Por Miguel Ángel Yusta
Con el triste suceso de la guerra en Ucrania han surgido los problemas de estas crisis, que por desgracia, no son nuevos: el veto a los artistas…
…que portadores de la cultura han visto limitada su actuación en función de su origen o ideas. No vamos a entrar en la complejidad de estos temas, pero sí lamentamos muy de veras que precisamente la cultura, símbolo de unión entre los pueblos, se vea afectada directamente por estas situaciones bélicas de las que la humanidad parece no encontrar la solución desde tiempos inmemoriales.
Los casos más mediáticos han sido los del cese en varios cargos en occidente del director de orquesta Valery Gergiev a quien al frente de la Orquesta Sinfónica del Teatro Mariinsky pudimos ver en nuestro Auditorio el pasado tres de febrero en un concierto ciertamente memorable. También el Gran Teatre del Liceu ha clausurado la actuación de la soprano Ana Netrebko en la Gala de su 175 Aniversario, dando paso en este caso a un elenco ciertamente estratosférico (Sondra Radvanovsky, Lisette Oropesa, Iréne Theorin, Ludovic Tézier y Joseph Calleja). Posiblemente ocurra lo mismo en el Teatro Real, donde la diva rusa está anunciada en fechas próximas y también con otras formaciones tanto sinfónicas como operísticas o de ballet. Veremos cómo se desarrolla el día a día de los acontecimientos bélicos y su repercusión en las actividades culturales que deseamos, para bien de todos, se normalicen consecuentemente a un apaciguamiento de las absurdas luchas bélicas. Sinsentidos como retirar de los repertorios de algunas orquestas la interpretación de la música de Tchaikovsky dicen bien poco en el necesario papel de la cultura como elemento conciliador.
A propósito, recordamos que el Teatro Real estrena en España este mes ‘El ángel de fuego’ la ópera de otro compositor ruso, Prokófiev, que compuesta en 1926 estuvo prohibida en Rusia durante el período soviético, siendo estrenada finalmente en el Teatro Kirov de San Petersburgo en el marco de las conmemoraciones del centenario de Prokófiev, en 1991, aunque se estrenase en París en la década de los cincuenta, ya fallecido el autor…Así que ya vemos que la cultura, en una de sus manifestaciones más hermosas, la ópera, sufre en primera instancia los avatares políticos o bélicos cuando, precisamente, debería ser al contrario.
Terminaremos con unas noticias positivas: Sabina Puértolas ha puesto al público malagueño en pie con su inmensa interpretación de Gilda, (papel que lleva interpretando veinte años y con el que triunfó en el Coven Garden londinense hace unos años) junto al Rigoletto del gran barítono Juan Jesús Rodríguez. Sabina y Ruth Iniesta tienen citas próximas en Madrid: no faltaremos, salvo causas imprevisibles…
Finalizamos con el recuerdo para el gran tenor aragonés Bernabé Martí, fallecido el pasado mes de marzo y de tan gratos amistad y recuerdos. Descanse en paz.
LA MAGIA DE LISETTE.
Teatro Real. Recital. Lisette Oropesa. Orquesta y Coro Teatro Real. Dirección. Corrado Rovaris
Todavía vivos el recuerdo de su emocionante bis en La traviata y el histórico recital de diciembre en La Zarzuela, Lisette Oropesa ha ofrecido un concierto en el Teatro Real, acompañada del Coro y Orquesta titulares, dirigidos por el maestro Corrado Rovaris y con Un programa de arias compuestas en francés por Rossini y Donizetti.
En la primera parte, Rossini con Gullaume Tell (Ils s’éloignent enfin… Sombre forêt) y Le comte Ory (En proie à la tristesse… Céleste providence) han sido interpretadas con perfecta línea de canto, dicción, color y dominio de las agilidades y las dinámicas con autoridad y sensibilidad. Ese esmalte precioso de su voz brilló también en la segunda parte con Donizetti en ‘O mère, ma mère… qu’ici ta main glacée bénisse ton enfant’ , de Les martyrs y ‘Que n’avons nous des ailes’ , de Lucie de Lammermoor, version francesa de 1839, así como la conocida ‘C’en est donc fait… Par le rang… Salut à la France !’ de La fille du régiment. Dos propinas (Meyerbeer y Verdi) culminaron la noche.
La Orquesa del Real, dirigida por Rovaris, arropó y llevó en volandas a Lisette y destacó en las dos oberturas (La, siège de Corinth y La favorite) y las breves intervenciones del Coro estuvieron al buen nivel requerido.
