Festival de ¿Jazz? de Zaragoza 2012


Por Daniel Zamora

Terminó el Festival de Jazz de Zaragoza con bastante más pena que gloria; y lo que es peor con más sombras que luces.

Quizás sea hora de hacer balance y plantearemos si merece la pena llamar «Festival de Jazz», a un conjunto de actuaciones tan heterogéneo que van del Rhythm And Blues al Ácid , Groove, etc… pasando por la Música Disco; rozando el Blue Grass (poquito) y aparcando escasamente tres noches en el JAZZ.


Tan apenas nos encontramos con él (el JAZZ), en el primer viernes; con una excelente actuación de Wallace Rodney, su trompeta y el saxo tenor de Ben Solomon. Bien acompañados por el trío formado por Victor Gould al piano, Rashaan Cárter al contrabajo y Kush Aberdey a la batería, que consiguieron desplegar un gran Jazz.

Excitante e hipnótica la actuación de Chris Dave And the Drumhedz. Perteneciente éste al grupo de baterías llamados gospel-drummers; su interpretación, enérgica y muy vitalista, enriqueció y dinamizó a un gran grupo.


El sonido de la batería de Chris Dave omnipresente y electrizante, domina todos los temas pero sin absorber en ningún momento la esencia musical y sobre todo arropando y apoyando (como cualquier buen batería que se precie) a los intérpretes en cada momento.

La ejecución de los temas nos dejó un tanto asombrados. Dentro de la relajación reinante (los músicos tocaron sentados tranquilamente, sonriendo, mirándose, gustandose, felices) los temas se sucedieron con fluidez. Atisbos de Bach, Jimi Hendrix (Hey Joe), el nigeriano Fela Kuti, o de Herbie Hancock (Eye of the Hurricane), meras excusas para desarrollar sus perfectas improvisaciones.

Tanto el guitarrista Isaíah Thomas, genial en técnica, ideas y formas, como Braylon Lacy el bajista de cinco cuerdas (que en momentos evocaba una guitarra), como el explosivo y desgarrado saxo tenor y flauta Kebbi Williams, nos regalaron una sesión de auténtico Jazz personal y expresivo que nos dejó clavados al suelo ensimismados y encantados. Maravillosa actuación. Gran acierto.

A Christian Scott tuvimos el placer de verlo en su tercera visita y cada vez que lo veo su madurez va a más, sin enquistarse, manteniendo su joven frescura.

Pero también fué gratificante descubrir que no estaba solo. Y del grupo que le acompañaba me dejó impresionado el saxo alto, Braxton Cook. Con tan apenas 21 años su dominio del instrumento y sus ideas, complementaron perfectamente la propuesta del líder y del resto del grupo, compuesto por Lawrence Fields al piano, Luques Curtís al contrabajo y Corey Foville a la batería.

El grupo, solvente y formado, a pesar de la edad de los componentes, estuvo en todo momento perfecto, interpretando nuevos temas y otros de sus anteriores discos como «Isadora» o «The Eraser».

Las dos propuestas Zaragozanas entrarían seguramente dentro de las más personales y arriesgadas, teniendo en cuenta de donde proceden; una ciudad como Zaragoza que pocas oportunidades da a los músicos para su desarrollo.

Tinglao nos deleitó con su fusión latína. Bien acoplados y divertidos, en ocasiones vibrantes con buen equilibrio tanto percusivo, como con la trompeta del excelente Carlos Badorrey, como con la guitarra » Santanera» de Gabi Martínez.

El grupo lo completan : Frank Pino al bajó, Óscar Carreras a los teclados, Yamil Hernández a la percusión y Alexey Rodríguez a la batería.

Por su parte el grupo de Alonso; formado por Jorge Cerrato al bajo, José San Martín a la batería, Juan Cruz al piano y Ariadna Redondo a la voz, nos ofrecieron una preciosa actuación. La propuesta del guitarrista, desarrollada y asentada; con un buen apoyo, tanto en el grupo de instrumentistas como con la voz de Ariadna, nos demuestran que, a pesar de las continuas trabas que esta ciudad impone a sus músicos, nos quedan muchos días para escuchar buena música.

Stanley Jordán:

Virtuoso guitarrista, interprete voraz que no da margen a la imaginación porque todo lo hace él. Con un grupo más que solvente (hay momentos que no le hace falta). Y capaz de tocar con una mano el piano y con otra la guitarra. (Instrumentos a los que han dedicado muchísimos años infinidad de músicos empleando las dos manos en cada uno de ellos).

Y con las orejas ¿Qué hace?.

