Desde el diván: ‘Maverick’ de Richard Donner


Por José María Bardavío

      Kansas City,1882. Una sala de baños amplia y limpia con una docena de bañeras dispuestas en dos hileras, como las vías del tren. Cada una de ellas dispone de una pequeña caldera que al calentar  agua libera el  vapor que genera un ambiente cálido y húmedo.

Título original: Maverick
Año: 1994
Duración: 129 min.
País:Estados Unidos Estados Unidos
Dirección:Richard Donner
Guion: William Goldman
Música:Randy Newman
Fotografía: Vilmos Zsigmond
Reparto: Mel Gibson, Jodie Foster, James Garner, James Coburn, Alfred Molina, Geoffrey Lewis, Denver Pyle, Dub Taylor, Danny Glover, Graham Greene, Corey Feldman, Max Perlich, Leo Gordon, Margot Kidder, Robert Fuller, Doug McClure, Will Hutchins, Waylon Jennings, Bert Remsen, Michael Paul Chan
Productora: Warner Bros., Icon, Donner/Shuler-Donner Productions

       Dispone de asistentas poco atractivas que se limitan a atender la instalación y los caprichos relativos al consumo de  alcohol y tabaco de  los clientes. El negocio es un club de hombres, en donde el exótico placer de la ablución con agua caliente de tecnología punta está aliada al disfrute de un buen whisky y un delicioso cigarro puro.

     En el contexto de la época estos baños son un sueño hecho realidad, fuente de la abundancia  de los placeres físicos excepto los relativos a la sexualidad genital. Y como el afeitado y la bebida forman parte de un paraíso suficientemente higiénico, las bañeras disponen de una bandeja con espejito que, apoyados sus extremos a ambos lados, facilitan el afeitado del cliente sin tener el usuario que elevar la espalda que permanece apoyada en el pretil alzado integrado en el receptáculo. Las sales de baño aportan deliciosos aromas que son captados por el olfato otro de los sentidos convenientemente cuidado por el avispado dueño del local.

   En el plenitud del disfrute de tanta maravilla, una sensación fría  crece poco apoco en la adecentada sien derecha de Bret Maverick (Mel Gibson). Se trata del cañón de un revolver descomunal. Alguien le está diciendo:

-Tienes en ese bolsa medio millón de dólares y has dejado la pistola a más de tres metros de la bañera: no eres muy listo Maverick.

   La voz del visitante pertenece a un compañero de póquer en el que concurren importantes particularidades. La primera de ellas es que se trata del padre de Bret que, después de darle un susto de muerte con semejante saludo, se introduce en  la bañera de al lado dispuesto a celebrar el encuentro con unas copas de brandy y unos extraordinarios cigarros puros. Y es que Bret desapareció sin avisar hace unas semanas llevándose  el dinero del grupo. Pero todo tiene su explicación…

   Y estando los dos en la cima del no se puede pedir más, aparece por allí otro de los compinches cabreados. Esta vez lo hace emitiendo un ruidito muy antipático con el gatillo de una pistola diminuta. Se trata de una persona muy conocida por los dos hombres que calzan bañera, Mrs. Annabelle Brandsford (Jodie Foster) interesadísima también, y esta vez de verdad, por hacerse con la bolsa que Bret guarda bajo la bañera. Y después de celebrar ella el coincidente volumen genital de ambos caballeros, se despide a toda prisa llevándose la saca del dinero.

   Bret, que es un chico previsor, ha escondido una buena cantidad del dinero en las botas, que muestra orgulloso a su padre cuando le recrimina haber dejado tanto dinero bajo la bañera. Le replica que estaba seguro de que Annabelle vendría a los baños, que la estaba esperando y que así podrá perseguirla pues no hay nada en el mundo que le guste más que esa chica de arma corta llamada Annabelle. Ante tanta astucia previsora su padre le pregunta sobre cómo pudo sacar un as de picas en la partida de póquer que dejó a todos estupefactos: <<Magia>>, contesta el vástago evasivamente.

    Por otro lado, la chica, Annabelle, que tampoco es tonta, sabe de sobra que se ha llevado el dinero suficiente como para que Bret vaya tras ella… Y es que ninguno de los dos está dispuesto a perder el rastro del otro. Pero ahora la mejor manera de celebrar tanta felicidad y tantos triunfos es pasar un buen rato con su socio y padre en esta sala de baños, el lugar del bienestar supino, el paraíso en la tierra.

   En la geografía del bienestar, la bañera supone holganza a tope, y premio por el trabajo bien hecho. Estimula la sensación espléndida del tenerlo todo porque la bañera se revela como el cuerno de la abundancia de la sensualidad puritana que tiende más hacia lo unidimensional, autocorporal, y masturbatorio… Y así como toda comedia termina en boda, todo individuo que se ha ganado un premio de acceso al bienestar supremo es representado sumergido en la bañera, como está  sucediendo ahora mismo.

   Podría arguirse que el baño comunal en bañera, como el  que se describe aquí, responde al ideal puritano que ha abolido el intercambio sexual, eso que se llama hacer el amor. En Maverick el placer se satisface con el parloteo, la cháchara ingeniosa y el cigarro puro. Y entre un padre y un hijo, culminación, más bien utópica, de esa amistad masculina indestructible, tan made in USA (según Leslie Fiedler) que parece sostener (ahora de una forma incestuosamente exagerada) a la novela norteamericana misma, y al cine americano de siempre. Así que cuando aparece Annabelle, la mujer de Bret ,en cierto sentido es  como que se lleve el dinero y que nos deje en paz de una puñetera vez.

   Sucede aquí algo que se parece mucho a la famosa versión franquista de Mogambo (1953) que para ocultar el adulterio la retorcida censura  transformó al marido en hermano convirtiendo en repugnante lo presuntamente malo que se quería enmascarar. En Maverick, Annabelle se va con todo el dinero del mundo porque todo el dinero del mundo vale mucho menos que el rato maravilloso que están pasando los dos hombres en la mejor de las bañeras. Aunque no están juntos están desnudos. Como la mujer supone genitalidad,  se va de allí como si eso no tuviera que ver con ella. Y lo cierto es que para estar al lado de Maverick lo que hace no es sólo vestirse de hombre sino ser como un hombre: Jugar al póquer, disparar, matar, cabalgar a  su lado etc, etc, que  no es sino demostrar que una mujer si se parece a un hombre, mejor.

   Aunque, claro, todo es una broma, una comedia que solo sirve para pasar el rato y reírte mucho con un disparate tras otro… Quizás.

El blog del autor: http://bathtubsinfilms.blogspot.com/

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