Un pionero (Segundo le llaman) y tres publicaciones


Por Carlos Calvo 

  Las revistas culturales turolenses ‘Cabiria’, que dirige y coordina el cinéfilo Gonzalo Montón, y ‘Turia’, bajo la batuta de Raúl Carlos Maicas, se unen respectivamente a las celebraciones…

…por el ciento cincuenta aniversario del nacimiento de Segundo de Chomón. A ellas se suma un sorprendente libro de Iván Núñez,  ‘Chomón a media luz’. Tres publicaciones editadas bajo el paraguas del Instituto de Estudios Turolenses, que amplían, desde distintos ámbitos y cada una a su manera, la obra, personalidad e importancia de este pionero cinematográfico del truco y la fantasía, un enigma sin fin que nace en Teruel y se erige como una suerte de Georges Méliès español, con la idea de reivindicar e impulsar su figura en nuestro país, de darle, esto es, proyección nacional.

  ‘Cabiria’, en su número quince, muestra en su portada una imagen icónica de Segundo de Chomón e incluye una sección con varios textos en su homenaje. Así, el documentalista e investigador turolense Iván Núñez analiza su misterio dentro de una incógnita, ese enigma sin fin, desvelando parte de los descubrimientos que su reciente libro deja al descubierto; el crítico y profesor zaragozano Roberto Sánchez elogia sus innovaciones técnicas y narrativas dentro del espacio escénico, más allá del de simple creador de trucajes, director de fotografía u operador de cámara; el periodista zaragozano Carlos Gurpegui realiza una entrevista a la directora, guionista y productora de origen calandino Mercedes Gaspar, quien reclama la existencia de un museo dedicado a su figura en la capital bajo aragonesa, y la profesora andorrana Ana Asión ofrece una mirada circular a uno de sus inventos, el travelling.

   Con ilustraciones a cargo de Toni Alcaine, este nuevo número de ‘Cabiria’ cuenta con otros colaboradores, a través de firmas procedentes del ámbito de la cinematografía, pero también desde la pedagogía, la investigación o el periodismo, quienes se encargan de dar cuenta, entre otros asuntos, de los cineastas José Luis Garci, José Miguel Iranzo y Luis Buñuel (¿dónde se encuentran sus cenizas?), además de recordar algunas de las salas cinematográficas de antaño en Monreal del Campo, Fuentes Claras, La Fresneda o Valderrobres, y otros aspectos de la historia o la actualidad del bajo Aragón relacionados con el séptimo arte, como el rodaje de la película ‘García y García’ en el aeropuerto de Teruel o un recuerdo al recientemente fallecido productor Jaime Fontán, colaborador del proyecto de animación ‘Buñuel en el laberinto de las tortugas’.

   Ahí están los escritos, tan abiertos como amenos, de José Manuel Marina, Fernando Muñoz, Serafín Aldecoa, Plácido Díez, Ángel Gonzalvo, Juan Villalba, Antonio Castellote, Manuel Cristóbal, Elena Gómez, Miguel Ángel Artigas, José Baldó, Carlos Salvador, Javier Martínez y Javier Hernández-Gracia, autor este último de la portada de la revista, un guiño a una de las fotografías más conocidas del pionero del cine universal. En realidad, la propia revista es un homenaje al mismísimo Chomón, ya que su título, ‘Cabiria’, hace referencia a una de las películas más populares en las que el turolense trabaja como encargado de los trucajes y en la que crea, asimismo, los primeros travelling. Se trata de una producción italiana de 1914, dirigida por Giovanni Pastrone y con un guion escrito por Gabriele  D’Annunzio, que convierte a Italia en el país del cine épico y de gran espectáculo.

