Allepuz nos hace partícipes de sus “Emociones”

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Por Manuel Medrano

   Hasta el 27 de noviembre, de martes a sábados de 10 a 14 horas y de 17 a 21 horas, y domingos y festivos de 10 a 14 horas, pueden contemplar ustedes la extensa muestra fotográfica que nos presenta Rogelio Allepuz Martínez en la sala de exposiciones de la Casa de los Morlanes (Plaza de San Carlos nº4, de Zaragoza).   El título, Emociones, indica perfectamente lo que el autor ha pretendido y pretende siempre con sus tomas: emocionar. Rogelio plasma en la imagen captada su propia sensación emotiva y quiere trasladarla al espectador, porque, según piensa, “si la fotografía no emociona al espectador, no dice nada”.

   Rogelio Allepuz pone a nuestra disposición en este gran espacio expositivo 80 obras, sólo dos en color, de muy variado contenido temático y diversa composición e intención. Se trata de una retrospectiva, con fotografías realizadas a lo largo de más de 35 años, parte de las cuales responden a su amplio trabajo como periodista gráfico en diversos medios aragoneses (Andalán, El Día de Aragón, El Periódico de Aragón).

     Quienes conozcan a Rogelio sólo en los años más recientes pensarán que su asunto preferente es el paisaje, incluso con leves intervenciones en él, pues lleva tiempo haciéndonos partícipes a muchos amigos de sus imágenes a través de las redes sociales. Pero no es así, pues aquí verán desde del atentado a la casa cuartel de la Guardia Civil en Zaragoza hasta la devastación de la tragedia del camping de Biescas, encierros mineros en Teruel, tristes e impactantes muestras de la pobreza y la marginación en el Casco Histórico zaragozano, el barrio de Ranillas o la antigua prisión de Torrero; pero también escenas costumbristas o retratos con estilo propio de José Luis Borau, Víctor Mira, Ricardo Calero, Antonio Saura o Ignacio Martínez de Pisón.

 

  Y, por supuesto, paisajes, pero no inertes, sino poderosamente interactivos con quien los ve. En cuanto a la selección que nos presenta, lo que el autor ha buscado es mantener en lo mostrado una línea de plasticidad, cosa que consigue, sin duda.

   Rogelio no es sólo un reportero gráfico, ni siquiera cuando ejercía como tal, y el sentido artístico, la creatividad, se refleja en sus capturas. Poco dado a exponer, tienen ahora una magnífica oportunidad de disfrutar de este conjunto de obras, muchas de las cuales son documentos históricos relevantes. Premiado en varias ocasiones, dejó el trabajo periodístico en 2010, año en el que la Asociación de Periodistas de Aragón le otorgó el Premio a la Trayectoria Profesional.

    Pero sigue fotografiando incansablemente, regalándonos a los amigos con hermosas imágenes de su tierra natal turolense o de los paisajes pirenaicos, cosa que esperamos siga haciendo durante mucho tiempo. ¡Enhorabuena Rogelio!

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