Ribagorza: «Que nocte la de aquel día»


Por Feli Benítez Izuel
Corresponsal del Pollo Urbano en la Ribagorza
www.eltallerdefeli.blogspot.com

Hoy es uno de esos días en los que miro a la botella y lo que veo son los tragos apurados y no los vasos por escanciar. Más allá del reflejo de la imagen deformada que me devuelve el cristal, en cuyo centro estoy yo, rodeada por una orla de nubes que el peine del viento ha vuelto algodón hilado, quiero ver a través del vidrio, escudriñar el contenido y conseguir la cifra de lo inexorable.

 

 

Sé que estoy más cerca del final de la vida que del principio de mis días y hoy el sentimiento de caducidad se apodera de la textura del aire.

Miro al tapiz que componen todos los elementos que me rodean: el paisaje, las personas, la modificación del paisaje por parte de ellas, las relaciones que establecen los seres humanos entre sí, su entorno, sus casas, sus obras y acciones… y no consigo una visión de conjunto. Miro y no veo ese fondo mullido, cálido y sedoso sobre el que acomodarme y reforzar la idea de que he elegido el sitio justo para crecer y vivir. Hoy siento los ecos de las noches oscuras del alma y, del tapiz, veo las esquinas deshilachadas, los huecos que han dejado gusanos y roedores, los nudos mal acabados, los claros donde se aprecia una urdimbre débil…

El tapiz que es la Ribagorza resiste mal el tiempo en algunas de sus partes. La despoblación. La carencia de servicios (se suprimen Oficinas Comarcales Agroambientales, peligra la educación de adultos, se cierran escuelas, se deja sin personal a los Centros Rurales Agrupados, la plaza de pediatría  queda vacante durante periodos prolongados, etc.). Las comunicaciones en algunos casos deficientes. La falta de industria y empleo que lleva a los jóvenes a emigrar. El envejecimiento de la población. El dinero cuya presencia se adivina por el número de bancos existentes pero que no se traduce en inversiones dinamizadoras del tejido laboral…

Y el desánimo se hace más acusado cuando una idea se presenta de forma reiterada sin que haya argumentos en contra para alejarla: la despoblación interesa. En boca de un periodista local, buen amigo, nacido aquí y conocedor de la realidad de esta comarca «vivimos en un territorio cautivo de las necesidades de los territorios vecinos» y no sólo. Cuantos menos seamos, menor la oposición a los proyectos descabellados y depredadores que se sirven de este territorio para obtener beneficios que aquí no quedan como la  Autopista Eléctrica o la construcción de pantanos que, paradoja sublime, se construyen aquí para proveer allá y que figuran como inversiones realizadas en el territorio. «Inversiones de castigo» es como las denomina el periodista Gayúbar.

Pero, ahora, me voy al interior de la botella, para alejar la hiel, en la forma en que lo han hecho los seres humanos desde que se descubrió el vino: bebiéndomelo.

Vamos a hacer un inciso. Llega el periodo vacacional, y con él el movimiento a través de las horas repletas de luz que nos permiten conocer otros lugares, otras personas.

Vaya desde aquí mi invitación a todos para que se acerquen a conocer esta tierra en su mejor luz, en esos momentos en los que brilla gracias al trabajo de tantos que, como yo, creen que aquí hay futuro.

Buen verano. Nos vemos en la Ribagorza.

Festival de Artes Escénicas de Graus

Clásicos en la Frontera

El taller de Feli. Exposición de Andrea Auset

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Fiestas de Graus

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http://www.turismoribagorza.org/

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