“Trastos” en el Centro cultural Palacio de la Audiencia de Soria


Por Gerardo Navarro
(Corresponsal del Pollo Urbano en Soria)

    Miguel Ángel Rodríguez y Ernesto Martínez son los productores de “TRASTOS”, una exposición  que se pudo visitar hasta el  15 de Febrero, que quiso ser una aproximación al arte con objetos encontrados, y además, esconde una bonita historia de amistad.

   El proyecto nació a finales de 2002 durante una cena con Alberto Manrique y Maribel, en Fuentepinilla.

   El objetivo era intentar plasmar los cambios sociales mediante montajes artísticos realizados con objetos encontrados. Alberto y Miguel Ángel recorrieron numerosos vertederos del Campo de Gomara, donde obtuvieron la materia prima para realizar su proyecto. Pero el destino quiso que en 2004 la muerte de Alberto a los 46 años de edad truncara está iniciativa, dejando los objetos almacenados en una cochera.

    Otra cena en 2016, en la que se encontraba Ernesto y Montse, propició retomar el proyecto, y así, hacer un bonito homenaje a Alberto Manrique.

    “TRASTOS” se pudo disfrutar por primera vez, la primera quincena de Febrero en el Palacio de la Audiencia (Soria). Cuenta con 53 piezas, 30 de ellas más los textos realizados por Rodríguez en el último año. Más de 3200 personas se acercaron a disfrutar de esta magnífica propuesta.

    Tanto Miguel Ángel como Ernesto se mostraron entusiasmados por la gran acogida que tuvo la exposición y “El Pollo Urbano” estuvo allí para contarlo.

 

José María Martínez Laseca  

09/02/2017

    SE PUEDE, y debe, visitar, hasta el 15 de febrero, en el Centro cultural Palacio de la Audiencia, la exposición ‘Trastos’. Palabra (sust., m. pl.) que, según la RAE, procede del latín ‘transtrum’ ‘banco’. Recojo sus acepciones más significativas: 1. despect. Cosa inútil, estropeada, vieja o que estorba; 5. Conjunto de utensilios o herramientas propios de una actividad; 6. Muebles o utensilios de una casa.

   Las tres nos mentalizan para adentrarnos en la sala. A lo que añado el sabio refrán: ‘Parientes y trastos viejos, pocos y lejos’. Porque tanto unos como otros suelen causar más incomodidades que provecho, se nos dice.

   Se trata aquí, por ello, de objetos de desecho. Los que gozaron de su plenitud en el pasado. Cuando los pueblos de nuestra provincia de Soria abrían sus casas alegres y repletas de gente. Inmersos dentro de una economía -agrícola, ganadera y forestal- autárquica y de autosuficiencia, en la que a todo se le sacaba alguna utilidad. Después vendría la sangría de la emigración y la consiguiente despoblación, como consecuencia de los seductores cantos de sirena de las grandes ciudades.

   El tiempo roto. Por el cambio de mentalidad que supuso la modernidad, con el consumismo –de usar y tirar– y la obsolescencia programada, que propiciaron el desapego de materiales y utensilios que fueron a parar en el mejor de los casos a museos etnográficos rurales y, en el peor, a los vertederos. Miguel Ángel Rodríguez y Ernesto Martínez localizaron muchos de ellos desperdigados por las escombreras.

   Fruto de aquel rescate y sometidos después a un proceso de reciclaje o de puesta al día, resultan las 53 obras de esta muestra de la memoria emocional. Un homenaje tributado al irrepetible Alberto Manrique (betharramita) que estuvo en la semilla. Manipulados y fuera de su contexto aparecen redivivos, cual Lázaro por el conjuro de ‘levántate y anda’.

   Y alguien podría asociar los cuadros colgados con ‘el informalismo’ por su lenguaje abstracto donde los materiales cobran un papel decisivo. Incluso tildarlos de ‘no arte’ u ‘otro arte’. A mí me agradan más las expresiones: recuperARTE y reciclARTE. Una exposición, pues, que es caja de resonancia de sensaciones y de emociones. Cual concha de caracola arrimada a la oreja por la que oímos cercano el aliento del mar.

Fuente: http://www.diariodesoria.es/noticias/opinion/trastos_82030.html

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