  Por su parte, el espectacular y cuidado monográfico que dedica ‘Turia’ a Segundo de Chomón, un novedoso y extenso dosier coordinado por Amparo Martínez, contiene casi doscientas páginas de textos inéditos elaborados por veintidós autores, quienes, además de poner en valor su obra y describirle como uno de los grandes creadores de los orígenes del cine, brindan una mirada más original sobre el personaje, más allá de la erudición o la especialización. Para ello, los colaboradores aportan textos creativos, como un relato o una aproximación personal, que permiten una lectura diferente sobre un hombre que no solamente contribuye, a comienzos del siglo veinte, a la construcción de un oficio hasta entonces inexistente como el cinematográfico, sino cuyo papel, tan enigmático, tan sin fin, es fundamental en la creación de un nuevo arte.

  Así, por las páginas de ‘Turia’, en su número ciento cuarenta y con portada e ilustraciones interiores de Eva Cortés, aparecen las firmas del enigma sin fin Agustín Sánchez Vidal, de Fernando Sanz Ferreruela, de Manuel Gutiérrez Aragón, de Manuel Hidalgo, de Ana Marquesán, de Joan Minguet Batllori, de Vicente Molina Foix, de Gonzalo Montón, de Roberto Sánchez, de Bernardo Sánchez Salas, de Daniel Sánchez Salas, de Ana Alcolea, de Mariona Bruzzo, de Rosa Cardona, de Antonio Castellote, de Antón Castro, de Josetxo Cerdán, de José María Conget, de Luis Alberto de Cuenca y de Irene Vallejo. Y en una de estas colaboraciones se hace referencia a cómo dos cineastas turolenses apellidados Chomón y Buñuel llegan a similares soluciones visuales para evocar el mundo onírico y la pulsión del deseo, dos profesionales del cine impregnados hasta la médula de la cultura francesa e influidos por las búsquedas y reflexiones de las vanguardias y por los hallazgos de Hollywood, el expresionismo alemán y autores como Jean Epstein o Abel Gance.

  Finalmente, el libro de Iván Núñez da cuenta de los hasta ahora misteriosos treinta primeros años de la vida de Chomón, una extensa y esclarecedora biografía en la que su autor refleja sus orígenes, su infancia y su juventud. “Todos somos producto de nuestra infancia”, reconoce Núñez. Y añade: “Conocer la infancia y la juventud de Chomón, como la de cualquiera, nos permite comprender muchos de los porqués de su vida. El carácter que revela la historia de su madre, la presunción de nobleza, cierto tormento que le acompañó o su naturaleza pionera, valiente y visionaria, se fundamentan y se explican en parte por la infancia que vivió. Como nos ocurre a todos”.

  Entre otras cosas, su investigación -de seis años- desvela que, si bien nace en Teruel, abandona la ciudad junto a su familia cuando todavía no ha cumplido un año y medio para vivir primero en Valencia y después en Barcelona. Que no estudia en el Vega del Turia. Que se queda huérfano a los dos años. Que tiene tres medio hermanos. Que su padrastro acaba en el manicomio. Que su madre, pese a ser de familia aristocrática y con sangre azul, se casa con su marido embarazada de Segundo. Que se casa con Juana Rey mucho antes de conocer a Julienne Mathieau, ‘oficialmente’ su primera (y única) esposa. Que el retoño de esta no es hijo del cineasta, sino hijastro. Que comienza en la industria del cine en Barcelona y luego visita París y Milán. O sea, que como se creía, pues no. Todo al revés. En fin, que el ‘experto’ salmantino Agustín Sánchez Vidal diga algo. O cualquier casanova de la vida, por el amor de dios. Porque algunos de los elefantes culturales que pululan por ahí se la van a tener que entrompar.

  Iván Núñez, a fin de cuentas, da un golpe en la mesa y pone patas arriba la biografía de uno de los genios de los albores del cine. Y no pone en duda de que nace en Teruel y muere en París. Y lo hace con una prosa limpia, funcional, sin alharacas ni falsas trascendencias. Y pone en evidencia a muchos que, sin investigar, se llevan las palmadas en la espalda. Los que, en definitiva, viven de la cultura para sus propios intereses y nunca dejan entrar a los que aportan. Un dos, tres… en el enigma estés. Sin fin.

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