Por Gonzalo del Campo
Mi homenaje a Julio, con quien compartí muchos buenos momentos de nuestra vida. Este mes de julio se cumple el primer año de su marcha.
Hermano, amigo, su lealtad siempre fue a prueba de cualquier circunstancia.
Todo corazón, lo mostró en su poesía sincera y fugaz y en su generosidad desinteresada. Bebió la vida a tragos y afrontó los reveses cuando fue necesario.
Su vocación de actor comenzó con apenas doce años en Radio Zaragoza y la desarrolló en el Grifo, donde estuvo varios años, los más activos del grupo.
También amó la pintura a través de Van Gogh y los impresionistas a los que tradujo a su manera con pasión.
Nos deja su semilla en este mundo, con su hijo y su nieta, a la cual no tuvo la fortuna de ver nacer y disfrutarla.
El recuerdo cálido de Julio perdura en nuestros corazones.
Sentimos que se fuese así, tan de repente, tan discretamente como quiso vivir en sus últimos años.