Nueva York: Coney Island


Por Marta Remartínez 

    Coney Island no es sólo la playa más famosa de Nueva York, es mucho más. Coney Island es un pedazo de historia que resiste en el tiempo. Es fantasía, magia y un mundo surrealista que poco o nada tiene que ver con los rascacielos que dejamos en Manhattan.


Por Marta Remartínez (Corresponsal del Pollo en Nueva York)
 http://www.flickr.com/photos/momentosguardados/

   Coney Island no es sólo la playa más famosa de Nueva York, es mucho más. Coney Island es un pedazo de historia que resiste en el tiempo. Es fantasía, magia y un mundo surrealista que poco o nada tiene que ver con los rascacielos que dejamos en Manhattan.

   Coney Island es de esos lugares únicos en el mundo. ¿Dónde si no dispararías a un escurridizo payaso con una pistola de paintball? Y es que la atracción shoot the freak sigue en vigor pese a las quejas y denuncias que le persiguen. Pagar para disparar a un ser humano es de esas cosas que sólo son posibles aquí.



   Coney Island albergó a principios del siglo XX el primer parque de atracciones del mundo. Concretamente en el año 1903 nació Luna Park. A este se le sumaron poco después Astroland y Speechless y el término parque de atracciones se quedó pequeño. Al mismo tiempo nacía la electricidad, e iluminar los parques con bombillas se convertía en una atracción más. Cuentan que desde Manhattan podías ver el resplandor de estos parques que muchas familias elegían ese lugar como destino vacacional.

   No sólo podías encontrar las más variadas atracciones de feria, sino también espectáculos de circo con enanos, faquires y mujeres barbudas mientras el Doctor Milagro, en la carpa de al lado, salvaba bebés gracias a un invento que revolucionaría el mundo años después: la incubadora.  



    Incluso existió un zoo algo particular, no sólo tenía animales, si no que personas consideradas exóticas por aquel entonces, como esquimales o indios, se paseaban antes los ojos de ricos veraneantes que llegaban de todo el mundo. ¿El origen de gran hermano? Tal vez…

   Si quieres conocer algo más sobre su historia no dejes de visitar su museo, por tan sólo 99 céntimos abrirás la puerta de la fantasía. Objetos curiosos y proyecciones de la época hacen que merezca la pena. Hasta Freud se interesó por este lugar y en el museo puedes encontrar desde escritos del psicoanalista a una sucesión de fotogramas sobre la electrocución de un elefante.

   Y si te invade la melancolía siempre te sentirás mejor con el estómago lleno. Para eso está el genuino Nathans, que sirve los perritos calientes más famosos de la historia desde que abrió sus puertas en 1916. Famoso también por celebrar cada 4 de julio el hot dogs eating contest más seguido de América. Quien más perritos come, gana y además su nombre aparecerá en el muro de la gloria junto a la cuenta atrás para el siguiente concurso.

   Otro espectáculo que no te puedes perder es la llamada Mermaid Parade, que se celebra el último sábado de junio y llena las calles de color, música y extravagancia. Todo vale para acompañar en esta marcha a Miss Cyclone, la reina del desfile. Sirenas, Neptunos, lentejuelas y bandas de músicas desfilan por este paraje tan singular llamado Coney Island.

    Hay varios grupos que apoyan este lugar carnavalesco y original, aunque no le faltan detractores. Los hay que piensan que Coney Island es un lugar cutre que debería ser de una vez por todas remodelado y construir nuevas viviendas con vistas al mar. Claro que se esto se hace habrá que despedirse de la maravillosa y antigua noria conocida como la Wonder Wheel, única en el mundo gracias a sus raíles internos que te hacen gritar como si estuvieses en una montaña rusa. Pero para pasar miedo tenemos el Cyclone, la montaña rusa más antigua del mundo. ¿Te subes?

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