Por Gloria Cohen
Tristeza y dolor. Por la desaparición del submarino ARA San Juan con 44 tripulantes a bordo mientras efectuaba tareas de vigilancia en las aguas del Mar Argentino. El 13 de noviembre…
…zarpó desde la Base Naval de Ushuaia con destino a Mar del Plata y el miércoles 15 mantuvo contacto por última vez. Desde entonces, desaparecido.
Gloria Cohen
Corresponsal del Pollo Urbano en Argentina
Hubo muchos días en los que se mantuvo la esperanza que “los 44” volverían, pero ya se sabe que esta historia no tendrá el mismo final feliz que los 33 mineros chilenos rescatados, pues hoy 30 de noviembre se dieron por concluidos los operativos de búsqueda de sobrevivientes.
Si bien acudieron los más avanzados equipos de rastreo submarino procedentes de EEUU, Reino Unido, Rusia y Chile, entre otros países, días después se conoció la noticia que el Centro de Monitoreo de Explosiones Nucleares con sede en Austria, había registrado una explosión en la zona de desaparición del submarino, muy cerca del talud en el que finaliza la plataforma continental argentina y comienzan las aguas internacionales, es decir donde el océano se profundiza abruptamente.
Este hecho tan triste se suma a una serie de tragedias con escaso o nulo esclarecimiento en la historia reciente de este país.
Desde los desaparecidos durante la última dictadura militar y la Guerra de Malvinas, en la democracia se fueron sumando más tragedias: las voladuras a la Embajada de Israel en 1992 y a la Asociación Mutual Israelita Argentina -AMIA- en 1994, el incendio en la discoteca Cromagnon en 2004, la tragedia ferroviaria de Once en 2012, la misteriosa muerte del fiscal que investigaba el atentado a la AMIA en 2015, así como tantas otras tantas víctimas incontables a causa de accidentes viales en rutas, la inseguridad delictiva, cuestiones relacionadas con la droga, o con la trata de personas, muchas muertes que podrían haberse evitado y en las que muy pocas veces se ha llegado a determinar quiénes fueron los responsables o los culpables.
El submarino ARA San Juan se incorporó a la Armada Argentina en 1985, siendo de fabricación alemana. En el 2008 comenzó a realizársele una “reparación de media vida” que tardó 7 años en completarse, hasta que la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner lo puso en servicio en 2015.
Ahora se investiga si hubo maniobras de corrupción en el contrato referido a la reparación de sus baterías.
El dolor de toda una nación y de los familiares de las víctimas que serán considerados héroes.
Tristeza y dolor. Por la muerte del joven mapuche Rafael Nahuel en los alrededores de Bariloche debido a un proyectil disparado por las fuerzas de Prefectura en el desalojo de un predio en Villa Mascardi, que se suma a la muerte de otro joven, Santiago Maldonado, quien estuvo desaparecido durante 78 días hasta encontrarse su cadáver en el Río Chubut.
Ambas muertes en la Patagonia argentina y producto del conflicto con algunos sectores del pueblo mapuche, originario de Chile y Argentina.
Un conflicto que recién está comenzando a ser conocido y que sorprende a muchos en las zonas del centro y del norte de nuestro país y que socaba la creencia que somos un país amalgamado en un “crisol de razas” tanto de las numerosas colectividades de inmigrantes que llegaron desde lejos en los barcos, como de los pueblos originarios nativos de estas tierras.
Tristeza y dolor. No solo por todas estas muertes que les conté que ocurrieron aquí en la Argentina, sino también por el fallecimiento de mi gran amigo Rafael Esteban Lorente, quien me brindó su apoyo y amistad cuando yo residía en Zaragoza y me presentó a Dionisio Sánchez, y así llegué a incorporarme a esta gran familia de El Pollo Urbano.
