Zaragoza,  capital de provincias.

Por Cristina Beltrán

¡Hay Luesma de mi vida, Zaragoza corral de vacas…! esta lindeza expresaba una hermana de mi abuela al llegar a Zaragoza desde su pueblo natal.

    En Luesma, (pueblo pequeñito y acogedor de la provincia de Zaragoza situado en las faldas de la ibérica sierra de Herrera) estudiaba el amplio horizonte y vivía lo cotidiano, pero en la ciudad no salía de las casas realizando faenas, sin tiempo para  mirar al cielo y respirar el descanso ofrecido por el paisaje natural.

     Sí. Zaragoza es una ciudad provinciana, y… ¡a mucha honra! Tenemos paisaje para disfrutar desde muchas de sus vertientes, tanto de arquitecturas urbanas como en paseos por sendas de amplios trazados verdes o a las orillas de nuestros ríos, es una ciudad provinciana que debería de jactarse en estos tiempos de pandemia en los que aún con todo tenemos la posibilidad de acercarnos a ver exposiciones, presentaciones de libros, variadas ofertas culturales y naturaleza para pasearla, cumpliendo con los protocolos saludables. Si os consideráis provincianas con un punto despectivo, desecharlo, pueblo somos y si no en pueblo nos convertiremos, además… como pueblo nos ven a todas en general…ja,ja,ja.

    Hay mucha cateta disfrazada en las grandes urbes, al menos en los pequeños núcleos rurales no es de extrañar, podríamos considerarlas como sus lugares naturales de existencia, siendo en éstos asentamientos en donde tenemos más tiempo para la conversación en profundidad, no se hallan muchos espacios para ésta, ni en los pueblos ni en las ciudades. Las catetas de pueblo, seguramente no han tenido tantas oportunidades como las de ciudad para poder formarse, pero las oportunidades se dejan pasar a capazos en cualquier lugar del mundo. Por mi parte señalaré que en los pueblos he encontrado a mujeres y hombres muy sabios y agradables, igual que en las ciudades, con la salvedad de que unas cardan la lana y otras se llevan la fama.

    A cuento venía esto de conversación escuchada en ambientes artísticos, ambientes artificiales en los que como objetivo prioritario se muestra la conexión con las raíces y la naturaleza de donde partimos. Conectar con gente que desarrolla el hilo que nos une a nuestra tierra de origen me aproxima a ellas, para mí es una eterna dicotomía necesaria e inolvidable, constantemente presente, entre nuestro trabajo obligado y diario, ese que nos traslada sobre suelos artifiales y nuestro suelo en el sitio de donde nacimos, en su tierra, es un hilo que nos sujeta y condiciona. Sacarlo y poder trabajarlo desde el arte y desde la ciencia nos permite hablar de sentimientos desde otro prisma.

    Acudí (el 10 de marzo) a una visita guiada en la sala  de la Fundación Caja Rural de Aragón. Exposición Encuentro entre Arte y Ciencia ¿S.A. DE PRÓJIMOS? * comisariada por Mari Carmen Gascón, en este proyecto participan Mapi Rivera, Sarah Shackleton, Prado R. Vielsa y la fallecida fotógrafa oscense Divina Campo…..nos explicaron y compartimos gratos momentos en el debate y la comparativa de arte y ciencia, de academia y naturaleza una pena que tan ilustre potentado de la economía aragonesa no preste más atención al funcionamiento de su sala de exposiciones, tanto en horarios como en la tecnología. Este encuentro entre arte y ciencia se ve complementado con tres mesas redondas: 9 de marzo “Nuevas miradas sobre un viejo planeta” 16 marzo “Moviéndonos entre matemáticas” y el 23 “Orden vs desorden” se pueden seguir en you tube . Una intesante e innovadora propuesta de mujeres con una calidad indudable en su trabajo y trayectoria, queda pendiente seguir revisando la obra de Divina Campo, quien desde Huesca hizo fotografías de una altura internacional poniendo el alma en las luces y sombras de los más íntimos momentos. Esperamos que este camino emprendido por las artistas autoras protagonistas de esta colectiva las lleve lejos y sea gratificante, sus obras de vertientes muy distintas se enfocan dentro de una lírica y honestidad femenina muy interesante.

     Al día siguiente acudí a la fundación Joaquín Roncal, el lugar me trae siempre buenas sensaciones, su personal es atento y cuidadoso, amables y pendientes, tanto para las organizaciones que realizan actos y actividades como para la gente que visita el edificio para interactuar en cualquiera de sus espacios. En la diáfana planta del sótano presentaba, en soledad, sus últimas realizaciones Sarah Shackleton, cuando la saludé estaba en compañía de sus amistades: José Magallón Sicilia, Sylvia Pennings y Louisa Holecz. En la ciudad artística se les ve frecuentemente juntas, apoyándose fortaleciendo ese tejido creativo que tanta vida nos da.

   Sarah nació en Nueva Zelanda, licenciada en Bellas Artes desde 1987 sus pinturas en son una conversación recíproca, se van engrandeciendo,tomando distintos puntos de partida. Una muestra íntima de sensaciones a la que acercarse.

    Un sábado al mediodía sirvió de encuentro para la presentación de la novela “Vuela alto” de Jorge Sanz Barajas en el bar de la entrada al parque José Antonio Labordeta con un sol primaveral ,sentadas con cervezas en mano, degustamos el verbo de Antón Castro y del Autor; presentados de forma muy acertada y entusiasta por la librera Julia Millan de librería Antígona. Por supuesto, compré el libro y nos emplazamos a seguir en contacto para debatir sobre el universo Párraga, sinónimo de honestidad y libertad de personas que combatieron contra el fascismo, antes y después de la guerra civil española, de la saga que han parido, del legado que han dejado, del arte olvidado y perdido, del rescate de todo eso que nos debemos. 

    Día intenso resultó el sábado,  aprovechando el buen tiempo tomé vermut de camino al Caixa Forum donde pude comprobar por primera vez la efectividad del carnet de “El Pollo Urbano” en este espacio una se olvida del reloj y entra en los mundos expuestos, de manera que cuando te das cuenta te avisan del cierre, siempre te parece pronto y poco lo visto. Los montajes son de gran calidad, dejando sitio para la didáctica, tanto como para cuestiones más especializadas. Esta temporada “Vampiros. La evolución del mito” nos adentra en la vinculación del cine en el S. XX y XXI con el mito desde facetas y disciplinas artísticas diversas, resultó curiosa y casi divertida, pero lo que me llevó a este centro de interés fue la exposición “El espíritu de MontMartre en tiempos de Toulouse – Lautrec” una muestra de aquellos artistas de finales del XIX que caminaban por París, la ambientación y recreación es estupenda,  digna de observar y estudiar con más detenimiento, las piezas originales son preciosas , si os dais una vuelta por el edificio podréis tener panorámicas de la ciudad que te llevan hasta el Moncayo en días claros. Un gustazo de día para terminar en el sillón abatible con manta  y el libro “Volar alto”.

    Hay meses fugaces y otros como marzo muy aprovechables, la mitad se va en preparativos y reivindicaciones feministas, que por cierto ¡salieron de maravilla! En la última quincena las acciones han sido variadas como el tiempo,  esperanzadoras porque las vacunas van surtiendo efecto, sobre todo ricas y frescas por el despertar de la primavera que nos anima a gozar del sol y nos aproxima a las amistades en momentos de relajo.

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