Por Klaus Dillemberger
No me lo puedo creer. ¿Será que existe la justicia divina? Soria ha caído en desgracia.
Klaus Dillemberger
http://notas-de-un-emigrante.blogspot.com.es/
Corresponsal del Pollo Urbano en Chile
El soberbio y arrogante verdugo de la industria solar española, la pesadilla de decenas de miles de familias que creían en la generación limpia de electricidad y apostaban sus ahorros en la fotovoltaica, el implacable defensor de los intereses de las grandes compañías energéticas, el incansable luchador para aumentar el consumo de gas y de petróleo, en la recta final de su oficio ha tenido que dimitir. No ha tenido que dimitir por amenazar con multas exorbitantes a las instalaciones fotovoltaicas, no ha tenido que dimitir por el mundialmente tan famoso como chabacano impuesto al sol ni por la veintena de pleitos internacionales en las que se ve metido España por saltarse las reglas básicas de un estado de derecho y burlarse de fondos de inversión que se fiaban de la legislación española.
Da igual que hayamos tenido que emigrar miles de profesionales del sector de las energías renovables generando ahora plusvalías en Chile, en México o Gran Britania. Cosas de la vida. No tiene importancia histórica que muchos hayamos tenido que malvender nuestras casas para hacer frente a las exigencias de los bancos. Estamos mejor que los millones de sirios que huyen de balas, bombas y de la bazofia fundamentalista.
No, Soria ha tenido que dimitir por mentir sobre un par de empresitas offshore, de las que, como dice, ni se acordaba. Pero da igual. Lo importante es que le han tenido que echar en vez de colgarle medallas por sus cometidos. Me recuerda un poco al mítico mafioso Al Capone en EE UU que nunca se le pudo condenar por sus crímenes cometidos, no. Se le encarcelo 1931 por fraude fiscal. Pero lo importante era que acabó en la cárcel.
Esperemos que la historia juzgará a Soria por engordar el déficit de comercio exterior de España en unos cuantos miles de millones de € al año impidiendo reducir las importaciones de gas y de petróleo usando fuentes autóctonas de energía como el viento y el sol. Y esperemos que se le recuerde por haber eliminado deliberadamente el sector industrial español con más enfoque de futuro: el de las energías renovables.
