Por Manuel Medrano
El 10 de abril se inauguró en la Galería de Arte Itxaso (c/ Dato nº 13-15, de Zaragoza) la muestra “Retratos”, que podrán ver hasta el 3 de mayo, de martes a domingo de 18 a 22 horas, incluso festivos.
El autor, llamado realmente Juan Alberto Albiac, nació hace 40 años en Barcelona, vino después con 11 años a Zaragoza y aquí estudió en la Escuela de Artes y, luego, volvió a Barcelona durante dos años para formarse como Técnico Realizador de Imagen de Síntesis. Después volvió a Zaragoza donde estudió técnica escultórica y, más tarde, joyería que, como dice él, “es lo mismo pero en miniatura” (definición que comparto, como saben).
Estuvo unos años en su taller y en la joyería Lasarte, tras lo cual abandonó el mundo creativo para trabajar como autónomo en lo que hubiese oportunidad: agente de seguros, soldador, pintor y, llegado a las 40, ha decidido volver a trabajar en lo que realmente le gusta, la producción artística. Juan Alberto Albiac concibió siempre el dibujo como un camino hacia un fin, se trate de escultura, joyería o soldadura, pero ahora se ha dado cuenta de que, en su caso, es el camino y el fin. Es decir que, como en el tao, el camino es la meta.
Lo que nos presenta ahora el autor es un conjunto de retratos realizados, exclusivamente, con bolígrafo Bic sin que, como detectó alguno de los artistas presentes, falte el uso de recursos técnicos como “aguadas” y otros.
Resulta sorprendente lo que consigue con este limitado recurso, mediante el cual representa indigentes y otros personajes marginales, pero también actores y directores de cine. Nos explicó que su tema preferido son los ciudadanos marginados, donde el trabajo de Juan Alberto brilla con toda su potencia al reflejar con gran perfección las huellas en los rostros del sufrimiento y el deterioro de una vida de penalidades, las duras miradas y los expresivos gestos de los protagonistas, siendo un maestro en el retrato de una de nuestras mayores vergüenzas sociales, si no la mayor.
No me extenderé más, vean las imágenes y acudan a la exposición, para comprobar si tengo o no razón en mis opiniones.
