Publicados los poemas de un tamaritano del siglo XIX

 

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Por Héctor Castro 

    Antonio Mazarico Llasera nació en Tamarite de Litera el 3 de octubre de 1873 en el seno de una familia de agricultores, en Casa del Trié. El hecho de provenir de una familia humilde no fue impedimento para que Mazarico Llasera aprendiera a leer y escribir.

     En 1895, durante el servicio militar obligatorio, fue enviado a la Guerra de Cuba, donde ocupó el grado de sargento. Cuando regresaba de la contienda a España escribió el poema titulado Cantares. Una vez en Tamarite, se casó con Julia Naval Seira en 1900. Aunque profesionalmente se dedicó a las tareas del campo, siguió escribiendo y, prueba de ello, son sus Décimas, una composición poética dedicada al amor. Cantares y Décimas son los únicos poemas que se han conservado de Antonio Mazarico y, ahora, 118 años después, su bisnieto Héctor Castro Ariño los ha publicado en un libro colectivo que aglutina poesías, relatos y artículos. Se trata de un libro elaborado por autores españoles y mexicanos que ha sido editado por la Asociación de Arte Multidisciplinar Mistium, entidad que ya ha publicado una veintena de obras. El título de este volumen es Como si el tiempo no existiera, y vio la luz el pasado mes de abril.

El origen de los manuscritos

   El hallazgo de los poemas manuscritos de Antonio Mazarico se produjo en la casa solariega, en Tamarite de Litera. Según relata Héctor Castro, años atrás y, durante la realización del árbol genealógico de la familia, su tío Delfín Mazarico le mostró una caja de documentos familiares que guardaba en el desván. Dicha caja era un tesoro de documentación secular y, en ella, estaban los poemas manuscritos de Antonio Mazarico, conocido familiarmente con el nombre de Toñet. Castro y su primo José Ramón Mazarico transcribieron lo textos. Hoy, más de un siglo después de que fueran escritos, se han publicado dichos poemas.  

La temática

    Aunque Antonio Mazarico escribió más poemas, solo se conservan sus Décimas y sus Cantares. En la primera, el autor canta la alegría que siente al regresar a España tras haber participado en la Guerra de Cuba de 1895, donde fue enviado durante el cumplimiento del servicio militar obligatorio de la época. El autor canta a sus padres y se encomienda a Dios para que guíe el viaje desde Cuba.

   En cuanto a los Cantares, el poeta tamaritano pone en boca de una mujer un canto y lamento sobre el amor. El yo poético es una voz femenina que le pregunta a su madre qué cosa es amor. La madre va describiendo el sentimiento del amor hasta que la propia hija le ruega que no siga pues ya ha comprendido qué cosa es amor. Héctor Castro, periodista y profesor de Lengua y Literatura, se maravilla de que su bisabuelo hiciera este tipo de composiciones que, sin duda, “recuerdan mucho a las canciones d’amigo de la lírica galaicoportuguesa medieval”. También hay que destacar la “maravillosa caligrafía” con que fueron redactados.

La anécdota del acorazado Maine

    Aunque Héctor Castro no conoció a su bisabuelo sí que ha tenido noticias de algunas de las anécdotas que contaba, gracias al testimonio de su tío Delfín Mazarico así como de su padre, Martín. Una de ellas hace referencia al acorazado norteamericano Maine, buque que sufrió una explosión el 15 de febrero de 1898 (hecho que se convirtió en el pretexto de los Estado Unidos para declarar la guerra a España y entrar en la guerra de Independencia de Cuba). Al parecer y, tiempo después del suceso, cuando llegaban a España noticias de cómo había sido la explosión sufrida por el buque norteamericano, Antonio Mazarico se indignaba y relataba a sus nietos que él estuvo “en un barco a 1 kilómetro del Maine cuando este último explotó” y aseguraba que el buque estadounidense “estaba vacío y explotó desde dentro, no fue torpedeado”.

   La partida de Antonio Mazarico a la Guerra de Cuba está también referenciada en la página 41 de la edición de 2006 del libro El Tamarite de nuestros abuelos (1876-1906), de Joaquín de Carpi y Cases, y en la página 70 de la edición de 1976:

   “¡Adiós, Toñet Mazarico Llasera! ¡Cuidate mol, Joaquín Sabaté Aranda! ¡Envía notisies lego, Mariano Zanuy Urgelés! ¡Para cuenta, Pedret Lasera Nadal! ¡Has de torná sensé, José Bardají Borrás! ¡Torneu tots, que feu molta falta!

  Antonio Mazarico murió en Tamarite el 5 de abril de 1966.

 

Como si el tiempo no existiera

    La obra en la que se han publicado los poemas de Antonio Mazarico lleva por título Como si el tiempo no existiera, y se trata de un volumen colectivo elaborado por 10 autores y coordinado por Juan Benito Rodríguez. El literano Héctor Castro es la segunda vez que participa en este tipo de publicaciones, que llevan el sello de Mistium, después de la publicación de Tierra de Letras en 2014.

   Además de los poemas de su bisabuelo, Castro Ariño ha publicado en el libro referido los siguientes artículos:

 

La gran aragonesidad de La Litera

Alejandro Casona y su obra “Prohibido suicidarse en primavera”

Oda a la radio

La educación es cosa de todos… pero debe comenzar en casa

La historia solo la escriben los valientes

 

El libro será presentado en La Litera en el próximo mes de julio.

Los poemas de Antonio Mazarico se pueden leer también en el blog http://hectorcastro-elreportero74.blogspot.com

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