Resumen de la XXII Edición de Pirineos Sur

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Por Elisa Arrudi

Del 12 al 28 de julio se celebró la vigésimo segunda edición de Pirineos Sur. El festival de las culturas por excelencia que, bajo el lema Metrópolis, consiguió traer a numerosos artistas creados en las urbes para que derrocharan todo su arte en la más profunda naturaleza.     Artistas urbanos, acunados en diversas ciudades de todo el mundo, resultado de diferentes entornos y realidades.

Este año ha sido un festival marcado por las suaves temperaturas y por las lluvias que, al menos en forma de tormenta, hicieron su visita casi diaria.  Atrás quedaron los conciertos en Lanuza con el forro polar, hubo incluso muchos días en los que la noche acompañaba para ir sin chaqueta.

Una edición que ha reunido a artistas tan diversos como Rachid Taha, Estrella Morente, La Pandilla Voladora, Silvia Pérez Cruz, The Faith Keepers … junto a propuestas no menos interesantes en Sallent como Touchwood,  Skip & Die,  Cumbia all Stars o Natalia Lafourcade entre otros muchos.

Pirineos Sur está evolucionando hacia una nueva forma de gestión cultural basada en la relación y la cooperación entre la institución provincial y la sociedad civil. Un nuevo modelo en el que se reparten responsabilidades y se busca un beneficio común.

A falta de cerrar cifras concretas, se habla de más de 50.000 espectadores, una cantidad muy positiva, que pese a la poca afluencia del primer fin de semana.

Y alcanzar este número de espectadores fue debido, entre otras cosas,  a la cada vez más “vida familiar” que se puede realizar en Sallent durante julio impulsado este año por Días de Sur, un espacio con actividades gratuitas como Cuentacuentos, circo, pasacalles, conciertos… que consiguen hacer disfrutar a todo tipo de público.

Los conciertos estrella como Paco de Lucía, La Pandilla Voladora o Sharif Keita consiguieron abarrotar el auditorio de Lanuza, pese a que estas actuaciones han descendido un 10 %  respecto a años anteriores. Sobre todo hay que destacar el incremento de público en los conciertos de Sallent de Gállego y es que, a parte de que sean gratuitos que eso influye y mucho, este año han brillado más que nunca por su calidad e innovación. El escenario de Sallent acogió varios días a más de 1.000 espectadores, como ocurrió con el concierto de Rapsusklei & The Flow Fanatics (previsto inicialmente para celebrarse en el auditorio de Lanuza).

Por primera vez Pirineos Sur tiene una extensión en la capital aragonesa. La Sala Arbolé de Zaragoza ha creado un espacio por el que pasarán numerosos grupos de los que actuaron en Sallent de Gállego. Algo que servirá para acercar Pirineos Sur a las personas que no se puedan desplazar hasta el Valle de Tena y también como vía de promoción del mismo.

Otro año más estuvimos allí con “El Pollo Urbano”  y aunque los sallentinos siempre ponemos más pegas en este tema de los “pirris”, he de decir que el resultado fue tremendamente positivo.

El cartel del festival estaba marcado por 3 o 4 conciertos que despuntaban más.

Paco de Lucía, actuó el miércoles 24 de julio, y ya se temía el abarrotamiento del pueblo como en su anterior visita. Y no fue para menos: carretera de acceso a Sallent cortada, hoteles y camping rebosantes… No cabía un alfiler para ver al maestro de la guitarra en tal especial escenario.

     Un concierto lleno hasta la bandera, un éxito de organización y un placer de contar  con una noche espléndida… sin tormentas ni viento.

Además de contar con grandes artistas del arte jondo  se nos unió una luna llena espectacular que dio el broche mágico. El primer concierto a manos de Enrique Amador “Musi” estuvo espléndido, unos teloneros de 10.  Dio la nota una artista que intervino con violín, proporcionando una intervención a la actuación muy interesante y novedosa al incorporar este instrumento en el repertorio.

Creo que si a este grupo  le dieran algunas composiciones nuevas y no tirara tanto de repertorio de ayer y de clásicos de mañana podría llegar perfectamente a cotas muy elevadas en su género. Es joven y  tiene futuro.

De Paco de Lucía poco puedo opinar.  Él estuvo sobrio  pero controlando en todo momento la situación escénica. Marcando los tiempos y las pautas de todo su grupo que son muy buenos músicos,  pero ya bajo la disciplina del maestro Paco de Lucía  se trasforman en geniales. El bailador Farruquito se metió  un baile por soleares y un zapateado de los que hacen historia. Estuvo genial, aunque la verdad  es que puede resultar un tanto cargante un concierto solo de flamenco, pero supo definir muy bien los tiempos, por lo que resultó un concierto muy ameno en líneas generales. Tanto es así que yo fui capaz de estarme sentado sin moverme del asiento de hormigón  todo el tiempo que duró el concierto, eso ya lo dice todo.   El Farruquito será un impresentable, eso no lo pongo en duda, desde luego,  pero joder como baila, ¡es un genio! Realizó un zapateado  que fue para poner los pelos de punta.

