Éramos pocos y pario la Cihuelo

Por Al Caponi

    Casi todos los artistas del Circo Municipal tenían acreditada su capacidad para salir en las páginas del Pollo Urbano. De hecho, hay algunos que son moñacos permanentes y tan solo están a la espera de que se produzca el momento adecuado aunque, últimamente, el aburrimiento es la nota dominante del devenir municipal.

  Pero fue en la doble sesión plenaria del pasado 28 de diciembre donde el partido socialista hizo debutar  a su última artista: Ross Cihuelli quien interpretó un sensacional repertorio de gracias, chistes y chascarrillos que hizo las delicias del Portavoz dee IU-ZEC-ZOK-ExAEKUO, Ferdinand Rivaressi quíen, por cierto estudia la oferta de una popsible gira provincial  por los pueblos de la provincia de Zarabola que le propuso la artista al acabar el desternillante pleno

    A los sociatas no les gustó probar de su propia medicina y los populares optaron por desplazar la atención mediática convocando la sesión justo después del pleno de mociones de manera que los ediles se metieron 11 horas de chapa que estuvieron amenizadas por las ocurrencias de la debutante Ross Ciruelo o también conocida en provincias  como Rosi Cihuelli. Comenzó su intervención con este chiste tan simpático

—Me preguntó Rivaressi el otro día: Oye, Ciruelo,¿a que no sabes cómo se llaman los habitantes de Barcelona?

-Y yo le respondí: ¡Hombre, Rivaressi, pues todos, todos, no! ¡Jajajajajaja!¡ ¿A qué es bueno, Azconetti….?

Y como había que cubrir el expediente, la concejala debutante  continuó ya lanzada:

—¿Dónde vas tan deprisa, Victor Manuel?, preguntó refiriéndose al próximo número dos del Cds

—A por estiércol para las fresas, respondió el concejal también debutante en el circo municipal. A lo que la Ciruelo le le dijo muy digna….

—¿Pero por qué no te las comes con nata, como todo el mundo?  ¡Jajajajajaaja! ¡A que soy genial, chavales…

   Mientras esto ocurría, Rivaresi le confesaba Loula Raneratti:

—Pues, mira Loula, entre pitos y flautas me he gastado diez mil euros.

—¿Y eso?

—Pues ya ves, cuatro mil en pitos y seis mil en flautas.

   Ese es muy bueno – intervino la Ciruelo-  es de un espectáculo lamentable, Ferdinand. Pero, con la venia del señor Azcón, contaré el último

-Miren señores concejales:  Un señor iba por el campo con su mula y su perro. La mula, muy cargada, no podía más y se para, hincando las rodillas en tierra, a punto de desplomarse. El hombre, cada vez más molesto e impaciente, comienza a azotar con una vara al pobre animal, hasta que la mula coge y le dice:

—Antonio, ¿así me tratas después de todos estos años en los que te he ayudado fielmente, sin flaquear ni una sola vez hasta hoy, que estoy ya cansada y mayor?

      El hombre se asusta y sale corriendo con el perro a su lado. Se detienen casi medio kilómetro más lejos, apoyándose en un árbol mientras intentan recuperar el aliento.

—Joder —dice el perro—, menudo susto nos ha dado la mula cuando se ha puesto a hablar.

-¡Jajajajajajaaja! ¿A que soy la mejor? ¡Anda Rivaressi, vente conmigo y formaremos una pareja cómica que no vamos a parar de actuar por toda la provincia…¡Jajajajaja!

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