Por Javier Barreiro
Federico Arana Arana nacido en Tizayuca, ciudad del estado mejicano de Hidalgo, el 27 de noviembre de1942, fue el segundo hijo de los exiliados españoles, José Ruiz Borau y María Dolores Arana.
El primero había tomado el seudónimo de José Ramón Arana, cuando, al final de la Guerra Civil, fue enviado al sur de Francia en misiones de espionaje para el PCE, con el que rompió al poco tiempo. El seudónimo procedía del apellido de su amante y con esos falsos documentos marchó con ella para el exilio, entró en Méjico y desarrolló su carrera literaria. En el complicado viaje marítimo, con paradas en la Martinica, la República Dominicana y Cuba, la pareja tuvo un primer hijo, José Ramón.
Hijo de escritores españoles exilados
Poco hay que decir de la importancia del padre, José Ruiz Borau, que cambió su nombre imponiéndose el apellido de su mujer hasta convertirse en José Ramón Arana, una de las voces más potentes del destierro republicano y, tras Sender, el escritor aragonés más importante del exilio. Su madre, María Dolores Arana, aunque de origen vasco, participó en las empresas vanguardistas zaragozanas de los años treinta publicó en las míticas revistas Cierzo y Noreste e incluso llegó a editar un libro de poemas Canciones en azul en la colección poética de la primera de las revistas. En Méjico, llevó a las prensas otro libro de poemas, Árbol de sueños, y, años después, otro sobre los zombies, asunto que le preocupaba, hizo crítica de arte y, entre otras muchas actividades, fue amiga de Cernuda, con el que mantuvo correspondencia que se ha publicado, de Concha Méndez y de Emilio Prados. También envió frecuentes colaboraciones a Papeles de Son Armadans, la revista literaria de Cela, sin duda, la de mayor calidad de su época.[1]
Formación
Dejando aparte la importante labor literaria de su padre y, posteriormente, de su madre, Federico se educó en el Distrito Federal donde cursó los estudios de bachiller y la carrera de Biología, cuyo título obtuvo con el trabajo, Contribución al estudio del aparato.
Contribución al estudio del aparatodigestivo del Desmudus rotundus murinus, el más común de los vampiros mejicanos[2]. Se doctoró después con la tesis Insectos comestibles, entomofobia y entomofagia, uso cultural sobre el que escribió después dos importantes Comer insectos: entre el gusto y la aversión e Insectos comestibles. Durante muchos años fue profesor de la UNAM y publicó más de una decena de libros sobre la materia.
Junto a esta importante labor profesional, el hijo de los Arana ha sido un hombre polifacético de amplias inquietudes artísticas y sociales. Su figura tiene una importancia fundamental en el desarrollo del rock mexicano y también en el periodismo, la literatura y el ensayo, siempre con una actitud combativa, irónica y militante contra el conformismo, la mediocridad y la estupidez.
La música
Sus andanzas musicales se iniciaron formando parte del Coro de la Facultad de Ciencias[3], dirigido por el folklorista Beno Lieberman, con quien luego fundó Cantos Nobles, grupo del que existe un disco.
Federico fue promotor y guitarrista de los más importantes grupos del rock mejicano: el pionero, Los Sonámbulos, fue fundado por él, junto a Baltasar Mena, en 1956, cuando iba a cumplir los 14 años. Llegaron a grabar un disco pero se disolvió prontamente. Como guitarrista y compositor ingresó en Los Sinners (Pecadores), otro grupo inaugural del rock mejicano, que es el que suena y actúa (escenas finales) en la película Simón del desierto de Luis Buñuel. Por cierto que el título de la canción que allí interpretan “El rebelde radiactivo” –en otros sitios lo titulan Carne radiactiva– quiso Buñuel que fuera el de la película, lo que no se llevó a efecto porque a alguien le pareció excesivo lo que se debía pagar al autor.
Después vinieron Los Sleeppers y, finalmente, con el citado Baltasar Mena[4], en 1975 formó Naftalina, fundamental en el desarrollo del género en el país azteca. Editaron ocho discos antes de abandonar pero el conjunto reapareció tras muchos años de retirada, como aconteció con muchas formaciones de otros ámbitos geográficos. Casi todos los discos fueron de producción mejicana, pero los hay también en ediciones norteamericana y española. Lo más destacable son su letras, muy originales y, generalmente, de carácter fuertemente satírico. F. A. noveló con su habitual humor y desparpajo la peripecia de Naftalina en su novela Las jiras (1973), que obtuvo el Premio Xavier Villaurrutia, por entonces, el más dotado económicamente de la literatura mexicana.
