El otoño es una temporada de frenética actividad en las propiedades del Instituto. Por un lado es muy importante verificar el tamaño y seleccionar las mejores bellotas tanto de las carrascas como de los robles para preparar la plantación que se hará en pleno invierno.
Es tiempo, también, de segar la hierba que este año ha salido desaforada y que exigirá llevar un cultivador a media altura, para rastrearla y recogerla en los lugares de las fincas destinados a esta operación para que la lluvia y el sol la vayan desintegrando.
Una vez realizada esta operación, es conveniente pasar el cultivador cuando haya buen tempero para oxigenar la tierra, prepararla para posteriores labores y destruir los nuevos brotes de malas hierbas de invierno que ya comienzan a salir.
Mientras se realizan estas operaciones, los encargados de llevarlas a efecto pueden ya hacer una somera evaluación de las necesidades de poda que exijan los árboles. Esta poda se realiza en dos fases: una primera donde se recortan los brotes de los más pequeños para que vayan cogiendo porte y organizando su crecimiento y otra, más tarde para tallar los ejemplares más grandes.
También es necesario tener la chopera de Valdelafuente, donde se encuentra la dirección general de la explotación (ISSIPU)en primavera y verano, en perfecto estado para los cual es necesario trasladar a sitio seco (las leñeras pertinentes) toda la leña cortada en la chopera fruto de los desgarros de las ramas producidos por las tormentas y el viento y que se había apilado convenientemente.
Pero lo más importante, y que es una norma de necesario cumplimiento en la explotación, es almorzar con los buenos amigos para que las tareas se hagan más llevaderas. Nada mejor que colocar en el capó del histórico BJR una buena maza de jamón y unas cuñas de buen queso de oveja roya bilbilitana para acompañar a un tinto Vacceos de Rueda servido, como no puede ser de otra manera, en copa de cristal ¡Feliz almuerzo, señores!