Un pollo en ciudad poema: Desnudos de guitarrista

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Por Daniel Rabanaque
ostracista de Ciudad Poema.

       Aquellos zaragozanicos que derramamos algún llanto por la muerte de Paco de Lucía tenemos motivo para seguir, sin escándalos, a lágrima viva y lacerante. El mundo de la música no pierde a nadie en esta ocasión, sino que más bien terminará ganando mucho, pero los escenarios, estudios de grabación y pabellones auditivos de esta especie de ciudad se quedan sin uno de sus guitarristas con más traca.     Ahí está para muestra el disco de Mabuse&Compayos, cualquier tema de China Chana que te encuentres en youtube, o Los Brodies, si te va más esa onda. Paul den Holder se marcha a la aventura, y la aventura parece que sigue parando muy lejos de aquí.

     Se marcha porque está en edad, claro. Se va porque tira p’alante como le piden la sangre, los dedos y las cuerdas de su novia. Porque tiene dientes con los que comer mundo, y le sobra hambre de aprender, descaro para llamar a cualquier puerta que le apetezca abrir, y agilidad de dátiles para, en cualquier momento en que la suerte cambie o las ganas lleguen, echar una gorra al suelo y sacarse para cama y mantel. Y ya deberíamos saber que la aventura, para serlo, debe parar muy muy lejos por ley de vida romántico-burguesa. Esto vaya por delante: él se marcha contentísimo y sin rencores, la mala baba que pueda haber en estas líneas me la hago yo solita. 

       Den Holder consiguió el pasado año una beca grande dentro del concurso para guitarristas de española Desnudos de etiquetas que sirve, entre otras cosas, de promoción a las granaínas Cervezas Alhambra. Por proyecto compartido, hemos coincidido lo suficiente en los últimos dos años para que se me haya formado la idea de que si Paul se marcha es también (y esto lo digo de mi parte, insisto) porque Zaraguay le ha pagado demasiadas veces con cacahuetes, el salario más habitual para músicos de sala, monologuistas y otras personas en riesgo de ser considerados por su profesión como monos de feria. Cacahuetes, palmaditas (“no cobrarás, pero haces lo que te gusta”) y clases particulares, seguro que a alguien le suena este estribillo porque es cantinela vieja. Los artistas que tocan el alma y nos la suben de tono consiguen el cariño, la gallina, material fungible y amor suficiente para que no les toque pensar más horas en el pan que en su propio circo. Y en este valle, también; con la condición previa de tocar jotas o parecerlo. De ahí que se haya llegado a desarrollar la solución Berna-París, que me parecerá cutre pero alimenta, está claro. 

     ¿Hubiera cambiado algo que Cervezas La saragossana tuviera un programa de becas similar al nazarí en lugar de financiar, con todo el respeto por su insondable criterio, lo mismo una reunión de 40 borrachos que pinchan un barril que la existencia de informadores turísticos del hay-untamiento? Pues sí, claro. ¿Tiene la fábrica de Cuéllar culpa de algo? No seamos cretinos, buscando culpa. Si acaso, sirve como buen reflejo de la inquietud cultural en su distrito postal, en los siete precedentes y en los 10 ó 12 de después. Y la verdad es que me inclino a pensar que está bastante por encima en cuanto a inquietud, porque suele exportarse y algo se le habrá ido pegando de otras tierras más fértiles, de otras mentes más abiertas.

     No está el panorama para permitir sin protestar que se marchen los mejores, porque ya sabemos que muy raras veces lo hacen para volver. El tema es antiguo y no pretendo sacarle originalidad. De 2005 a 2007, trabajé entre otras cosas en un proyecto artístico (e-migre.org, de Enrique Radigales) que tenía por objetivo hacernos reflexionar sobre las condiciones que obligan a marcharse de Aragón a los artistas, visuales en este caso concreto. El proyecto terminó bruscamente abandonado por Fortea y maniatado posteriormente por Gobierno de Aragón para ir a morir en 2011 al Pablo Serrano, ese mausoleo. He oído tantas veces la historia del creador emigrado de forma más o menos jubilosa, más o menos obligada, que creo haberle sacado esencia, moraleja y coda. Botón de muestra en categoría Gold: pregúntale a José Dault por “André y Dorine” en Zaragoza y más allá, pregúntale, pregúntale…

      Si vuelvo a este tema, es:

– en primer lugar por echarle una despedida al Paul, un tipo que le hace reír-llorar a la guitarra con tanto arte que los auditorios terminamos recordando por qué decidimos que vale la pena vivir. Así de simple, de desnudo, de grande: lo que se llama tener duende, ser artista. Es que nos vas a faltar, compayo. Que te vaya muy bien y una miajita de mal .Que aprendas y olvides. Que vivas como tú sales a buscar y que lo puedas tocar en la guitarra. Este artículo es un abrazo que se quiere quedar fijo en algún sitio, principalmente: si un día te llegase a faltar hombro de apoyo, vente p’aquí.

– endespués, no por trillado se acaba el tema. Se nos llena la boca de Caixafórum, pero nadie da cuenta de que nos faltan tres incisivos y dos molares (sin incluir lo del juicio). 

– ítem más, uno no escribe más que de sí misma sobre renglones retorcidos (Jorge Luis y Torcuato en una misma frase: lo que tiene ser un intelectualoide populista). 

– finalmente, mientras escribo sobre esto no me meto en otros asuntos mucho más peliagudos, con los que de momento iba a complicarme el fin de semana y quién sabe si alguna cosa más. Es cierto que mi editor me había pedido, en un inequívoco lenguaje gestual, que me diera caña para este número de El pollo por eso de que es veraniego y tiene que durar el doble y aguantar la chicharrina y tal. Casi me había decidido, de hecho, por hacer una incursión a venda quitada por los mejores shows policiales de estos años tan ateridos y explorar algunas de sus posibles causas: síndrome de Eichmann, ignorancia, cobardía y miedo en estado sublimado, o esa tendencia tan hispana a convertirse en dictadorzuelo apenas le dan a uno gorra y silbato,.. En fin, incluso había llegado ya a formarme una especie de conclusión que no por poética es menos válida: un (una) aspirante a guripa jamás ha visto su nombre junto a un corazón de tiza. Me gustaba la posibilidad de revisitar el clásico de Radio Futura a la vez que citar a Brecht (“nuestro continente se hunde en la barbarie porque la propiedad privada de los medios de producción se mantiene por la violencia”), y el tema me permitía dedicarle el trabajo a quien puede ser mi mejor lector de los últimos meses, pues tengo una sospecha que va cogiendo ritmo según la cual es más fácil que me esté leyendo un tarugo de madera (brigada de información) que un verdadero pollo. Y es que la larga sombra de Echelon paréceme ser a veces lo único que me salva a ciertos textos de pasar desapercibidos.

     Bien, pues aquí se queda esto. No lleguen tarde a coger sus aviones. Ya veremos en septiembre si tenemos algo nuevo que decirnos. En caso de que no, podemos enseñarnos las fotos del verano. Pásenlo bien, no desesperen..

28 de junio 2014.

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