En definitiva: Tremendamente aburrido y sin sentimiento alguno, falto de emoción (siempre según mi opinión, que no se ofenda nadie o si).

Esperanza Spalding:

Impresionante. Perfecta técnica y dominio tanto del instrumento como de su voz, el grupo o la puesta en escena.

Me encantó su naturalidad en el escenario y su propuesta musical.

Pero como dijo el pianista chino de música clásica Lang Lang: «El éxito te vuelve artificial» y quizás sea eso lo que creo que ocurre con esta intérprete. Demasiados Grammys.

Por mucho que la oiga, a mi (y a otros aficionados que me lo han comentado) no me cautivó lo mas minimo. Podríamos discutir acerca de lo que es o no es Jazz pero el Jazz adquiere unos riesgos y emociones que Esperanza no asumió.

Aunque se que mucha gente no entenderá lo que digo, hubo pocos momentos en los que disfrutara realmente.

El resto del festival es variopinto:

Tanto la propuesta de Robben Ford como la de Bill Evans tendríamos que encuadrarla netamente dentro del Rhythm And Blues antes que en el Jazz. Serían cabezas de serie dentro del » I Festival de Rhythm And Blues de Zaragoza», pero NO en un Festival de Jazz

Ni que decir tiene del grupo «Earth, Wind And Fire». Mítico grupo de discoteca de finales de la setenta, de los que apenas queda uno de los bastantes componentes originales y que dejó la sala repleta de lentejuelas y más de un recuerdo nostálgico de alguno de la cincuentones que llenábamos el local. Sería un buen cabeza de serie para el «I Festival de Música Disco de Zaragoza», pero NO en un Festival de Jazz.

Y lo que ya no tiene razón de ser, es lo del grupo «Jazzanova».

¿Qué es ESO? ¿Un saldo? ¿A qué viene traer a esa panda de paquetes a un festival de Jazz?.

Ni tan siquiera voy a entrar a valorar si es o no Jazz (evidentemente de Jazz no tiene nada). Sencillamente son «músicos» que tienen la calidad justa para tocar en una discoteca de segunda fila. Un anodino y aburrido invento de sucedáneo de ácid jazz, groove o no se qué más simpladas que a un grupo berlinés se le ocurrió llamarlo Jazz y a un programador aragonés se le ocurrió contratar (que no deja de ser lo más grave). Una auténtica vergüenza. Dudo que los organizadores los escucharán con anterioridad. Imagino qué se los endosó el representante de algún otro grupo, como relleno.

Soy amante del JAZZ desde que tengo uso de razón. He acudido al de S.Sebastián y al de Vitoria. He seguido el Festival de Zaragoza desde que comenzó, en el Teatro Principal; unas temporadas en el Coliseo Equitativa (actualmente una tienda de ropa en Independencia) y ultimamente en la sala multiusos del Auditorio, pasando por excelentes actuaciones en el «Huevo» de La Romareda (Pat Metheny, Chick Corea, Miles Davis,…), y por más que recuerdo no encuentro un Festival más decepcionante.

Decepcionante en el planteamiento y decepcionante en la ejecución.

Si no hay presupuesto se limitan los días. No rellenemos.

Si se quiere hacer taquilla, se organiza otro festival de música distinto.

Pero lo que es festival de jazz más bien nada.

¿De verdad, a los amantes del Jazz, se nos puede tratar así?.

Estar esperando todo un año para esto.

No nos lo merecemos.

Que un festival de Jazz de la ¿sexta? ciudad de España, con una larga tradición cultural en todos los ámbitos, tenga como estrella principal a Esperanza Spalding (excepcional músico, no obstante) me parece decepcionante.

Tan poco presupuesto hay, que no podemos traer a gente en gira como Jerry Bergonzi (en el festival de Vila real), Enrique Pieranuncci, Fred Hersch, Paolo Fresu, Chano Domínguez, …. Todos en gira por nuestro país. Por aportar algunas ideas.

Hay que moverse un poco más y encontrar. Porque los músicos buenos tienen ganas de tocar y se positivamente que el dinero no es el mayor de los problemas.

Me fastidia mucho terminar de esta manera, pero de seguir así, en esta ciudad se acabó el JAZZ en su modalidad de Festival.

Tendrémos que reflexiónar hacia donde quieren (los organizadores) que vaya este festival; porque los aficionados lo tenemos claro: Hacia el JAZZ.

Habrá que decidir si queremos ver llena la Sala Multiusos sin música de Jazz o que el Jazz lléne la Sala Multiusos.

A qué vamos: ¿A por Rolex o a por Caracoles?.

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