600 años de «El compromiso de Caspe» Parte I


Por Eduardo Jiménez Marqués

Se cumple el 600 aniversario de uno de los acontecimientos más importantes para el devenir del Reino de Aragón y el inicio de España.

 

Por Eduardo Jiménez Marqués
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El compromiso de Caspe fue un pacto establecido en el 24 de junio de 1412 por representantes de los reinos de Aragón, Valencia y el Condado de Barcelona para elegir un nuevo rey ante la muerte en 1410 de Martín I de Aragón sin descendencia y sin nombrar un sucesor aceptado.

Orígenes

Podemos afirmar que comienza con la muerte de Martín  “El Joven” en Sicilia, hijo de Martín I “El Humano”, y por tanto el legitimo heredero de la Corona de Aragón.

Aunque el Rey Martín I, que había quedado viudo, trato de resolver la situación casándose de nuevo en un apresurado matrimonio, con el objetivo de conseguir un heredero para el trono.

Ante la imposibilidad de tener descendencia aposto por la formación de su nieto y reclamó la participación de los parlamentos de los reinos y condados que conformaban la Corona de Aragón, para que sus representantes y expertos legales se pronunciaran decidieran cual de sus parientes tenía prioridad legal.

En Julio de 1410 fallece el Rey Martín I sin haberse resuelto el problema de la sucesión.

Cuentan que durante sus últimas horas de agonía el rey fue visitado en su lecho de muerte por el consejero de Barcelona Ferrer de Gualbes, el cual le dirigió unas palabras que al final le fueron repetidas en forma de pregunta: «Senyor, plau-vos que la successió dels dits vostres regnes e terres, après obte vostre, pervinga a aquell que, per justícia, deurà prevenir, e que’n sia feta carta pública?» (¿Señor, le place a usted que la sucesión de los dichos reinos y tierras, después de su muerte, sean heredados por aquél que, por justicia, deba, y que se haga carta pública?). A la cual el rey Martín, ya moribundo, solo fue capaz de responder «Hoc!» (Si!).

Esto provocó una peligrosa situación, ya que, al surgir hasta seis pretendientes al trono vacante, se podría desembocar en una guerra civil que acabara con la Corona de Aragón.

En el orden interno se produjo un vacío de poder, que aunque grave, no significó la paralización del Reino. Las instituciones aragonesas que se habían conformado a través del tiempo se podían mantener hasta la resolución del problema sucesorio.

Los pretendientes

Los seis candidatos a la sucesión fueron:

Fadrique de Luna, conde de Luna, hijo bastardo de Martín I de Sicilia, legitimado en parte por Benedicto XIII.

Jaime II de Urgel, conde de Urgel, hijo de Pedro, nieto de Jaime y bisnieto de Alfonso IV de Aragón, esposo, además de Isabel, hija de Pedro el Ceremonioso y de Sibila de Fortiá, su cuarta mujer.

Alfonso de Aragón y Foix, conde de Denia, y Ribagorza, marqués de Villena y duque de Gandía, nieto, por línea masculina, de Jaime II de Aragón. Murió poco antes de la reunión de Caspe y fue reemplazado por su hermano Juan de Prades.

Luis de Anjou, duque de Calabria, nieto, por su madre Violante, de Juan I de Aragón.

Juan de Prades, conde de Prades, hermano de Alfonso, el duque de Gandía.

Fernando de Trastámara, el de Antequera, infante de Castilla, nieto, por su madre Leonor la regente de Castilla, de Pedro IV de Aragón.

Continuara …

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