Por Vicente Sánchez Mascaray
Tarde lluviosa en la reseca Zaralonia, lo que no desanimó a un nutrido grupo de oyentes que asistimos a la conferencia de Sergio Abraín (Zaragoza 1952) en la sede de la AAPGA dentro del Ciclo de encuentros con las Artes que con periodicidad mensual tiene progamados.
Con el título de “Agencia de ingeniería”, Sergio comenzó su disertación haciendo un recorrido de su trayectoria artística desde sus comienzos a mediados de los sesenta, la creación de la Sala Pata Gallo donde experimentó el Arte-Factus (trabajos con distintos materiales, soportes y reciclajes), la revista Zoo-Tropo, el sello de arte/correo Perro Verde.
Sus múltiples actividades hasta la apertura de la Sala Caligrama. Su colaboración con proyectos para centros de salud mental (Visiones, Paisajes Humanos y Sueños con la Fundación Ramón Rey Ardid y ASADME) Sus grandes murales ocultando edificios en obras (El péndulo mágico de Puerta Cinegia, Homenaje a Goya etc). Sin citar sus múltiples exposiciones individuales de las que destacamos la realizada en la Lonja de Zaragoza donde pudimos ver obras suyas del periodo de 1974 al 2018, mediante la proyección de un video que mostraba didácticamente la evolución de su obra.
Abraín centró su conferencia en las cuestiones que como artista le obsesionan y le motivan. La relación del hombre, del artista, con su tiempo y con las maquinas. Disertó sobre la evolución de su obra desde un minucioso dibujo a pluma inspirado en los trazos de viejos grabados, su expresionismo colorista creador de un personal universo de figuras poéticas, hasta la aparición de elementos mecánicos, tubos, péndulos, cilindros etc de tonalidades metálicas que a veces enmarcan la obra o aparecen acompañando paisajes naturalistas.
Este acompañamiento de piezas metaloides con segmentos de cuerpos humanos o paisajes dan a sus obras una lectura trascendente que nos hace reflexionar sobre nuestro entorno. Sergio se cuestiona sobre el presente del arte, su dependencia del mercado y últimamente de los oportunismos políticos, esa misma pregunta la dirige socráticamente a los asistentes, animando a opinar sobre la inteligencia artificial y su futuro. Provocado el debate se intercambiaron opiniones entre los asistentes que dejaron en el aire un sin fin de respuestas.
Gracias a Sergio Abraín por su desinteresada colaboración con la AAPGA, que abre sus puertas a todos aquellos que aportan buen hacer y siguen confiando en la parte creadora del hombre.