Otra muestra de lo variopinto de sus aficiones y aptitudes fue la fundación del mariachi apócrifo Los Jumiles, con quienes hizo giras por Suiza, Bélgica, Holanda y Alemania. Durante casi un año permaneció en Sillot (Mallorca), donde fundó la peña folclórica La Cucaracha. En su novela, Yo, mariachi (1991), recrea todas estas aventuras.
Es también muy destacable su relación musical con el cine. Así, compuso la música para varias películas documentales y para un largometraje de Gustavo Alatriste, La güera Xochitl, que se rodó con Silvia Pinal como protagonista, pero no llegó a estrenarse. Consecuencia de esta pasión es su vocación coleccionista de discos, carteles y fotomontajes de cine, de los que reunió una cantidad ingente. Su espíritu viajero y aventurero lo llevó a participar en exposiciones y ferias donde exponía y vendía parte de su colección, tanto en Méjico como en España, donde participó en Ferias del Libro tanto en Madrid como en San Sebastián, donde residía su familia materna. Hace años preparaba un libro sobre los españoles en el cine mejicano que, de momento no ha tenido plasmación editorial
Literatura
Junto a la música, la literatura ha sido la parte más importante de su obra creativa, como demuestra el alto número de títulos publicados, todos ellos de alta calidad literaria, preocupación por la lengua y repletos de originalidad y humor. Ya en sus inicios conoce el éxito: como poeta ganó un premio convocado en el Palacio de la Magdalena (Universidad Menéndez y Pelayo) con un poema subversivo. Hasta 2012, fue su única incursión en el género pero, como ya se apuntó, en su debut narrativo obtiene un importante premio nacional. El resto de su obra abundará en novelas desternillantes en las que puede advertirse algún parentesco, en cuanto a la actitud, con las del malogrado y genial novelista de Guanajato, Jorge Ibargüengoitia
Hablando de literatura, sería culposo no aludir a sus estupendas, agresivas y desprejuiciadas obras sobre la lengua española. De hecho, su primer texto publicado fue Algunos académicos de le lengua (1968), al que siguieron 1001 puñaladas a la lengua de Cervantes (2012) y Que mal hablan mis papás (2018). Al otro lado del Atlántico tienen la misma vigencia y es imposible no aplaudir.
Dibujante humorístico. Pintor
Otra faceta en la que Federico destacó fueron las artes plásticas. Desde muy joven colaboró con dibujos y viñetas en la prensa. Se hizo popular su personaje de Ornitóteles, un pájaro sabio, escéptico y sentencioso cuyas viñetas publicaba en el diario Novedades y que, luego, dio origen a dos libros (1976 y 1984). También realizó los dibujos y el texto de un cuento infantil, El blues de los coyotes, Aparte de sus propias obras ha ilustrado los de otros autores, confeccionado las portadas de varios de sus discos y acometido otros muchos trabajos paneles preparatorios dibujos, pinturas etc. para las muchas actividades en las que ha colaborado. Ha hecho exposiciones individuales en Méjico, Alemania y Suiza y colectivas, en los U.S.A.
Síntesis.
Quizá el humor sea el rasgo más característico en la obra de Federico Arana, procedente de un espíritu observador, distanciado e hipercrítico, del que no prescinde en sus libros científicos y mucho menos en su obra creativa. Nada mejor para apreciarlo que Yomorias, mimorias, memorias (2016), mirada sobre su vida que es un alarde de libertad creativa y ensañamiento burlón.
Personalidad polifacética y excéntrica del personaje, bien acorde con la condición de Méjico como país desmesurado, expresionista, extraño… donde conviven prehistoria y vanguardia, surrealismo y bandolerismo, democracia y feudalismo… En resumen, el Méjico moderno y dinámico junto a la pervivencia del Méjico negro y colorido, brutal y tierno, mágico y real: El Dr. Atl junto a Negrete, Ibargüengoitia frente a Cantinflas, Díaz Mirón bebiendo mano a mano con Rulfo a la puerta de una cantina, mientras en el balcón del edificio frontero Octavio Paz muestra su Nóbel a Pancho Villa y le pregunta por el porqué de las cosas.
