Tierno verano de lujurias y azoteas


Por Don Quiterio 

  Es el verano una estación con mucho desenfreno, música y emoción (supuesta) en sus abundantes fiestas populares.

    Entre ellas no es de poca importancia la de Tarazona en honor al patrón san Atilano, siendo uno de sus principales actos la carrera del Cipotegato, un mítico personaje encapuchado y disfrazado de arlequín, que lo persigue la muchedumbre y le arroja tomates. El vasco afincado en Zaragoza Gaizka Urresti lo incorporó en su ‘Bendita Calamidad’, para sonrojo de todos. Ya ven. Pero esta sección no trata de los festejos de los pueblos, sino de la fiesta del séptimo arte. En la canícula aragonesa, efectivamente, los festivales y muestras de cine abundan que es un gozo. Ni las setas, vamos. Y en Tarazona, precisamente, se celebró otra edición –y ya van quince- de su certamen en honor al santo patrón de la comedia reaccionaria: el turiasonense Paco Martínez Soria, o sea. Un festival que estrenó ‘Miau’, el nuevo filme del zaragozano Ignacio Estaregui, y homenajeó a José Sacristán, Gabino Diego, Ernesto Alterio, Maggie Civantos, Andrea del Río, Joaquín Reyes y, a título póstumo, Marisa Porcel. ‘Matar a dios’, largometraje codirigido por Caye Casas y Albert Pintó, y ‘9 pasos’, corto realizado al alimón por Moisés Romera y Marisa Crespo, se llevaron sendos premios del público. También fueron premiados, en sus diversas disciplinas técnicas o artísticas, Teresa Bellón, César Calvillo, Cristina Soria, Nuria Herrero, Bárbara Santa-Cruz, Marta Aledo, Antonio Galeano o Miguel Ángel Remiro.

  Benasque, en el palacio de los condes de Ribagorza, acogió la decimocuarta edición de la pequeña muestra de cine invisible, que incluyó la proyección de los documentales ‘Ordesa y Monte Perdido, un siglo como parque nacional’, ‘Análisis de sangre azul’ y ‘El lápiz, la nieve y la hierba’. El primero, dirigido por Eduardo de la Cruz –madrileño con casa en Broto-, recoge las circunstancias históricas que dieron forma a ese parque nacional y repasa los trabajos de aquellos pioneros que comenzaron a explorarlo, entre los siglos dieciocho y diecinueve, bajo una mirada más científica y menos romántica. El segundo es un falso documental codirigido  por la zaragozana Blanca Torres y el salmantino Gabriel Velázquez, con guion del oscense Orencio Boix y banda sonora del también oscense Javier Aquilué, rodado en súper ocho con imágenes documentales de época en dieciséis milímetros, un original experimento que narra la aventura de un aristócrata inglés que cae despeñado en los Pirineos y despierta en un sanatorio mental a principios del siglo veinte, mientras un doctor registra con su cámara las evoluciones de este individuo que ha perdido la orientación y la memoria. El último documental, dirigido por el catalán de ascendencia aragonesa Arturo Méndiz, habla de la escuela unitaria que todavía sigue funcionando en algunos pueblos del Pirineo: un aula, un maestro y un puñado de niños de todas las edades que juegan, aprenden y se divierten juntos.

  La decimoséptima edición del festival de cine extraño y de terror Obuxofest, celebrado en la localidad altoaragonesa de Javierrelatre, dio sus premios a ‘Caronte’, un corto dirigido por Luis Tinoco que mezcla la ficción científica con el realismo y narra las vivencias de una niña adolescente que pierde a su hermano en un accidente de tráfico, y a ‘R.I.P.’, de Albert Pintó y Caye Casas, la historia de una mujer que prepara el funeral de su marido cuando este está todavía vivo, al tiempo que se premió ‘Ursidae’, el mejor vídeo de un minuto realizado durante el certamen.

  El festival Villa de Ayerbe, en su edición número doce, premió a los impulsores de este certamen, Ángel Vera y Juan Naya, al poner en valor la lucha de ambos por difundir el cine en el medio rural, y rindió homenaje a todos los cortos ganadores de sus once años anteriores, con especial atención al trabajo premiado con un Goya ‘El talento de las moscas’. También se celebró, doce años después de la primera edición, la segunda muestra de cortometrajes Castillo de Jaraba, en las piscinas del pueblo.

  La muestra de cine de ciencia ficción en Sariñena programó ‘La guerra de los mundos’ (Byron Haskin, 1952), ‘La mosca’ (Kurt Neumann, 1958) e ‘Inteligencia artificial’ (Steven Spielberg, 2001). También se proyectaron en Sariñena, en el marco de la sexta edición del festival Súper 8, los cortos ganadores del último certamen de Bujaraloz y algunos más seleccionados para la ocasión, entre ellos ‘Los hombres de verdad no lloran’, ‘Acogida’, ‘Vergüenza’, ‘Nouvelle cuisine’ o ‘Madre’. Dos iniciativas del editor, escritor y pastelero Salvador Trallero.

  ‘Sobre ruedas’, corto dirigido por Rubén Pascual, logró los premios de mejor película, mejor actriz (Beatriz Fabregat) y el del público en la segunda edición del rally turolense Desafío Buñuel, en el que también fueron galardonados Zeynep Arisoy, Halit Eke, Imanol Pérez, Javier Araco, Chack Pérez, Montserrat Peña, Cristian Aparicio e Íñigo Floristán. Los otros cortos participantes fueron ‘Amor constante más allá de la muerte’, ‘Fritas con jamón’, ‘Por amor al jamón’, ‘The possible impossibilities’, ‘Llamantes’ y ‘Justo a tiempo’. El gerente del cine Maravillas de Teruel, Nacho Navarro, fue homenajeado con el premio María Portolés, en honor a la madre de Luis Buñuel.

