Argentina: “La Odisea” de transitar el 2020


Por Gloria Cohen

    No sólo para la Argentina, sino para los millones de habitantes de este mundo, atravesar este 2020 está siendo una verdadera Odisea.


Gloria Cohen
Corresponsal del Pollo Urbano en Argentina 
 

     De más está abundar en los detalles sobre la larga cuarentena por Coronavirus, que tan bien conocen en otros países y que aquí venimos sobrellevando desde el 20 de marzo. Al 30 de abril lamentamos 218 muertes por Coronavirus y se detectaron 4.428 infectados, aunque todavía estamos en otoño y no llegó el tan temido invierno que tantas vidas se cobró en el Hemisferio Norte.

     Por supuesto que es dramático el problema del “Corona-hambre”, más en un país quebrado económicamente como el nuestro, que quizás podría estar por entrar en un nuevo “default” de su deuda externa en menos de 20 años. Todavía no sabemos qué pasará, pero en la peor situación sería el tercer “default” en ese lapso de tiempo, pues se cita uno en el 2014 poco registrado en la memoria colectiva y si, se recuerda mucho todavía la estrepitosa crisis, el “corralito” y el cese en el pago de la deuda de fines del 2001.

   Ahora se está en pleno proceso de renegociación de los casi 70.000 millones de dólares de deuda contraída con acreedores privados del resto del mundo bajo legislación extranjera y todavía no sabemos cuál será su resultado final. A esto se suma la caída en los precios internacionales de los principales commodities que exporta Argentina (soja y maíz) y del petróleo, pues se había apostado a la exportación de granos y a la explotación de petróleo y gas producidos en “Vaca Muerta” como motor económico del país.

    Así que si para el mundo transitar el 2020 con el Coronavirus es una verdadera “Odisea”, para la Argentina lo es aún más.

  La Odisea original de Homero es un poema que se remonta a los siglos VIII ó VII antes de Cristo y que narra las peripecias de Ulises, rey de la isla de Ítaca en el mar Jónico, que busca recobrar su reino donde lo esperan su hijo Telémaco y su fiel esposa Penélope, luego de haber estado diez años luchando en la guerra de Troya -en Asia Menor- y otros diez años atravesando mares y tierras. Una distancia que en los primeros años del siglo XXI hubiera resultado corta en aquella época, con medios rudimentarios de navegación, era muy larga, azarosa y llena de vicisitudes.

   A principios del siglo XX, más precisamente el 2 de febrero de 1922, salió a la luz el Ulises de James Joyce, escritor irlandés afincado en Trieste –Italia-, obra que transcurre en una realidad totalmente diferente, pero que conserva ciertas similitudes con varios personajes y lugares de la Odisea original, como “Telémaco”, “Néstor”, “Nausicaa”, “Circe”, “Ítaca” y “Penélope”, entre otros.

   El Ulises irlandés es una odisea que transcurre en un solo día, el 16 de junio de 1904 y su protagonista Leopoldo Bloom, equivalente a Ulises, no es un rey sino un irlandés “del montón” que tiene la particularidad de ser mitad judío por vía paterna, lo que se destaca en varios momentos del relato. Joyce narra los acontecimientos de ese día y describe con detalle el periplo de Bloom por  varias calles, tabernas y sitios emblemáticos de Dublín, no sólo desde la geografía de la ciudad, sino desde los pensamientos e imaginaciones del propio protagonista y de otros personajes.

   En ese mismo día, Bloom además de desayunar y almorzar en bares y tabernas, asiste a un entierro por la mañana, durante la tarde acompaña junto a otras personas las vicisitudes de un parto difícil, finalmente exitoso, en las inmediaciones de un hospital y por la noche visita en compañía de otros hombres el barrio rojo de Dublín hasta que regresa a su casa, por lo que la obra abarca todas las etapas de la vida humana, además de los deseos, temores, inquietudes y preocupaciones de sus personajes. También Bloom entabla un acercamiento protector y paternal con un muchacho más joven – Esteban Dédalus- que vendría a representar al Telémaco de la Odisea original, sin ser su hijo de sangre (su verdadero hijo murió con sólo 11 días y tiene además una hija a quien menciona en varias oportunidades). Su esposa, a diferencia de la Penélope original no le es fiel, y el último episodio del libro es un largo soliloquio de ella, un relato de sus pensamientos femeninos más íntimos.

   Desde 1954 se celebra anualmente el “Bloomsday”, el día 16 de junio en el que los participantes procuran comer y cenar lo mismo que los protagonistas de la obra, o realizar distintos actos que tengan su paralelismo en la novela. Se realizan encuentros especialmente en Dublín para seguir el itinerario exacto de la acción, y en otras ciudades como Nueva York. Probablemente, sea un evento que no pueda realizarse en este 2020.

   El Ulises de James Joyce no es un libro fácil de leer: su longitud varía entre las 700 y las 1.000 páginas dependiendo de las ediciones y está repleto de acertijos y juegos de palabras en inglés que Joyce introdujo como desafío a los miles de eruditos que todavía tratan de descifrarlos, además de una sobre-abundancia de descripciones minuciosas de personajes y de lugares que pueden llegar a hacerlo tedioso. Aunque una lectora “de cuarentena” como yo, pudo encontrarle la mano a su lectura y habiendo comprendido la esencia profunda de la vitalidad humana que se desprende del largo texto, puedo decir que me sentí conmovida por la historia y feliz de haberlo terminado.

   Otra Odisea menos conocida pero más local, es decir argentina, se narra en la película “La odisea de los giles” que relata las peripecias de un grupo de vecinos de un pueblo que intenta recuperar sus ahorros en dólares, luego del tan conocido “corralito” producido durante la crisis de diciembre del 2001.

   Es una peli del año 2019, un éxito de taquilla aquí, seleccionada para representar al país en los Oscar pero no quedó entre las nominadas por la Academia, aunque ganó un Premio Goya. Al principio de la película, se define según el diccionario al “gil” como “personas lentas, a las que les falta viveza y picardía”… traducido, “tipos honestos, que cumplen las normas y que suelen ser sometidos a abusos”… estos “giles” de ficción viven su propia odisea en un pueblo rural de la llanura pampeana.

   Por eso, cada país, cada comunidad, cada grupo de individuos y cada individuo en particular estará transitando su propia “odisea” en esta pandemia “Covid-19”. Probablemente, se escriban novelas y/o guiones que luego puedan ser llevadas al cine y en cada lugar podrán relatarse diferentes historias y experiencias.

   En Argentina, nos imaginamos algunas partes del relato, pero faltan muchos elementos y todavía no podemos avizorar algunas partes de la trama y su final. Si podemos imaginar el principio: un grupo de familiares y amigos que, en el primer segundo del año 2020 levantan emocionados sus copas y brindan, luego se abrazan, se besan y se expresan los mejores deseos de Paz y Amor para el nuevo año: ¡Salud, Prosperidad y Trabajo!…¡ Muchos encuentros y asados compartidos y la ilusión de realizar algún viaje!

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