OBRAS
Biología
–Contribución al estudio del aparato digestivo del Desmodus rotundus murinus, México, Universidad Nacional Autónoma de México, 1965.
–Método experimental para principiantes, México, Joaquín Mortiz, 1975 /1977.
–Biología I: los seres vivos como unidad, México, Mc Graw-Hill, 1979.
-Biología II: diversidad de los organismos, México, Mc Graw-Hill, 1980.
-Biología III: continuidad y evolución de la vida, México, Mc Graw-Hill, 1980.
–Ecología para principiantes, México, Trillas, 1982.
–Ecología para niños, México, Trillas, 1982.
–Fundamentos de biología, México, Mc Graw-Hill Interamericana de México, 1990.
–Comer insectos: entre el gusto y la aversión, México, Joaquín Mortiz, 1991.
–Método experimental para principiantes, México, Joaquín Mortiz, 1999.
–Insectos comestibles, México, UNAM, 2005.
Literatura y Ensayo
–Las jiras (novela), México, Joaquín Mortiz, 1973, 1986. / México, Grijalbo, 1997.
-Ornitóteles, el pájaro filosófico (caricaturas publicadas en el diario Novedades), México, Posada, 1976.
–Enciclopaedya de la latinoaméricana omnisciencia (humor), México, Joaquín Mortiz, 1977.
-Delgadina (novela), Barcelona, Plaza & Janés, 1978.
– El perro mundo do Ornitóteles (viñetas humorísticas), México, Posada, 1984.
–Huitzilopochtli vs. Los rockanroleros de la noche (teatro), México, Oriental del Uruguay, 1988 / México, María Enea, 2000.
–Yo, mariachi (novela), México, Joaquín Mortiz, 1991.
– (con Mario Paniagua), Máscaras y luchadores. México enmascarado 1934-1968 (ensayo) -2 tomos-, México, María Enea, 2007.
–1001 puñaladas a la lengua de Cervantes (ensayo), México, Cuadernos de El Financiero, 2012.
–Rumores de la arboleda (poesía), México, Solar, 2012.
–Qué mal hablan mis papas, México, Trillas, 2013.
–El blues de los coyotes (cuento), México Trillas, 2014.
– Yomorias, mimorias, memorias, México, Ateneo Español, 2016. (Próximamente se editará en la editorial Renacimiento de Sevilla).
–¿Quién teme a Naasón feroz), México, Letrame, 2024.
Historiador y ensayista del rock
–La música dizque folclórica. ¿Canto nuevo estúpido racista, México, Posada, 1976.
-Huaraches de ante azul. Historia del rock en México, México, Posada, 1985. Cuatro volúmenes reeditados después en edición corregida y aumentada.
–Roqueros y folcloroides, México, Joaquín Mortiz, 1988.
–Los cien más cachondos rocanroles de las lenguas españolas, México, Planeta Mexicana, 1995.
-Archipiélago naftalina, Mérida, Unas Letras, 2013.
–Grandezas y miserias del rock mexicano. Desde los precursores hasta vísperas de Avándaro (Tomos I y II), María Enea, 2018.
–Cimas y simas del rock mexicano, México, María Enea, 2021.
–Cartas a los rocanroleros mexicanos, México, María Enea, 2022.
–El rock en el cine mexicano, México, María Enea, 2023.
N O T A S
[1] Javier Barreiro, “María Dolores Arana, poeta, madre y supérstite”, Aragón desgajado. Los exilios republicanos de 1939 (Ed. Alberto Sabio), Zaragoza, Doce-Robles-Instituto de Estudios Altoaragoneses, 2020, pp. 115-132.
[2]. Un resumen de la misma fue publicada en la UNAEM (1966)
[3] Es probable que en la afición de Federico tuviese buena importancia su madre que, en sus muy escasos ratos libres, gustaba de tocar el piano.
[4] En el grupo figuraron también Olaf de la Barreda y Freddy Armstrong.
José Ramón, María Dolores, José Ramón (padre) y Federico
El blog del autor: https://javierbarreiro.wordpress.com