Pollerías (Extra Verano 2023)


Por Martín Ballonga

    ¡Un éxito sin igual del Pollo Urbano! Una sección de Martín Ballonga con píldoras, runrunes y comentarios que nos llevaran por pequeñas pistas a caminos de interés asegurado para nuestros lectores.

Proverbio chino: “Aprendí que lo que no sirve se tira”

    De cara al verano y con un próximo nuevo gobierno en la Comunidad, desde el Pollo queremos hacer algunas reflexiones: ¿Sirve para algo un Director General de Cultura? Pues en el caso de Victor Lucea, hasta ahora ocupante de dicho sillón, parece ser que no. La supresión de ese puesto supondría como mínimo 45.000 € al erario público.

    A pesar de todo, el anterior director General, Víctor Lucea , conocido como  “el invisible”, es doctor en Historia Contemporánea por la Universidad de Zaragoza (2006), con Premio Extraordinario y Máster en Marketing y Comunicación Corporativa por la Universidad San Jorge (2015). ¡Jodo petaca! No sabemos para qué tanta formación si no ha hecho nada por la cultura de la Comunidad. Bueno, eso no es cierto, ha publicado “El pueblo en movimiento”, en Prensas universitarias, “Dispuestos a intervenir en política”, en la IFC, y en la misma editorial institucional “Rebeldes y amotinados: protesta popular y campesina”. Pero a este experto en movimientos sociales y amigo de las instituciones publicalibros, no se le ha visto el plumero en ningún sitio. Entonces, ¿para qué vale esa nómina? ¡Hala, a cascala!

     La Academia del Cine Aragonés es una asociación sin ánimo de lucro que se creó  para la reivindicación y difusión del audiovisual aragonés. Desde 2012, primer año en el que se realizaron los catetos Premios Simón, el nombre de esta asociación cambió de Asamblea de Cineastas Aragoneses a Academia del Cine Aragonés, siguiendo el pueblerino criterio de que cualquier profesional que se precie tiene que pertenecer a un Colegio, una Academia o cualquier otra gilipollada que supone da prestigio, aunque, como dijo el clásico,: “lo que la Naturaleza no da, Salamanca no lo otorga”

     Su actual Presidente es Jesús Marco Murillo, cuya principal dedicación es ponerse el smoking para gallear en la entrega de los chabacanos Premios Simón. Eso es lo que se espera de un experto en marketing, ya que según él es Licenciado en Ciencias Económicas y Empresariales por la Universidad de Zaragoza, es técnico en Marketing Internacional y fotógrafo profesional. También ha sido director teatral, realizador y guionista de numerosos cortometrajes y actor en spots publicitarios (radio y TV), además de largometrajes y cortometrajes. Los cortos son: “El pañuelo” (indigerible), “Al, uno de tantos” (sin tres ni revés), “Los tacones de Staninslawsky” (donde los actores no saben ni vocalizar) “Muñequitas rotas” (una suerte de expositor de tetas y sostenes baratos) y “Al límite” (con el puntito de ver al exconcejal Rivarés sin puta idea de actuar).

     Mientras, cada verano desde hace muchos, “El Pollo Urbano” saca una extensísima nómina de todos los cortos que se han rodado en la Comunidad, cosa que a esa Academia de chicha y nabo, le importa un pimiento (cuando debería ser una importante base de datos) porque lo suyo, lo de verdadero interés de la ACA,  es hacer el capullo en el “photocall” de los indignantes premios que patrocina. Ni Asamblea, ni Academia, ni gaitas. Una auténtica peña de pueblo de la España vaciada

   Conclusión, Sr. Marco, dimita y cierre ese chiringuito capullero que desde  la Sección de Cine de esta revista vamos a lanzar los “Premios Manolo Rotellar” para cortos realizados por los chavales que empiezan a cultivar el género. Fíjese y aprenda. Y, por supuesto, sus cortos, ni pagando se proyectaran en las diferentes sesiones: son una mala influencia. ¡Hala a cascala!

 

 

  El Concejal Rivarés que iba a cambiar el mundo zaragozano apoyado en su personal vinilo autobusero como muestra del “equipo” que dirigía  para dar- entre otras cosas-  la sombra tan necesaria en los barrios de la ciudad se ha quedado silbando y mirando a la luna. Hay una cosa que no nos cansamos de repetir en el Pollo: “La soberbia y la arrogancia en los políticos  jamás la toleran los ciudadanos y, por tanto, los votantes”. Así es que: “Buena gana de silbar si la burra no quiere agua”. ¡Vaya un carrerón el del exconcejal que con tanta alegría agitaba su roja bufanda y se veía sustituyendo al mismísimo Santisteve… ! En fin amigos, “cuando se va con aires de grandeza, a veces, el votante, te hace bajar la cabeza”. Y aprende que cuando te llame un medio, aunque sea tan modesto como este, acude humildemente a la cita porque un voto no hace granero pero ayuda al compañero ¡Hala a cascala, pues, compañero!

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