Qué decir de la voz de Lisette que no se haya dicho. Lírico-ligera evolucionando a ligera, con centro más carnoso, agudos restallantes y zona baja solvente. Voz, inteligencia y trabajo se aúnan en esta soprano que ha cantado ya, por ejemplo, un centenar de veces en el Met neoyorquino y en la que algunas veces notamos ese resplandor, color, calor y magia latinos…
El público, entregado, ovacionó largamente al finalizar y despidió en pie a una carismática, sonriente, cariñosa y satisfecha Lisette Oropesa, que tan bien conecta con la sala y a la que volveremos a ver muy pronto de nuevo por Madrid.
THE MAGIC OPAL.
Teatro de la Zarzuela. 1 de abril de 2022
The magic opal. Ópera cómica en dos actos, música de Isaac Albéniz, libreto de Arthur Law con traducción de Javier L. Ibarz y Pachi Turmo y adaptación de Paco Azorín y Carlos Martos de la Vega.
Ruth Iniesta, Santiago Ballerini, Luis Cansino, Damián del Castillo, Carmen Artaza y otros. Narrador, Fernando Albizu. Figurantes, bailarines y acróbatas.
Orquesta de la Comunidad de Madrid. Coro del Teatro de la Zarzuela. Dirección musical Guillermo García Calvo. Dirección de escena y escenografía, Paco Azorín.
«Quien no se arriesga, no cruza el río»
Comencemos diciendo que The magic opal es una obra divertida, disparatada, exultante de luz, sonido, movimiento y humor, que llena los sentidos y produce en el espectador diversas y a veces contrapuestas sensaciones . No olvidemos que el buen Albéniz, en el estreno allá por 1894 en este mismo escenario, ante las protestas, abandonó el foso tiró la batuta y salió por el pasillo central llamando “Salvajes” al disconforme público…
Y sigamos diciendo que la obra de Isaac Albéniz, musicalmente, es fresca y hermosa y que la producción de Paco Azorín actualiza, rejuvenece y dinamiza la trama trayéndola al siglo XXI. Su realización, compleja, funciona como un mecanismo de relojería y utiliza sabiamente todos los recursos técnicos actuales creando unas atmósferas oníricas, llenas de fantasía donde los personajes se mueven con precisión en un gran espectáculo visual.
El reparto del estreno , todo, funcionó con solvencia, destacando una inmensa Ruth Iniesta, Lolika, en un momento dulce de su carrera; Luis Cansino, Carambolas, tan seguro y grande como acostumbra; Santiago Ballerini, Alzaga, un tenor lírico ligero que dio a su personaje un preciso lirismo; Damián del Castillo, Trabucos, y Carmen Artaza, Martina, una mezzo de carrera ascendente, ganadora del Primer Premio Viñas 2021 y de la que esperamos muy buenos momentos. El resto del reparto estuvo muy bien (grande el actor Fernando Albizu), así como los bailarines y acróbatas con una difícil y meritoria actuación.
La dirección musical a cargo de Guillermo García Calvo, habitual en este foso, llevó a buen puerto la partitura de Albéniz y el coro subrayó adecuadamente su parte.
En conjunto, un difícil reto técnico y artístico que se supera con creces. El público de la Zarzuela aplaudió al final con generosidad a los intérpretes y hubo algunas discrepancias con el equipo de escenografía pero, como decimos al principio de estas líneas, quien no se arriesga, no cruza el río. Y ayer el río se cruzó con arte, inteligencia y buen trabajo por parte de todos. Es nuestra opinión.
A propósito, recordamos que el Teatro Real estrena en España este mes ‘El ángel de fuego’ la ópera de otro compositor ruso, Prokófiev, que compuesta en 1926 estuvo prohibida en Rusia durante el período soviético, siendo estrenada finalmente en el Teatro Kirov de San Petersburgo en el marco de las conmemoraciones del centenario de Prokófiev, en 1991, aunque se estrenase en París en la década de los cincuenta, ya fallecido el autor…Así que ya vemos que la cultura, en una de sus manifestaciones más hermosas, la ópera, sufre en primera instancia los avatares políticos o bélicos cuando, precisamente, debería ser al contrario.
Terminaremos con unas noticias positivas: Sabina Puértolas ha puesto al público malagueño en pie con su inmensa interpretación de Gilda, (papel que lleva interpretando veinte años y con el que triunfó en el Coven Garden londinense hace unos años) junto al Rigoletto del gran barítono Juan Jesús Rodríguez. Sabina y Ruth Iniesta tienen citas próximas en Madrid: no faltaremos, salvo causas imprevisibles…
Finalizamos con el recuerdo para el gran tenor aragonés Bernabé Martí, fallecido el pasado mes de marzo y de tan gratos amistad y recuerdos. Descanse en paz.
LA MAGIA DE LISETTE.
