Los jóvenes y su incierto futuro profesional / José Luis Llera

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Por José Luis Llera Gil

    No puedo dejar de ocultar mi decepción y rabia, cuando con gran profusión leo o escucho en los medios de comunicación la concesión de grandes sumas de dinero que, a modo de ayudas a la creación de empleo para jóvenes, otorgan un elevado número de  Organismos y Entidades a los que se suman aquellos  dependientes del Gobierno del Estado.   Lo lamentable es que este dinero con destino a  la creación de empleo para jóvenes de ambos sexos y que en casi todos los casos se concede a Organizaciones  empresariales, colectivos profesionales, Cámaras de Comercio, Clusters,  etc., se utiliza para el pago de las nóminas del personal ocupado en ellos y a gastos de viaje y representación  de sus directivos que también están en crisis o mal acostumbrados por sus vivencias en épocas de bonanza.

   Estas ayudas, por tanto, son concedidas a la creación de empleo pero de forma muy indirecta y escasamente efectiva.

   En suma diremos, que se conceden efectivamente  pero nunca se habla de qué acciones van a llevarse  a cabo por los receptores de las mismas. ¡ Es lamentable ¡. Sucede igual que con los emprendedores: otra vergüenza a sumar a las muchas que nos tocan vivir.

   Los primeros cuando alcanzan la edad de trabajar, si encuentran un puesto para hacerlo, se les exige experiencia que en ningún caso pueden demostrar por razones obvias.

   Con escasas o elevadas ayudas –  también habría mucho de qué hablar – se encuentran los emprendedores que en gran número utilizan las nuevas tecnologías informáticas para crear su autoempleo. Difícil misión perdurable hasta que se presente una indeseable burbuja por el exceso o copia de los sistemas y actividades que tira por la borda ilusiones y dinero.

    ¿Cuál sería una solución definitiva ? Hace tiempo que deseaba exponer una solución , para mí ciertamente efectiva, que no costaría dinero a las arcas del Estado y que proporcionaría  puestos de trabajo a los jóvenes lo que hoy en día tienen  sumamente difícil.

   Aun cuando podríamos citar iniciativas para paliar esta situación, queremos señalar una confiando sirva de pauta a los políticos que tienen la responsabilidad de generar empleo para los jóvenes de ambos sexos incluyendo discapacitados acordes con su grado de discapacidad.

   Se trata de la creación de Escuelas o Centros formativos en las propias empresas con un determinado número de trabajadores. (inicialmente se puede hablar de más de 50). El número de alumnos podría ser un 10%  y  se iniciarían como “aprendices” que posteriormente irían ampliando su categoría profesional.

    Como formadores actuarán  los  propios trabajadores de la empresa con su lógica experiencia, quienes Impartirán sus conocimientos a jóvenes sin empleo y, por tanto, sin experiencia, la cual van adquiriendo durante el periodo de estancia en la Escuela o Centro de la empresa, y que se compagina con la realización de trabajos sencillos dentro de la misma y por lo que perciben una pequeña remuneración.

   Recuerdo en un viaje a Finlandia, hace años, en que estuve visitando al considerado  mejor agricultor europeo. No cuento la relevancia de  todo lo que me mostró sino lo más destacado  y que me impresionó más aún, como por ejemplo, que en ciertas épocas del año los estudiantes de la Escuela de agricultura cercana colaboraban con él y, en su explotación, en el cultivo y  recolección de frambuesas por lo cual recibían una pequeña remuneración al mismo tiempo que ampliaban sus conocimientos sobre la plantación y recolección de este fruto. También en su granja porcina originando en ambos casos un beneficio compartido.

   Enriquecen así sus conocimientos prácticos y  experiencia.

  En nuestro proyecto, cuando se estima que ya están preparados para ser trabajadores asalariados, se incorporan a la plantilla de las empresas que los han formado, pudiendo ésta hacerles contrato por un tiempo determinado sino indefinido.

   Sin duda,  alguna empresa puede pensar que esta acción le puede suponer molestia y gasto. ¡Nunca más lejos de la realidad, sino lo contrario¡

   Aparte de los beneficios que el Estado obtendría mediante este sistema de creación de empleo ¿cuáles son los que percibirían las empresas implicadas?

  • Formar adecuadamente a sus futuros trabajadores
  • Colaborar a la formación de jóvenes y a su experiencia profesional
  • Contribuir a la creación de empleo para jóvenes donde España posee una de las tasas más altas de desempleo.
  • Contribuir decisivamente al desarrollo del país.
  • Obtener beneficios varios del Gobierno del Estado por su contribución a este proyecto si bien no sería imprescindible.

   Podría ampliar esta iniciativa con otras pero para comenzar con soluciones ahí va la primera.. Ahora corresponde a los políticos implicados en el tema de creación de empleo mediten un poco sobre lo que se les indica y se aprovechen de ella.

   Para ello quedamos a su más completa disposición, bien personalmente o  a través de los varios colectivos que, sin ánimo de lucro, están capacitados para el éxito y que actualmente presidimos.

   Lamento la extensión de este artículo pero, sin duda, el amable sector sabrá disculparnos y apreciará que es imposible reducirla y que el tema es sumamente interesante.