La librería El Baúl de Melquiades publica «El galgo pensativo», del pintor Ángel Aransay

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Por Lolita Piedrahita

     Había oído hablar de esa librería, El baúl de Melquíades. Decían que me gustaría, una  librería de viejo en la calle Las Armas 16, pero que no sabían cuándo abría. En la puerta lo deja muy claro: Horario ad libitum. Un amigo me comentó que solían estar abiertos por las tardes.

    El nombre de la librería nos traslada directamente a Macondo, y sus paredes a toda la literatura hispanoamericana, portadas de las primeras ediciones de las  mejores obras del boom:  Historia de cronopios y de famas, Bestiario, Cien años de soledad o Las lanzas coloradas adornan el espacio, acompañados también de grandes obras de la Edad de Plata de la literatura española, con autores como Lorca, Pedro Salinas o Vicente Aleixandre.

     Para el paseante la sorpresa es doble: por un lado el valor para abrir en estos tiempos una librería de viejo y descatalogados, y por otro  para publicar poesía de personajes no menos raros y descatalogados como en este caso el pintor Angel Aransay, personaje imprescindible en el movimiento cultural aragonés de los últimos cuarenta años, pero totalmente desconocido como poeta.

     Yo imagino que se debe a la juventud e inexperiencia de la propietaria, editora y  alma de la librería , Elena Áurea , quien trata en estos tiempos tan ásperos de animar el entorno del casco viejo con esta apuesta cultural.

    La pequeña librería está decorada con ese encanto indolente y decadente que ofrecen las  maletas y baúles antiguos, como un atrezzo  dedicado a diferentes temas: teatro, grandes clásicos en sus lenguas originales, descatalogado .

   Una mesa, llena de libros y un ordenador esconden a Elena Áurea, mercader de libros como reza el cartel de la entrada, quien me explica que la librería busca especializarse en primeras ediciones, particularmente hispanoamericanas, las cuales podemos encontrar en la página web y en los catálogos que están preparando.

    Pero además me explica que  también editan libros, o mejor dicho rarezas, ediciones de pequeñas tiradas que solo se venden en la propia librería, siendo el primero de ellos un poemario del pintor Ángel Aransay escrito en los años 80. El texto  que había sido confiado a su amigo el bibliófilo Santiago Gómez Laguna, recuperado ahora por El baúl de Melquíades, en una edición única de cien ejemplares numerados para amantes de las rarezas bibliográfico.

EL GALGO PENSATIVO

    Siguiendo el modelo tradicional de impresión en la portada encontramos un grabado, que hace referencia al primer poema, “Melancolía” de Durero.

   En la última página un colofón cierra esta obra literaria, junto con un grabado del galgo pensativo, pequeño personaje del grabado de Durero, en el que Aransay se fija para comenzar su andadura como poeta.

   En la contraportada una fotografía del Rogelio Allepuz, también amigo de Aransay en la que se ven las manos del pintor , detalle muy significativo para quienes conocemos su obra pictórica.

     El texto esta dividido formalmente en dos apartados: Estampas e Improntas.

     La primera parte, Estampas, contiene una serie de poemas que aparecieron por primera vez en el catálogo de la exposición que realizó la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Zaragoza, Aragón y Rioja en la primavera de 1984 y que nos muestran al hombre de letras que siempre ha sido Aransay, en quien literatura y arte llegan a ser inseparables, y los límites de uno y otro se  empiezan a diluir tanto en muchos de sus cuadros, como  por supuesto en estos poemas que dedica a Goya, Caravaggio, las arquitecturas de Venecia… No podemos sino acordarnos de sus cuadros de San Jorge cuando leemos sus versos, que parecen escritos a pinceladas.

   La segunda parte, Improntas, está formada por poemas más personales, que comienzan con unos versos de inspiración lopesca sobre la técnica del verso clásico para dar paso a unas reflexiones sobre la condición humana, de lo que tal vez lo que más nos sorprende es el carácter premonitorio que demuestran y la ternura con que Aransay reflexiona sobre la condición humana.

     La pintura de Ángel Aransay es un referente en el arte de Aragón, ahora  sus versos,  acompañan a las pinceladas, consiguiendo siempre el mismo efecto: emocionarnos.

     No pretendió nunca Aransay romper moldes en el aspectos formal de su pintura, desde una posición sosegada y tranquila Aransay tejió una forma personalísima y peculiar que lo define con un estilo propio , su poesía obedece a esa misma creencia, no es rompedora, ni siquiera en la forma del verso, no se permite apenas el verso libre, pero no por ello no deja de sorprendernos.

     Enhorabuena a la librería El baúl de Melquíades, y a su propietaria Elena Áurea por su apuesta en el barrio del Gancho, enhorabuena por recuperar un texto de nuestro querido y ácido  pintor del que nadie sabia de su existencia como poeta.

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