Rodear la Laguna de Gallocanta, mejor en primavera


Por Marshall

     Si hay un momento para visitar la laguna de Gallocanta, a caballo entre Zaragoza y Teruel, es sin duda cuando miles de grullas acuden a ella a pasar el invierno. Eso sí, prepárate para pasar frío del bueno en ese altiplano inclemente.
    Ahora bien, si lo que quieres es rodearla en bicicleta sin duda lo mejor es la primavera.
Existen varios senderos que circundan la laguna casi en su totalidad, salvo un pequeño tramo de carretera que nos lleva hasta Bello. También hay escapes en todo momento que nos permiten volver a la carretera, muy cómoda y poco transitada.

    No es necesaria una bici de BTT, ni siquiera suspensión. Nos podemos arreglar con unas ruedas sin mucho taco, aunque no nos servirá una de carretera, desde luego. No hay muchas piedras y tan apenas cuestas, pero si ha llovido el terreno sí que puede volverse problemático.

 

    Optamos por principios de mayo, con una temperatura diurna agradable por regla general y heladora por la noche, como fue nuestro caso, en que llegó a los -2ºC. Otra vez cicloturismo en familia con nuestra hija que cumplirá 3 años, osea que la ruta es fácil (o no tanto).

     Un buen consejo es que estés preparado para cualquier tiempo y cambio de clima. Suele hacer un viento incómodo y el clima en verano es tórrido y en invierno es para valientes. Son frecuentes las tormentas y los cambios bruscos de temperatura.

   Un problema es llegar en transporte público. Te puedes acercar en bus hasta Daroca o en el único bus diario que te deja en la parada de empalme de Gallocanta, la siguiente al pueblo de Santed si no tienes problema por cargar la bici en él. Algo más cómodo es tomar el tren hasta Calamocha y desde allí unos 20km de leve cuesta arriba.

 

    Finalmente cargamos las bicis en furgoneta y paramos en el aparcamiento del centro de interpretación junto al pueblo de Gallocanta. Es el mejor punto de partida y se puede hacer en dos sentidos.
En el recorrido en torno a la laguna hay varios pueblos, todos ellos con bares donde tomar un café o comer y se puede comprar pan y algunas cosas básicas. Pero la tienda más cercana está en Used, así que mejor ir pertrechados de lo que haga falta.

   Por lo demás el recorrido fue cómodo, prácticamente llano y en él nos encontramos con muchas aves, el mayor patrimonio de Gallocanta. Desde alondras, escribanos o carriceros a, en las mismas aguas de la laguna zarapitos, fochas, ánades y un aguilucho lagunero de caza.

   Primavera también es la mejor estación porque es cuando los arroyos y acuíferos de los alrededores están vertiendo a la laguna y es fácil encontrar ranas, cangrejos de río, algunos peces e incluso, con suerte, pequeños mamíferos que acuden a beber. Hay corzos, zorros y jabalíes, aunque no son fáciles de ver. En esta ocasión la bulliciosa presencia de nuestra hija no ayudó a ello.

   Paramos en varios de los observatorios de la laguna, todos en excelente estado de conservación.
Es un espacio protegido y es prioritario no molestar a la fauna, así que hay que respetar las indicaciones de prohibido el paso, incluso a pie.

   Todo el entorno es también tierra de cereal y ganadería. De hecho los excesos de la agricultura hicieron que Gallocanta estuviera a punto de desaparecer al no recibir aportes de agua de los acuíferos del entorno.

    También se encuentran en las orillas los chopos cabeceros, muy típicos del Sur de Aragón, de los que se iban talando sus ramas periódicamente para aprovechamiento desde forraje a vigas de casa.

 

   Una pequeña crítica es la falta de recogida de basuras. Encontramos muchas papeleras y algunos contenedores a rebosar.

     Llegando a Bello comenzó viento de frente y racheado. Desde allí parte una pista que rodea la laguna y que es una opción más larga que tomar la carretera. Eso sí, te perderás los llamados ojos. Pequeños círculos de agua llenos de vida y los carrizales que los rodean.

    Se puede seguir por carretera hasta las Cuerlas y de allí tomar de nuevo la pista de tierra que remonta levemente hasta la ermita del Buen Acuerdo, con un merendero, baños (no siempre abiertos) y a cubierto del incómodo vientecillo.

   Eso sí, una vez allí es importante seguir la señalización. Hay caminos más cortos, es cierto, pero te conducen primero a una empinadísima cuesta y luego, en temporada de lluvias, a varios pasos inundados, dos de los cuales se pueden sortear con puentes precarios y un tercero que cubre hasta más arriba de la rodilla, con suerte.

    No siempre el camino más corto es el más breve.

 

      Desde este punto ya es un cómodo último kilómetro hasta el pueblo de Gallocanta y su albergue Allucant, un lugar amable que lleva funcionando casi 25 años y que es totalmente recomendable.

    En resumen, si no conoces Gallocanta ya es tiempo de hacerlo. Y si ya la conoces, vuelve en primavera y disfruta del paseo.

 

Ficha técnica

4 de mayo 2019

Distancia total: 34 kms pistas agrícolas, camino y carretera.

Bicicletas VSF Manufaktur Deore T-300 con asiento infantil y Orbea Travel ambas con neumáticos Schwalbe Marathon Plus anti pinchazos.

Transporte: Un bus diario Zaragoza-Molina de Aragón que deja en el cruce de Gallocanta o tren hasta Calamocha (4 al día desde Zaragoza y Teruel, dos desde Valencia)

 

Gallocanta-Berrueco por carretera

Berrueco-Bello por carretera y pista

Bello-Gallocanta por carretera y tomando camino de la ermita

 

El blog del autor: http://yosiplauma.blogspot.com/

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