Jerusalén, “Ciudad Sagrada por partida triple”

Jerusalen
Por Gerardo Navarro

   Aunque visité la divertida Tel Aviv, contemplé  los magníficos grafitis de Bansky en los malditos muros de Belén, y disfruté del baño más salado de mi vida en el Mar Muerto, me gustaría centrarme en las sensaciones que tuve en la ciudad de Jerusalén. Y  es que, desde que llegue a Israel, se instaló en mi cabeza a modo de sintonía, la ya mítica canción de Alpha Blondy con la que siempre el artista abre sus recitales; “Jerusalén”.

  La primera visión que tuve desde el autobús, fue, de judíos ortodoxos, con sus gorros, barbas, trenzas…  Numerosa policía, y, jóvenes judíos con traje militar y fuertemente armados. Por lo demás, parecía una urbe europea.

   Esta fue mi primera sensación al bajar en la estación de autobuses, y, atravesar en tranvía esta parte de la ciudad destino a la puerta de Damasco. Al dejar el Tranvía, y, dirigirme al hotel que se encontraba en la parte musulmana de la ciudad, sufrí un cambio radical, al pasar de estar en un ambiente Europeo, a estar, inmerso en el mundo árabe, con sus calles bulliciosas, mujeres con pañuelo, y, numerosos tenderetes, eso sí, la policía y los militares judíos están omnipresentes.

   Entrando en la ciudad vieja se mezclan tres culturas, “Judía, musulmana y cristiana”, generando un ambiente único en el mundo digno de continuo estudio.

   Mi visita a Israel fue  el pasado mes de junio, y, las casualidades de la vida hicieron que coincidieran las festividades judías del “Sabat  y Viernes Judío”  con el ramadán musulmán, y, por si esto fuera poco, también coincidió con el 50 aniversario de “La Guerra De Los 6 días (conflicto bélico que tuvo lugar en Junio de 1967 entre Israel y una coalición árabe formada por una República Árabe Unida)”, aunque no pasó nada, sin duda, pude sentir más presencia policial y militar, numerosos cacheos,  y, mucha más tensión en el ambiente, si cabe.

   Jerusalén es considerada una ciudad sagrada por las tres grandes religiones monoteístas: el judaísmo, el cristianismo y el islam. Para el judaísmo es allí donde el rey David se estableció la capital del Reino de Israel y lugar de asentamiento del  Arca de la Alianza, y donde su hijo Salomón construyó el Templo, hacia donde deben dirigirse las plegarias; para el cristianismo es allí donde predicó Jesús, fue crucificado y resucitó; es también la tercera ciudad sagrada del islam, donde para los musulmanes el profeta Mahoma subió al cielo y a la que miraban los primeros musulmanes al rezar, antes de pasar a hacerlo de cara a La Meca, en Arabia Saudita.

   Pasear por la explanada de las Mezquitas admirando la cúpula de “La Roca”.  Visitar el museo al holocausto Judío,  dejar un deseo escrito entre las grietas del “Muro de las Lamentaciones”. Hacer la “Vía Dolorosa “ pasando  por el lugar donde se celebró “la Última Cena” , contemplar el “Santo Sepulcro” entre otras muchas cosas…  Hacen de Jerusalén sagrada por partida triple e imprescindible en el currículo de cualquier viajero.

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