«Paisaje mínimos» de Pilo Gallizo

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Por F.B.

     El taller de Feli acoge durante el mes de marzo la  exposición PAISAJES MÍNIMOS de la artista Pilo Gallizo.

     Comienza la programación de artistas invitados, a la sala de exposiciones del taller durante el 2014, con una exposición de fotografía. Blanco y negro para subrayar algunas cuestiones importantes del entorno, las vivencias, el recorrido de la autora. Sin distracciones, sin el color -que puede llegar a ser vocinglero- porque estas fotografías son escritura. Trazos, líneas, borrones, bocetos… dibujos y grafías atrapados por la comisura de los párpados de esta joven autora.

       Homenajes explícitos (como a Edward Hopper) y resonancias de grandes maestros (ningún empacho a la hora de reconocer influencias). Veo a Ansel Adams en algunos paisajes nocturnos de Pilo Gallizo, algo de Harry Callahan en los parajes desolados e incluso rostros eludiendo miradas como en algunas fotos de Dorothea Lange…

          Escuchar la quietud de los paisajes, paladear el filo agudo de los instantes detenidos y sentir el aroma de los gestos mínimos, son habilidades que están reservadas a quienes se hacen merecedoras de ellas a través del esfuerzo, la edad o el dolor. Cuando vi, por vez primera, las instantáneas de Pilo Gallizo tan…cargadas de vida y experiencia a pesar de su juventud, pensé que quien estaba tras la cámara era una persona habilidosa y con mucho que decir. Os aseguro que os sentiréis recompensados si os acercáis hasta El taller de Feli con lo que podréis ver a través de las ventanas que Pilo abre en sus paredes. Os invito a asomaros a ellas para que podáis veros y ver a los demás con una nueva luz.

            En una mañana soleada, tregua en este invierno predominante de grises, hemos podido disfrutar con la generosidad de la artista: su obra, sus comentarios, sus explicaciones… 

           Gracias a quien recrea la realidad con su lenguaje y lo comunica a los otros, gracias a quien se mantiene atento a otras formas de hablar, gracias a quien mira sin esperar ser mirado y añade matices a los paisajes mínimos que todos habitamos.

       «He aprendido que no hace falta tener una buena cámara para obtener un buen trabajo, que me gusta mirar la luz y jugar con ella, que las fotos de diario pueden ser artísticas, que no hay que disculparse por tener un propio concepto de belleza, que en cosas feas hay belleza, que ésta puede estar en cualquier parte. Sólo depende de cómo miremos. Que hoy puedo ver una cosa así. Mañana, ¿quién sabrá?»

Fotografías de la inauguración cortesía de Irdo Montanari y Javier Lapuerta (Detalier estudio creativo)

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