Cristina Beltrán entrevista a Lourdes Fajó Barrio en una dulce tarde.

Por Cristina Beltran

     Los horarios de pandemia han trastocado nuestras agendas, lo que nos obliga a distribuir  nuestro tiempo…

…de una forma más creativa, siempre mirándolo desde el lado positivo, nos apañamos para quedar a la hora del té, en el recogimiento de nuestros hogares, donde la disposición a los relatos crea una atmósfera más intima para entrevistarnos con fondo de música clásica, casi imperceptible para acompañar la estancia.

     Lourdes recita poesía por teléfono, en calles, cafés-teatro, cementerios o cárceles en casas de cultura o colegios; en España o en Amberes. Además sigue aprendiendo a escribir y hace sombreritos para financiar uno de sus proyectos literarios: “Serás primavera”  20 poemas en 10 lenguas.

  Nació en Robres (Huesca) en 1960, es autora de poesía, cartas y cuentos de los que tiene publicados “Cuatricomía Alfa” (Caja de Cerillas, 2013). “Uni…versos para Somalia” (Quadrivium, 2011). “Y no se rompió la Luna” Poemario. (Olifante, 2018).

   Ha participado en las antologías Yin, Poetas aragoneses 1960-2010 (Olifante, 2010) “El Pimendón”, revista local de su pueblo, además autoedita y participa en lo que sale y le ilusiona.

  Sirvan estas instantáneas  adjuntas para justificar el título del artículo, tan exquisitos dulces traídos especialmente para la ocasión, bien merecen unas fotos que ilustren el escenario.

   Su primer trabajo profesional remunerado fue en la calle Porvenir, en la guardería “Ruiseñores”, en los mediodías, ahí salió la oportunidad de asociarse en el pequeño negocio, guardería “Chaval”  donde estuvo nueve años, hasta que dio a luz a su tercer hijo y se quedó en casa, a los 26 años (dos hijas y un hijo). Previamente, estudió titulándose en puericultura. Su primer trabajo, no profesional, fue cuidar a cinco niños, a los 15 /16 años. En un pueblo de Zaragoza se juntaban dos familias los meses de verano y ella cuidaba a los niños,en una casa donde existía más servicio doméstico. Las circunstancias obligan cuando eres hija de viuda con cuatro hijos y tú eres la pequeña que no puede estudiar.

-¿Cuando empezaste a escribir poesía Lourdes?

   Cuando mis  hijos salieron del cascarón y yo ya estaba más libre,  lo cual me dejaba respirar a mí para avanzar, siempre quise seguir aprendiendo, y allí en las aulas, una profesora nos habló de poesía, siempre hablaba de poesía, nos hacía inventarnos cuentos y relatos, por eso me saqué el graduado escolar para mayores. Hasta que en 1990 escribí mi primer poema “Tierra” dedicado a mi madre, lo terminé en 1996, cuando murió mi hermana, lo he incluído dentro de “Serás primavera” 20 poemas en 10 idiomas, que recoge algunos poemas de 1990 a 2012. Es un trabajazo hacer la selección, buscar traductores…vamos un parto, como un hijo y lo de la autoedición y darlo a revisar en fin, si ¡un trabajazo!.

– ¿Empezaste a escribir y dejaste el tabaco?

    Casi, casi, primero empecé  a escribir y luego dejé el tabaco, cambié el cigarrillo por el  bolígrafo, para mí escribir ha sido poder comprender, en primer lugar a mi misma, y poder comprender a los demás. El poder entender al otro, escribir me ayuda mucho, porque es una reflexión, cuando escribes estás en el silencio.

    Empecé a ir a talleres de escritura, en el 2003 asistí a mi primer taller de creación literaria en el Monasterio de Veruela, con Benjamín Prado, Julián Rodríguez y Ángela Labordeta  quien me animó a escribir, me apunté a otros cursos, con Manuel Vilas lo hicimos en la distancia, él estaba en Estados Unidos y yo en Amberes, por internet , uno de los trabajos era un pequeño relato que consistía en mezclar mentiras y verdades (que curioso, mis compañeros pensaban que lo inventado era cierto y lo vivido era mentira).

-Y ahora ¿quieres escribir para niños y publicar?

    Si, eso es lo que quiero pero todavía sigo en la empresa familiar, en la que llevo más de 30 años.

    En los ratos que puedo, escribo para niños de hasta 90 años, para la gente que lleva al niño o a la niña dentro, es importante buscar el asombro. Las niñas y los niños son una maravilla, están muy abiertos y expectantes a la lectura, a escuchar, aprender… en fin  son muy puros.

-¿Con qué te lo pasas bien?

    Dando paseos, observando y con las amigas de plena confianza; las tengo de todas las ideas políticas y situaciones económicas, ellas me ayudan a crecer.

    Realizando trabajos manuales disfruto mucho, bordando trapitos, haciendo los sombreritos, casi todo lo que hago es de materiales reciclados y he descubierto que me encanta hacer compost, hacer tierra es el reciclaje total,que cosas, también con las gallinas de mi jardín disfruto y sobre todo, veo que soy muy feliz buscando el bienestar.

   Lourdes participa en ciclos, lectura de poemas, presentaciones de libros, encuentros con autores, festivales, y certámenes. La solicitan para formar parte de Jurados y ha recibido premios, todo esto queda en segundo plano cuando te ves frente a su mirada chispeante, frente a una mujer tranquila que se conoce y llena de normalidad, que deslumbra por el trabajo que cuesta llegar a ser así, trabajarse para ser así, llegar a la madurez con esa capacidad que ella tiene requiere haberse reconstruido alguna que otra vez. Lourdes ha aprendido mucho de sí misma y de las demás, de sus parejas, de sus hijos y nietos, todo le da mucha vida. Nuestra colaboradora poeta es muy especial, pretendemos continuar aprendiendo y disfrutando con ella.

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