Teatro Real. Recital. Lisette Oropesa. Orquesta y Coro Teatro Real. Dirección. Corrado Rovaris
Todavía vivos el recuerdo de su emocionante bis en La traviata y el histórico recital de diciembre en La Zarzuela, Lisette Oropesa ha ofrecido un concierto en el Teatro Real, acompañada del Coro y Orquesta titulares, dirigidos por el maestro Corrado Rovaris y con Un programa de arias compuestas en francés por Rossini y Donizetti.
En la primera parte, Rossini con Gullaume Tell (Ils s’éloignent enfin… Sombre forêt) y Le comte Ory (En proie à la tristesse… Céleste providence) han sido interpretadas con perfecta línea de canto, dicción, color y dominio de las agilidades y las dinámicas con autoridad y sensibilidad. Ese esmalte precioso de su voz brilló también en la segunda parte con Donizetti en ‘O mère, ma mère… qu’ici ta main glacée bénisse ton enfant’ , de Les martyrs y ‘Que n’avons nous des ailes’ , de Lucie de Lammermoor, version francesa de 1839, así como la conocida ‘C’en est donc fait… Par le rang… Salut à la France !’ de La fille du régiment. Dos propinas (Meyerbeer y Verdi) culminaron la noche.
La Orquesa del Real, dirigida por Rovaris, arropó y llevó en volandas a Lisette y destacó en las dos oberturas (La, siège de Corinth y La favorite) y las breves intervenciones del Coro estuvieron al buen nivel requerido.
Qué decir de la voz de Lisette que no se haya dicho. Lírico-ligera evolucionando a ligera, con centro más carnoso, agudos restallantes y zona baja solvente. Voz, inteligencia y trabajo se aúnan en esta soprano que ha cantado ya, por ejemplo, un centenar de veces en el Met neoyorquino y en la que algunas veces notamos ese resplandor, color, calor y magia latinos…
El público, entregado, ovacionó largamente al finalizar y despidió en pie a una carismática, sonriente, cariñosa y satisfecha Lisette Oropesa, que tan bien conecta con la sala y a la que volveremos a ver muy pronto de nuevo por Madrid.
THE MAGIC OPAL.
Teatro de la Zarzuela. 1 de abril de 2022
The magic opal. Ópera cómica en dos actos, música de Isaac Albéniz, libreto de Arthur Law con traducción de Javier L. Ibarz y Pachi Turmo y adaptación de Paco Azorín y Carlos Martos de la Vega.
Ruth Iniesta, Santiago Ballerini, Luis Cansino, Damián del Castillo, Carmen Artaza y otros. Narrador, Fernando Albizu. Figurantes, bailarines y acróbatas.
Orquesta de la Comunidad de Madrid. Coro del Teatro de la Zarzuela. Dirección musical Guillermo García Calvo. Dirección de escena y escenografía, Paco Azorín.
«Quien no se arriesga, no cruza el río»
Comencemos diciendo que The magic opal es una obra divertida, disparatada, exultante de luz, sonido, movimiento y humor, que llena los sentidos y produce en el espectador diversas y a veces contrapuestas sensaciones . No olvidemos que el buen Albéniz, en el estreno allá por 1894 en este mismo escenario, ante las protestas, abandonó el foso tiró la batuta y salió por el pasillo central llamando “Salvajes” al disconforme público…
Y sigamos diciendo que la obra de Isaac Albéniz, musicalmente, es fresca y hermosa y que la producción de Paco Azorín actualiza, rejuvenece y dinamiza la trama trayéndola al siglo XXI. Su realización, compleja, funciona como un mecanismo de relojería y utiliza sabiamente todos los recursos técnicos actuales creando unas atmósferas oníricas, llenas de fantasía donde los personajes se mueven con precisión en un gran espectáculo visual.
El reparto del estreno , todo, funcionó con solvencia, destacando una inmensa Ruth Iniesta, Lolika, en un momento dulce de su carrera; Luis Cansino, Carambolas, tan seguro y grande como acostumbra; Santiago Ballerini, Alzaga, un tenor lírico ligero que dio a su personaje un preciso lirismo; Damián del Castillo, Trabucos, y Carmen Artaza, Martina, una mezzo de carrera ascendente, ganadora del Primer Premio Viñas 2021 y de la que esperamos muy buenos momentos. El resto del reparto estuvo muy bien (grande el actor Fernando Albizu), así como los bailarines y acróbatas con una difícil y meritoria actuación.
La dirección musical a cargo de Guillermo García Calvo, habitual en este foso, llevó a buen puerto la partitura de Albéniz y el coro subrayó adecuadamente su parte.
En conjunto, un difícil reto técnico y artístico que se supera con creces. El público de la Zarzuela aplaudió al final con generosidad a los intérpretes y hubo algunas discrepancias con el equipo de escenografía pero, como decimos al principio de estas líneas, quien no se arriesga, no cruza el río. Y ayer el río se cruzó con arte, inteligencia y buen trabajo por parte de todos. Es nuestra opinión.