 68 países experimentaron deterioro y 50 lograron mejoras.

    Los países que registraron los mayores avances y deterioros se concentraron en África. En Benín, Mozambique y Tanzania hubo procesos electorales deficientes y represión estatal del disenso, en tanto que Sudán, Madagascar y Etiopía se beneficiaron del progreso dirigido a la reforma y a un gobierno más democrático.

   En los últimos 14 años la mayoría de las democracias establecidas registraron deterioros. De las 41 democracias más establecidas del mundo en 2005 (definidas como las que obtuvieron anualmente la calificación de libre durante los 20 años anteriores) 25 han sufrido disminuciones netas en sus puntajes.

   Las protestas masivas arrojaron resultados heterogéneos en la calificación integral de cada país o territorio. Por ejemplo, la pérdida de cuatro puntos de Hong Kong se debió en parte a los actos represivos de la policía y de los matones progubernamentales. Sudán subió cinco puntos después de que sus movimientos de protesta allanaran el camino para el gobierno transicional de coalición.

    Dado el vacilante apoyo a las libertades demostrado por los estados democráticos en la escena internacional, las potencias autoritarias han ampliado su influencia en el mundo mediante guerras subsidiarias, interferencia electoral y censura más allá de sus fronteras.

   Según Abramowitz “el informe muestra claramente una vez más que la democracia está en una situación de deterioro”. Indica que “la amenaza a los derechos políticos y a las libertades civiles existe por igual en las sociedades libres y en las represivas. Si bien es posible revertir esta tendencia, para lograrlo se necesitarán los esfuerzos concertados de los gobiernos, la presión de los pueblos y la coparticipación de la comunidad empresarial”.

Acto de lanzamiento del informe el 11 de marzo

    Se invitó a los medios a acompañar a Freedom House y a la Embajada de Suecia en los Estados Unidos al acto de lanzamiento del informe, a realizarse el 11 de marzo de 2020 a las 16:30. El acto incluirá una conversación con Francis Fukuyama, director del Centro para la Democracia, el Desarrollo y el Estado de Derecho de la Universidad de Stanford, Susan B. Glasser del New Yorker y CNN; Mike Abramowitz, presidente de Freedom House y Sarah Repucci, vicepresidenta de investigaciones y análisis de Freedom House. Karin Olofsdotter, embajadora de Suecia en Estados Unidos, pronunciará el discurso de apertura. Lugar de celebración: Embajada de Suecia, 2900 K Street NW, Washington, D.C. Confirmar asistencia mediante el envío de un correo electrónico al efecto a press@freedomhouse.org.

Contacto: Jennifer Stapleton

stapleton@freedomhouse.org