Por José Luis Cester
La formación del precio diario de la energía es responsabilidad de una empresa que se llama OMI-Polo Español S.A. (OMIE). Esta empresa es la encargada de organizar el mercado ibérico de la energía que se negocia cada día, casando los precios…
…de la oferta y la demanda, hora a hora, tanto en España como en Portugal.
Omi-Polo Español S.A. está participada con un 50 % por OMEL y con un 50 % por OMIP SGPS. OMEL es la parte española y OMIP la parte portuguesa según los acuerdos firmados por ambos países. Los accionistas de OMEL son los siguientes, según una publicación del periódico Cinco Días
Y los accionistas de OMIP SGPS son R.E.N. (Redes Energéticas Nacionais), ENDESA PORTUGAL, PARCAIXA, IBERDROLA, GAS NATURAL, FENOSA, E.ON, ABENGOA, BOLSAS Y MERCADOS ESPAÑOLES Y UNESA. Esta composición ha podido cambiar pues es de hace algunos años, aunque seguramente el grueso de ellos se mantenga igual.
Supuestamente OMIE organiza un mercado transparente en el que el precio de la energía se forma por las leyes de la oferta y la demanda según los criterios de transparencia y libre mercado.
El sistema que se utiliza es un método llamado marginalista en el que la última tecnología de generación que cubre la demanda total, es la que fija el precio para todos.
Las ofertas de venta de energía se envían el día anterior a su negociación de modo que, para cada hora del día, las diferentes empresas de generación con sus diferentes tecnologías, nuclear, carbón, renovables, etc, proponen la energía que van a vender y a qué precio.
Por otro lado están las peticiones de compra. Cada posible comprador de energía, generalmente son comercializadoras, igualmente hace la propuesta de compra el día anterior, solicita para cada hora la energía que estima necesaria para sus clientes y a qué precio la quiere pagar.
Ahora empieza el proceso de casación de la oferta y la demanda y que es, supuestamente, automático y limpio. Entra en acción un algoritmo al que llaman Euphemia, que es el que de forma automática realiza la casación. Se meten los datos al sistema y Euphemia arroja un resultado. En medio casi nadie sabe lo que pasa. El siguiente enlace de un artículo del Periódico de la Energía, lo describe con algún detalle: https://elperiodicodelaenergia.com/euphemia-el-complejo-algoritmo-que-casa-los-precios-de-los-mercados-electricos-y-que-no-entienden-ni-los-traders/
El sistema ordena las ofertas por su precio de venta de menor a mayor y las propuestas de compra de mayor a menor precio. Se confrontan las ofertas de venta más baratas con las propuestas de compra más caras y se van incorporando más escalones de oferta hasta que se consigue igualar la demanda de energía. La última oferta que cubre la demanda y por lo tanto la más cara, es la que fija el precio para todo el mundo en esa hora. Todos los vendedores cobran la misma cantidad y todos los compradores pagan la misma cantidad. Así se hace para las veinticuatro horas del día. Es decir, que si un generador ha ofertado 10 €Mwh y la casación arroja un precio de 70 €/Mwh, ese productor se encuentra con un margen añadido de 60 €/Mwh.
Por otro lado, ya explicamos en algún informe anterior, que el 80 % de las ofertas de venta de energía las realizan los cuatro grandes y las propuestas de compra también, pero con otros CIF. Son los mismos nombres pero diferentes empresas que pertenecen al grupo. No es difícil imaginar que cuando quieran un precio alto está a su alcance conseguirlo y cuando interesa barato, también. El precio del mercado alto les permite cobrar más por el PVPC (Precio Voluntario del Pequeño consumidor) y subir los precios de venta en sus facturas. Además dejan fuera de juego a muchas comercializadoras más pequeñas que compran en el mercado sometidos al dictado de los precios que ellos marcan. Fijan el precio del mercado pero se bilateralizan. Es decir, se auto venden la energía por fuera del mercado ajustándose los precios según sus políticas de beneficios. Por supuesto todo ello con mucho cuidado.
Al gobierno, que además está muy condicionado por la deuda con las eléctricas y por su poder, también le interesa un precio alto. Recauda más impuestos y se ahorra la compensación de la prima a las renovables. A quién sí hace daño es al consumidor y a las pequeñas comercializadoras.
No olvidemos que las sociedades encargadas del mercado también son propiedad de los mismos. Aunque el accionariado está muy repartido, sólo pueden acumular derechos políticos de decisión hasta un 5 % como máximo, y el gobierno se reserva la decisión de nombrar a los presidentes (la ministra para la transición ha nombrado a Carmen Becerril que fue Directora de Política de Energía y Minas, Presidenta de Fortia Energía, Presidenta de Acciona Energía, consejera de REE, CLH, Endesa y Acciona entre otros cargos), seguro que no se tomarán decisiones que puedan perjudicar a los propietarios de la sociedad. La duda de si velarán por sus intereses o por los de los consumidores, enseguida se disipa.
Para explicar la situación de carestía en el precio diario del Mwh, hablan de precio del petróleo caro, de si llueve más o menos, etc. Pero a lo largo de la historia del mercado eléctrico ha habido precios más baratos del Mwh con precios más caros del petróleo y con periodos de sequía mayor que el actual.
El coste medio de generación de energía eléctrica está en el entorno de 45 €/Mwh. De hecho, muchas compras a largo plazo (P.P.A) se están cerrando en el entorno de 40 a 45 €/Mwh o incluso menos, incluido el beneficio del productor de energía.
Es decir, que cuando el mercado cierra un precio a 70 €/Mwh, un 35 % más caro aproximadamente que el coste de generación, es que algo falla en el mercado y debería corregirse. Aquí es donde la ministra puede intervenir si quiere y le dejan, porque reduciendo el 7 % del impuesto a la generación lo único que hace es recaudar menos y aumentar el margen de los productores. El mercado casi no se ha enterado de esa medida.
Pero claro, si a todos los que tienen capacidad de modificar el sistema de casación del mercado, les interesa un precio alto: ¿para que van a cambiar nada?
Quizá con la cercanía de las próximas elecciones hagan alguna gestión que baje el precio y puedan vender la “moto”
¡Viva el libre mercado!