“A bailar, a bailar los Festivales de Vadillo”

143VadilloBailando3P
Por Frank Sinnata

      Recientemente ha tenido lugar el festival de festivales José Luis Borau en el museo Pablo Serrano, donde se han exhibido en nueve jornadas cerca de noventa cortos de casi una veintena de muestras cinematográficas aragonesas.      Una coctelera festivalera dirigida por Vicky Calavia y presidida por Humberto Vadillo. Todo palmaditas, complicidades y buen rollito. Atrás quedó el manifiesto contra el director general de cultura del Gobierno de Aragón, pidiendo su cese “por la defensa a ultranza de un modelo de cultura sin intervención del estado” y “su hostilidad hacia los representantes de la cultura a los que llama despectivamente titiriteros”.

    ¿Con qué criterio se erige una persona en representante cultural de una ciudad? ¿La cultura de Zaragoza la determinan los Anós, los Casanova, la Gascón, el Gastón o el Corral? ¿Estamos tontos o qué?

      Todo un gallinero, como se ve. ¿Acaso Vadillo ha seguido el consejo de la zorra, cuando en aquel famoso cuento increpaba a un rey por ser demasiado bueno, por hacer que sus escrúpulos le convirtieran en alguien demasiado delicado? Si la responsable de este festival de festivales fue una de las firmantes del manifiesto, por honestidad tendría que dimitir de sus funciones de ‘agitadora’ en el hecho cinematográfico, y esperar al nombramiento de otro gobernante afín a su ideología, si es que la tiene, porque vergüenza parece que no. Al final, ay, el titiritero es el que maneja los títeres. Y no al revés.

    Qué raros somos. O qué morro tenemos. No es posible que aceptemos esta falsa normalidad de ahora, tan improbable. Después de los gritos y las caducas consignas viene esto, la aceptación de la calma (¿o será la derrota?). No queda fuelle. Todo está pactado. Hasta la paciencia. El titiritero intacto y el títere cumplido. Que la vida sigue igual. Julito, tío, qué oráculo.

Artículos relacionados :