El patrullero de la filmo: La gran guerra

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Por Don Quiterio

   El once de noviembre del pasado 2014 se cumplieron cien años del estallido de la gran guerra, que ha pasado a la historia como la primera guerra mundial. Zaragoza ha conmemorado esta fecha celebrando diversos actos con proyecciones de películas, conferencias, exposiciones, selecciones de lecturas e imágenes del conflicto, cuyo fin se produjo en 1918.

    La filmoteca, como no podía ser de otra manera, se ha unido a estos eventos y ha programado una serie de pequeñas producciones inglesas, norteamericanas, alemanas, españolas, francesas, italianas, holandesas, noruegas, belgas, rusas o checas, rodadas durante ese periodo por las cámaras de Hans Berge, Willy Mullens, Dziga Vertov, Edmond Dronsart, Antonio de Padua Tramullas, Domingo Ceret, Eduardo Zamacois, Joan María Codina, Francisco Sanz o Maximiliano Thous, entre otros, que documentan tanto el cruel conflicto bélico como la vida cotidiana de las gentes. Se trata, en realidad, de un proyecto europeo llamado EFG1914, desarrollado entre 2012 y 2014, que ha digitalizado y puesto online setecientas cuarenta horas de películas de y sobre esta contienda, gracias a las veintitrés filmotecas europeas que han participado. Entre ellas, claro, la de Zaragoza.

    Aquel conflicto desangró Europa y condicionó, para siempre, el siglo veinte. De hecho, sentó las bases de la guerra civil española y de la segunda guerra mundial. Este interesante ciclo intenta responder a preguntas sobre si pudo haberse evitado el sacrificio de toda una generación, cómo se originó y llegó tan lejos o cómo pudieron hombres y mujeres aguantar tantos años de tragedia. También el origen del odio que inundó el mundo y durante cuatro años provocó el choque de imperios y el hundimiento de países. Los soldados marcharán a la guerra en un acto de inconsciencia colectiva, con el empuje de pensar que será una campaña corta y gloriosa. Este entusiasmo pronto se transformará. Es el momento de las grandes batallas. La hemorragia es imparable. Europa entera estaba en llamas. Los combates alcanzan una violencia desconocida hasta entonces. Los soldados necesitan que esta matanza termine. 

   El estado mayor alemán tomará una decisión que cambiará el curso de la guerra: atacan un barco de Estados Unidos y este país entra en guerra. En 1917 se inicia, con tropas americanas, la liberación. Alemania suma derrotas y Europa empieza a cerrar sus heridas y construir su futuro. Pero las cicatrices se volverán a abrir. Las condiciones del armisticio suponen una humillación para Alemania y el germen de la segunda guerra mundial. 

  Asimismo, la filmoteca ha programado un ciclo dedicado a Frank Beyer, realizador alemán que estudia dirección cinematográfica en la escuela de Praga y se gradúa en 1957 con el relato antibelicista ‘Zwei Mütter’. Comienza su carrera como director de dos cortos de la serie satírica ‘Das Stachelter’, realizados en 1958. Al año siguiente debuta en el largometraje con ‘Cinco casquillos de bala’, cuyo éxito comercial le permite dirigir con cierta asiduidad, pese a sus múltiples problemas con la censura: ‘Desnudo entre lobos’ (1962), ‘El carburo y la acedera’ (1963), ‘Jacobo, el mentiroso’ (1974), ‘Das Versteck’ (1977), ‘Der Aufenthal’ (1982), ‘Bockshoru’ (1983), ‘La sospecha’ (1991), ‘Nikolaikirche’ (1995)… 

  Dentro del programa cultural ‘Aragón negro’, nacido el año anterior por la iniciativa del escritor Juan Bolea y que además combina diferentes disciplinas como la animación, la literatura, la fotografía o la gastronomía, la filmoteca se une al festival proyectando varias películas norteamericanas del género criminal o policial: la teatral ‘The amazing doctor Clitterhouse’ (Anatole Litvak, 1938), basada en la pieza de Barre Lyndon; la atmosférica ‘El parador del camino’ (Jean Negulesco, 1948); y la sobria ‘Chantaje en Broadway’ (Alexander Mackendrick, 1957). Junto a estos filmes, también se han podido ver varios cortometrajes relacionados con el ‘noir’ y de reciente producción: ‘Blink’, de Diego Latorre; ‘Dealer’, de Ben Dawkins; ‘Line up’, de Alex Juliá Rich; o ‘Ça va rentrer’, de Pierre Louis Levacher. 

  Continúa el ciclo dedicado a Fernando Fernán-Gómez con otras dos películas dirigidas por él: ‘Mi hija Hildegart’, de 1977, y ‘Cinco tenedores’, realizada dos años después. La primera es una reconstrucción de un hecho real acaecido en 1935, la historia de Aurora Rodríguez y su hija educada para la liberación de la mujer, pero, al enamorarse esta, su madre decide matarla y, consecuentemente, es juzgada. El filme contiene elementos fuertemente ideológicos junto a otros propios del melodrama negro. Pese a que en el relato prevalece lo discursivo frente a lo narrativo, se trata de una valiosa y polémica obra testimonial, basada en el libro escrito por Edmundo de Guzmán ‘Aurora de sangre’, una interesante reflexión sobre la lucha feminista y rebelión de la mujer en contraposición al mundo que le ha tocado vivir. Por su parte, ‘Cinco tenedores’ es una película de encargo en torno al adulterio, un flojo vodevil escrito por Manuel Ruiz Castillo y Esmeralda Adam, con música del turolense Antón García Abril.

   La retrospectiva en homenaje a Fernán-Gómez se amplía a lo largo del mes de febrero con títulos  como ‘Las bicicletas son para el verano’, ‘Los zancos’, ‘Stico’, ‘Bruja más que bruja’ o ‘Mambrú se fue a la guerra’. También se inicia un ciclo dedicado al orondo Orson Welles, en el centenario de su nacimiento, y otro al cine polaco contemporáneo, gracias a la colaboración de Ernest Kowalczyk y Joanna Martyjasiak (del instituto polaco de cultura en Madrid), con realizadores como Andrej Jakimowski, Jean Matuszynski, Wladyslaw Pasilowski, Michal Bielawski, Joanna Kos, Krysztof Krauze o Tomasz Wasilewski, una buena oportunidad para conocer las recientes producciones de una cinematografía que apenas o nada se comercializa. Pero esto será tema de la próximas reseñas patrulleras. Hasta entonces, pues.

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