  La película ‘Caras y lugares’, de Agnès Varda, clausuró la séptima muestra de cine más pequeña del mundo celebrada en Ascaso, pequeña aldea pirenaica semidespoblada perteneciente al término municipal de Boltaña. Se proyectaron, entre otros largometrajes, ‘I called him Morgan’, de Kasper Collin; ‘Cien días de soledad’, de José Díaz y Gerardo Olivares; ‘Wallay’, de Berni Goldblat; ‘El malvado zorro feroz’, de Patrick Imbert y Benjamin Renner; ‘Vivir y otras ficciones’, de Jo Sol, y ‘Tiempos modernos’, de Charles Chaplin. También se proyectaron cortos de los cineastas aragoneses Pedro Adiego (‘Camposanto’), Pilar Palomero (‘Horta’) y Gala Gracia (‘El color de la sed’). Y cortos de otras geografías como los realizados por Fernando Pomares, Pedro Vikingo, Jonathan Behr, Carlos Villafaina o Macarena Astorga. Esta muestra que dirigen al alimón Miguel Cordero y Néstor Prades homenajeó a Ángel Gonzalvo, del instituto de enseñanza media Pirámide de Huesca, que en 1999 inició el proyecto ‘Un día de cine’, programa al que están adscritos más de cien centros de primaria y secundaria de todo Aragón.

  Belchite se convirtió en escenario fílmico en la primera edición del concurso de cortometrajes ’24 horas de cine express’ y se rindió homenaje a la película ‘Las aventuras del barón de Munchausen’ en su trigésimo aniversario, rodada en parte en el pueblo viejo de esta localidad, con una exposición sobre imágenes de los actores, figurantes, técnicos y de las construcciones que se realizaron para el filme de Terry Gilliam. El corto ganador fue ‘Balada de un fantasma’, de Jorge Yétamo y Gabriel Sánchez; el segundo premio recayó en ‘Seis esferas’, de Carlos Berdiel y Alberto Martínez,  y el público se decantó por la pieza ‘Faustino’, del colectivo Suicide Squad. También hubo premios al mejor actor (Santi Ric por ‘Desencuentro’) y a la mejor actriz (Sandra Moli por ‘Esta es su historia’).

  Los cortos documentales ‘Montañas de agua’, ‘El viaje del filete’ y ‘La tortuga del desierto’, producidos por investigadores de la universidad de Zaragoza, quedaron finalistas en el festival de cine de Daroca, dentro de su apartado científico. El primero, dirigido por Alfonso Pardo, señala cómo la investigación hace emerger los secretos de los lagos pirenaicos de origen glaciar. El segundo, cuya responsable es Belén Marín, pone en valor los controles que desde los centros de investigación se realizan para que la carne que se ingiere a diario esté libre de enfermedades. El tercero está realizado por Aitor Valdeón y relata cómo un grupo de biogeógrafos del departamento de geografía de la universidad de Zaragoza descubre una población de galápago europeo en la península ibérica.

  Al tiempo que dio inicio la decimosegunda edición de Proyectaragón –con el videoclip de animación ‘1960’, de Carlos López, y el documental ‘Saura(s)’, un original e íntimo documental dirigido por Félix Viscarret que muestra al autor de ‘La caza’ a través de conversaciones con sus siete hijos-, se celebró el decimosexto certamen de cortometrajes aragoneses enmarcado dentro de las fiestas del zaragozano barrio Delicias, con piezas de Pilar Palomero, Ana Palacios, Raquel Larrosa, Mar Domínguez, Gabriel Lechón, Enrique Novials, Ángel Luis Martínez, Iris Campos, José Luis Galar, Jesús Carabias, Fernando Vera, Rodrigo Muñoz Zuara, Javier Gimeno, Sandra Baquera, Miguel Ángel Ariño o Josefa Gómez (fotógrafa de Enrique Bunbury que firma con el seudónimo de José Girl –o Josegirl, vaya usted a saber-, con quien comparte vida, descendencia y gusto por lo gótico y los tatuajes). A Gala Gracia, en la gala celebrada en el teatro de las Esquinas, valga la redundancia, se la premió por su corto de ‘El color de la sed’. Los premios a mejor actor y actriz fueron, respectivamente, para Josep Maria Alejandre (‘El color de la sed’, precisamente) y Rosa Lasierra (‘Habitación 110’), mientras que la mejor fotografía recayó sobre ‘La tierra muerta’ y León Velásquez. El galardón a la mejor banda sonora fue para ‘Al’amar’, de Natalia Moreno, y el premio del público se concedió a ‘Robarte una noche’, de Fernando Vera. Las menciones especiales fueron para el guion de Carmen Gutiérrez por ‘El porvenir’ y la mejor producción para ‘La Marca’, corto dirigido por Natalia Gomara. También se rindió homenaje a la actriz aragonesa María José Moreno.

  En el verano aragonés, decía al principio, los certámenes cinematográficos abundan como las setas. Para el arriba firmante, no obstante, los más entrañables son los que se celebran en Uncastillo y en Calanda. Por eso mismo, nobleza obliga, les dedico un aparte en esta sección pollera. Que no se diga.

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