Febrero: «El 80% de los casos de apnea del sueño en España no está diagnosticado»

Por Jorge Moreno

     El 80% de los casos de apnea hipopnea en España no está diagnosticado, a pesar de que este trastorno del sueño ocasionado por la obstrucción de las vías respiratorias llega a provocar con los años afecciones graves en órganos vitales como el riñón, el corazón y el cerebro si no se sigue un tratamiento.

 

    Así lo ha afirmado a Efe la psicóloga de la Asociación Española del Sueño, con sede en la capital aragonesa, Marta Nieto, quien ha impartido hoy el III taller para informar y educar sobre los síntomas y consecuencias que acarrea el dormir mal por la noche.

   Según un estudio realizado por la asociación en 2010, alrededor de dos millones de personas padecen apnea en España, de las cuales más de un millón y medio, es decir el 80 por ciento, lo desconoce y por lo tanto no sigue el tratamiento adecuado.

   La apnea es un trastorno del sueño que provoca la obstrucción de las vías respiratorias, es decir las personas que lo padecen dejan de respirar intermitentemente mientras duermen, lo que impide la adecuada entrada de oxígeno al organismo. «Esta falta de oxigenación produce un aumento de los niveles de dióxido de carbono y favorece la hipertensión que puede acabar afectando al corazón, con paros cardíacos, al cerebro, con ictus, o al riñón con la aparición de una diabetes», ha comentado.

   Además de las afecciones «graves» para el organismo, este síndrome evita que la persona que lo sufre descanse adecuadamente durante la noche, al impedir que el cerebro entre en la fase profunda del sueño necesaria para completar el ciclo. «Ante el bloqueo de la respiración, el cerebro se regula para cuidarse y no entra en la fase profunda, porque hay riesgo de que se produzca una muerte súbita», ha apuntado.

    De esta forma, el paciente tiene un sueño ligero que le produce dolores de cabeza y somnolencia durante el día y, por lo tanto, un «deterioro cognitivo» en sus actividades, que muchas veces no se asocia al sueño y que «es el causante de muchos accidentes de tráfico», ha alertado.

    Los síntomas de este trastorno, que suele detectar el acompañante que duerme con el paciente, son especialmente la aparición de fuertes ronquidos acompañados de una respiración entrecortada, despertares nocturnos con movimientos bruscos y exceso de sueño durante el día.

    «Cuando oímos a alguien roncar, muchas veces pensamos que esa persona está durmiendo como un lirón y, sin embargo, puede ser todo lo contrario», ha resaltado Nieto, quien ha señalado la dificultad de diagnosticar el síndrome porque los síntomas no se asocian al sueño.

    Nieto ha explicado que para que sea considerado un trastorno se deben localizar en una hora más de veinte apneas, por debajo de este índice no se tienen en cuenta, y de forma constante durante un tiempo.

    Respecto al insomnio, ha indicado que las causas que lo provocan son diferentes en cada individuo y, por lo tanto, requieren una «evaluación exhaustiva» para detectarlas y poder aplicar el tratamiento adecuado que acabe con el problema. «Mi experiencia es que todo se mete en la misma caja y para todos sirve lo mismo, y no es así. Cuando las causas son emocionales las tiene que tratar un psicólogo y cuando es por enfermedad el especialista», ha recomendado.

    De todas formas, ha afirmado que, lejos del excesivo uso de hipnóticos, se puede adoptar una serie de hábitos, como reservar momentos de más tranquilidad a lo largo del día, que ayudan a conciliar el sueño con más facilidad.

    El insomnio está vinculado a los rasgos de la personalidad, de tal forma que aquel que no desconecte de las preocupaciones diarias es más proclive a padecerlo.

    «Siempre hay algo que está perturbando a la sociedad, ahora es la crisis y en años anteriores era una guerra, y que pueden dificultar el sueño».

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