      Estrella Morente, otro de los conciertos esperados, hace ya 16 años que se subió por primera vez al escenario de Lanuza de la mano de su padre, Enrique Morente, algo que ella recuerda como su consagración como artista. Su infinita voz, junto con la guitarra de Montollita dejó clara su herencia y arte en el jondo flamenco.

En la segunda parte del concierto fue donde Estrella terminó de sacar todo lo que tiene, acompañada de una tormenta venidera que, con su cielo relampagueado, hizo del momento único. Un aguacero que esperó a que fuera en su famoso tema “volver” donde hiciera su aparición.  Hubo también quien la tachó de diva, y oigan es que lo es. También de que dejase rato solo a su equipo y de que alargase demasiado el descanso. En cualquier caso, creo que estuvo más que correcta y que con su arte y su chorro de voz hay ciertas cosas que se pueden obviar.

Bien, la sorpresa de la noche fue la telonera de ésta: la catalana Silvia Pérez Cruz. La autora de la canción de Blancanieves, acaba de sacar su primer álbum “11 de noviembre”. Una voz dulce y cristalina, con grandes matices, ha sido uno de los grandes descubrimientos del festival.  Silvia Pérez Cruz haciendo alarde de su peculiar estilo fue la encargada de ambientar lo que iba a ser una gran noche haciendo un recorrido desde su Cataluña natal, para acabar con “vestida de nit” canción compuesta por sus padres que hizo saltar las lágrimas a más de uno.

El último fin de semana el cartel estaba encabezado por la Pandilla Voladora que, como era de esperar, movilizaron a gente de todos los rincones de la geografía española, pese a tener tan solo una canción como grupo.  Albert Pla, Lichis (La Cabra Mecánica),  Jairo (Muchachito Bombo Infierno), El Canijo de Jerez (Los Delinqüentes) y Tomasito acompañados por Juan de Dios con el teclado, Diego Cortés a la guitarra y Ricardo Moreno con la batería).

Pero es que estos pintorescos artistas que componen la pandilla tienen miles de fieles seguidores  que saben que si se juntan estos cinco… hay espectáculo para rato.

Un concierto muy divertido que hizo bailar hasta al apuntador y que los más valientes, aprovechando el calor de la noche, remataron con una buena remojada en el pantano como es costumbre ya en el festival.

El grupo que abrió esa noche merece especial mención. Los ganadores de mejor grupo, mejor disco 2012 y mejor directo en los XIV premios de la música aragonesa The Faith Keepers, no defraudaron.  Derrocharon soul, funk y energía en cada uno de los 17 temas que interpretaron. Unos jóvenes intrépidos con mucho talento y un brillante futuro.

Otros de los artistas que atrajo más público al auditorio de Lanuza fue Salif Keita. Un habitual ya en Pirineos Sur que este año participa dentro del festival en un documental sobre albinos africanos,  «Malditos blancos: Los fantasmas de la noche». Un concierto al que no pude asistir pero que por lo que comentaron fue muy inspirador de esos que dan ganas de vivir.

Hay que destacar este año con más ímpetu, la calidad de los conciertos de Sallent de Gállego. Algo que es positivo para Sallent, sin duda alguna, pero sobre todo en estos tiempos que corren para que las personas más miradas a aquello de gastarse euros en conciertos tuvieran una impresión sobre la música del festival y que quizá en años siguientes vuelvan y repitan.

Rapsusklei & The flow fanatics, consiguieron reunir a más de mil personas en el escenario de Sallent. Su concierto, previsto inicialmente para Lanuza, fue suspendido puesto que Fyahbwoy suspendió su concierto a última hora.  Un concierto “de casa” y es que el público le tiene cariño y se nota. Chavalillos y no tan, tarareando sus canciones y bailando al son de su flow. Para rematar el buen rollo de la noche, Rapsus contó en el escenario con compañeros del gremio Sho Hai de Violadores del Verso, Gordo del Funk, Original Juan y Aitor de Huellas de Barro.

Skip & Die  y su energizante concierto, Cumbia All Stars, que con su “Para Elisa” versión cumbia (banda sonora de los Amantes Pasajeros de Almodóvar) me enamoraron, Blitz the Ambassador o Dani Umpi, entre otros, han hecho posible que Pirineos Sur sea 17 días de música, arte y diversión. Que merezca la pena venir entre semana también, que el festival sea cada vez más conocido y se posicione como referente y que cada año haya personas que guarden unos días en el calendario para venir a vivir Pirineos Sur.

      Este año se han celebrado los primeros premios Pirineos Sur, que sirven como homenaje a personas e instituciones que han dedicado parte de su trabajo en el festival. Paco de Lucía, en la categoría de diversidad cultural, y el Coro de Atades Huesca, en la categoría de cultura e integración,  han sido los galardonados en esta primera edición.

En el transcurso de Pirineos Sur se realizó también  parte del rodaje de una película. Un film de ficción que transcurre, en buena parte, en el festival. El director David Yáñez es el creador del proyecto titulado “muchos pedazos de algo”.

     Sin más, no quiero terminar sin dar la enhorabuena a todo el equipo que año tras año hace posible el festival, de las actividades que se van sumando y a toda la gente que viene hasta aquí, que hacen que durante tres semanas Lanuza y Sallent recobren ese ambiente pirri festivo que consigue aislarnos un poco de la realidad de este país.

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