Por Luis Gareta
Las instantáneas muestran los rostros de mujeres y niños de distintas tribus nómadas de ese continente. La muestra se inaugura esta tarde a las 19.30 y podrá visitarse hasta el 16 de junio
La Diputación de Zaragoza expone desde hoy en la sala 4º Espacio ‘Amaisan-Sonrisas africanas’, una selección de fotografías de Eduardo Forcada que muestran los rostros de mujeres y niños de distintas tribus nómadas de ese continente. La exposición se inaugura esta tarde a las 19.30 y podrá visitarse hasta el 16 de junio.
La muestra está compuesta por 52 retratos de mujeres y niños pertenecientes a las tribus nómadas que habitan en estos territorios. Imágenes de los niños y niñas de África que, a pesar de la pobreza, sonríen con sus preciosos ojos brillantes de sensibilidad y esperanza. Sin embargo, también hay una infancia que no sonríe, porque la sonrisa es imposible cuando la vida duele tanto. Por eso en la exposición no todas las imágenes muestran sonrisas.
En la lengua niangatom, originaria de una de las etnias del sur de Etiopía, ‘amaisan’ significa sonrisa. Las fotografías que componen la muestra pertenecen al noroeste de Kenia, suroeste de Etiopía y Triangulo de Ilemi, territorio en disputa entre Sudán del Sur, Kenia y Etiopía, y están concebidas desde la sensibilidad de Eduardo Forcada, quien ama y conoce África.
El autor
Eduardo Forcada Gonzalez (Zaragoza), viajero y fotógrafo, centra su pasión fotográfica especialmente en el retrato de mujeres y niños africanos en espacios que ha visitado en más de treinta ocasiones.
Ha recorrido medio mundo, y cuenta que de joven se autofinanció algún viaje como músico amateur. Pertenece a esa clase de artistas que se nutre de todo lo externo, que no se conforma con la mera contemplación. Necesita vivirlo. Y vivirlo emocionalmente, para luego asimilarlo en su interior, elaborarlo, reelaborarlo, y finalmente mostrárnoslo con el filtro de su mirada. Esa mirada que se refleja inexorablemente en la sincera sonrisa de sus modelos, y ello por mucha amargura que inexorablemente escondan.
Las fotografías que presenta en esta muestra dan buena cuenta de esto. Concurre aquí lo hermoso y lo terrible. La sonrisa y el dolor. Lo bueno y lo sórdido. La acuarela seductora del aliño más atractivo y el disuasor cañón del Kalashnikov más convincente.