Por Cristina Punter Tortajada
Entre dos caminos, el rap y la poesía. Rayden tiene bien definida su trayectoria desde 2010, trabajando duro para hacerse un hueco en una escena nacional dura y repleta de saturados egocentrismos.
En su anterior trabajo ” En alma y hueso”, de hace dos años nos sorprendió con un rap refinado y repleto de emociones personalizadas, que entreteje el hip hop con el rock y el pop y con el que cierra su etapa de este trabajo tras sus últimos conciertos en México y Colombia, donde acumula un número importante de seguidores.
Rayden, poeta atrevido y artista que le encanta romper etiquetas y límites de un género sin miedo a la innovación ha presentado este mes ‘Antónimo’ , su nuevo y esperado disco. Es su primer trabajo con su nuevo sello (Warner Music). Lleno de sinceridad, luminoso y elegante es su nuevo trabajo que impresiona con una instrumentación repleta de guitarras tan salvajes como las rimas del madrileño de Alcalá de Henares.
Su último trabajo es una demostración de valentía que supone romper e innovar en su sonido. Las letras de Antónimo lo hacen un disco actual a su tiempo. Nos habla de la guerra en “Haciéndonos los muertos”, la crisis, los refugiados en “Pólvora Mojada”, la vergüenza de la puta corrupción política en “Meteorito” y repasa las penurias que rigen actualmente el mundo, racismo y recortes de libertades en “Malaria”.
Cuenta con tres colaboraciones en Antónimo, las de tres féminas artistas repletas de carácter y personalidad. -Leonor Watling (Marlango), que aporta su lucidez y sensualidad R&B para hablar de amor en “Amalgama”. -Carmen Boza, con una voz hipnótica y guitarra en “Pan, circo, ajo y agua”. –Mäbu, la dulzura personal en “Pequeño torbellino”, seguramente la canción más tierna, que Rayden la compuso y dedica a su primer hijo, antes de que este naciera.
Todo un lujo poder disfrutar de un Rayden siempre en la frontera y los límites establecidos, en esta ocasión impuestos por él mismo en Antónimo.
