Hitler y Santa Teresa / Andrés Sierra


Por Andrés Sierra

     A priori dos personas muy diferentes, sin embargo voy a intentar demostrar que hay algo en común, es decir la fe, una fe ¿desmesurada?

     En ambos casos. No sé si lo conseguiré.

    Todo empieza al leer un artículo de Juan Bolea en el Periódico de Aragón refiriéndose a una novela sobre Hitler (por lo visto bastante biográfica) de un autor llamado Eric Frattini.

    La novela en cuestión se titula “El paciente A: la historia clínica de Hitler”.

     Bolea comenta sobre la novela, que por la salud de Hitler sus médicos le dan fármacos muy potentes, con lo cual le deben hacer mella en su cerebro, por lo visto sus médicos ensayaban con Hitler, en plan conejillo de Indias, fármacos nuevos no usados nunca antes. Si ya de por sí semejante persona era mala aun se acrecentaría más con los nuevos tratamientos.

    Casualmente vi una buena película sobre Hitler, protagonizada por Tom Cruise (un excelente   actor) el largometraje se titula “Valkiria” que en realidad es el nombre dada a una operación, cuya misión es atentar sobre Hitler, obviamente para matarlo.

    Queda muy explícito que es la decimonovena vez que atentan y que es la última, sin conseguir matarlo. Unos pocos meses después, de ese último atentado, Hitler se –supuestamente se suicida-. Evidentemente todos esos diecinueve atentados son perpetrados por militares alemanes que no están conformes de cómo Hitler, apoyado, claro está, por  la Gestapo y las SS lleva la guerra. En la película queda patente que Hitler dice a sus acólitos que hace falta tener mucha fe para conseguir vencer al enemigo. Su fe acérrima debe estar auspiciada por su medicación, muy seguramente, que le proporcionan sus médicos personales.

    Ahora voy dedicarme a escribir sobre Santa Teresa de Jesús, alguien también con mucha fe.

      Santa Teresa, al igual que Hitler, no tenía una salud muy buena y la época era el siglo XVI, cuando no existían laboratorios produciendo fármacos, todo era a base de plantas. Por supuesto las hierbas tienen efectos en el cerebro –todos lo sabemos- e incluso a veces alucinógenos. Cómo alguien decía todo depende de la dosis, para que lleguen a ser hasta mortales, si no curan. Evidentemente los efectos secundarios existen es imposible evitarlos. Al la santa (sobre todo los alcaloides) seguramente le harían ver al niño Jesús de cuando en cuando, o tal vez se lo imaginaba. Yo personalmente no sé si veía apariciones o no, pero está claro que con su fe cristiana podría ser. Tanta fe como Hitler,

     Ahí está la similitud entre Santa Teresa y Hitler. Es obvio evidentemente que el resultado difiere mucho entre una persona y otra.

Artículos relacionados :