Por Miguel Clavero
Estos tiempos difíciles que estamos viviendo, marcados por la desesperanza, el miedo y la muerte, parecen invocar a aquellos jinetes apocalípticos…
… que, desde sus cabalgaduras segaban vidas, guadaña en ristre, arrasándolo todo, dejando patente la destrucción allá por doquier y de la sociedad ‘corrompida por el pecado’.
Pues era así, de esa manera, cómo nuestros antepasados de tiempos ya muy lejanos interpretaban la realidad y extraían conclusiones que les ayudaban a comprender todo lo que les acontecía.
También en estos días podríamos volver la mirada a ese famoso cuadro: “Triunfo de la Muerte” que pintó Pieter Brueghel, alias el ‘viejo’, allá por 1562, y expuesto en el Museo del Prado de Madrid, dónde efectivamente, la muerte destruye y campa a sus anchas con todo un ejercito de esqueletos, que siegan la vida sin ningún atisbo de piedad; sin distinción de credo, etnia o grupo social, y en donde un esqueleto, con un reloj de arena, le recuerda al espectador que observa la obra, la caducidad de su tiempo vital y que también a él le llegará el fin de manera inexorable, sin posibilidad de clemencia.
‘No es algo personal’ parece que esté diciendo ese esqueleto sonriente. Sencillamente es una especie de determinismo esencial o, mejor, una regla implacable, inamovible, que transforma esa siniestra sonrisa del esqueleto, en una especie de ironía cósmica.
O yo qué sé…
O como diría el Aute, al que también la muerte ha venido recientemente a visitarle: parece que anda suelto Satanás.
Y con tantos muertos, la caterva de fachas de este país, instalada ahora en nuestro sistema parlamentario, flota ahora en su perfecto caldo de cultivo para promocionar y expandir todo el odio que entrañan. Van como sobreexcitados —solo hay que ver lo que hacen y dicen en el Congreso de los diputados—. Aguijoneados por la ira, saben que la coyuntura social es perfecta para extraer rédito político y, claro, beneficio personal.
Siempre que en este país a gobernado la ultraderecha ha hecho lo mismo y no tengo motivos ahora para pensar de otra manera. Y no sólo la ultraderecha, pero eso sería para otro capítulo aparte.
Es indigno e indecente, —e ilegal— que está manada de lobos, en esta dramática y excepcional situación en la que nos hallamos, en vez de arrimar y apoyar al gobierno como serían las obligaciones propias de su sus cargos, vayan con esa arrogancia fascistoide, poniendo la zancadilla a quien hace algo. Sin plantear soluciones, sólo se les ocurre destruir lo poco o mucho, bien o mal que se esté haciendo e insultar, pues otra cosa, nos están demostrando, no saben hacer.
Y mira tú qué ocurrencia tuvieron éstos de Vox: llenar la Gran Vía de Madrid de ataúdes con las víctimas de esta ‘peste’ que ahora nos asola. Fotomontaje que se publicó en los medios de comunicación como algo auténtico y que sin embargo fue una indecente mentira de titularidad ultraderechista para atemorizar a la población, más aún de lo que ya esta: calumnia que algo queda debieron de pensar.
Está claro que, al precio que sea. Ya lo hicieron con el último gobierno republicano en este país —con el desastre que ello supuso—.
Ahora ‘toca’ derrocar a éste de coalición progresista.
Agradecemos no obstante, como reza la canción del cantautor y polifacético artista nacional que se nos ha ido, y en paz descanse, que la novia vestida de tul no se masturbara encima de ningún ataúd.
Hubiera quedado realmente surrealista.
Pero la triste realidad no sólo de este país, pero también especialmente de éste —spain is diferent— es que además de los muertos y los fachas dando por el culo, en el terreno económico ésto no tiene buena pinta y las perspectivas no son nada halagüeñas.
Varios profesionales del ramo nos recuerdan los datos que nos anticipó el FMI sobre la evolución de la economía española: “son auténticamente aterradores” y pronostica que la consecuencia “dolorosa” será el aumento de una deuda pública española que podría alcanzar el 120 % sobre el PIB. Por hacer una comparativa ese sería un escenario económico similar, al que hubo en España tras la guerra civil.
En fin…
Pero bueno no quiero ser catastrofista y a partir de ahora hablaré de cosas más cercanas, o amables o graciosas o, simplemente, repasaré mi día a día o el de la gente de mi alrededor u otras gentes que es en definitiva, la última esperanza en donde nos podremos apoyar cuando vengan mal dadas. Que vendrán.
Pero como ha demostrado este país a lo largo de su historia, el verdadero potencial que ha hecho posible que saliéramos siempre adelante han sido sus gentes, el pueblo llano…
Frente a todas las dificultades por las que hemos pasado, al margen de los políticos del signo que sean, que reiteradamente han querido ponerse la ‘medallita’ y erigirse salvadores de la patria para su beneficio personal, el verdadero mérito que ha hecho posible superar todas las adversidades a sido, es y será la entrega, el esfuerzo y el trabajo de las gentes de este grandioso pueblo.