Dionisio Sánchez entrevista a Javier Lambán (secretario general del PSOE de Aragón)

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Por Dionisio Sánchez

     El 31 de Marzo de 2012 Javier Lambán, nacido en Ejea de los Caballeros (Zaragoza) en 1957, fue proclamado nuevo secretario general del PSOE en Aragón con el 94,71% de los votos, en el transcurso del XV Congreso regional del PSOE  que inauguró su secretario general federal, Alfredo Pérez Rubalcaba, y con quién nuestro hombre se siente identificado amén de alineado

     En aquel su primer discurso como nuevo jefe de los socialistas aragoneses afirmó “entender la política como un servicio a la sociedad y al país” y abrió tres líneas maestras: la conciliación con todos los antiguos dirigentes del partido, abrir el mismo a la sociedad y ofrecer cauces de colaboración al Ejecutivo autonómico. Y como objetivo final se marcó el recuperar el Gobierno de Aragón y las alcaldías perdidas recalcando que para ello la cohesión en el partido iba a ser «más necesaria que nunca».

Conversaciones con Javier Lambán Montañes

      Nacido en Ejea de los Caballeros, se licencia   en Filosofía y Letras por la Universidad de Barcelona, y regresa a su pueblo para ejercer como profesor.

 Dionisio Sánchez.- Usted nació en la capital de las Cinco Villas. ¿Se siente un caballero?

Javier Lambán.- Sin duda. Si no fuera por mi “torpe aliño indumentario”, un caballero de los de “capa y espada” de Lope de Vega.

 D.S.- ¿Cómo fue su infancia?

 J.L.- Me reconforta mucho recordarla, con una gratitud infinita hacia mi padre y mi madre. Hasta los ocho años, quería ser labrador, como mi padre. En ese momento, un maestro, Don Agustín Desentre, me aficionó a estudiar y por ahí tiré.

-¿Era buen estudiante?

– Sí.

– ¿Cómo se cruzó la política en su camino?

– A través de mi padre, que, desde crío, me repitió miles de veces el mitin de Indalecio Prieto en Ejea en mayo de 1936, que se sabía de memoria. Ya en la Universidad, a través de Durruti y Daniel Conh-Bendit, por decirlo de alguna manera, que me llevaron al movimiento libertario. En 1983, a través de Mariano Berges, profesor mío en el Instituto, que me retrotrajo al socialismo. Aquí sigo.

     Desde las elecciones municipales de 1983, es concejal por el PSOE en el Ayuntamiento de Ejea de los Caballeros, desempeñando el cargo de segundo teniente de alcalde en el gobierno municipal, así como la portavocía el PSOE en la oposición durante el mandato 1987-1991. Con la vuelta del PSOE al gobierno municipal, es nombrado Primer Teniente de Alcalde, compaginándolo con el cargo de diputado provincial en la Diputación Provincial de Zaragoza, institución que presidió desde 1999hasta el 22 de junio de 2011, y con la secretaría provincial del PSOE de Zaragoza entre 2001 y2012. Es Alcalde de Ejea de los Caballeros desde el año 2007. 

– ¿Llevar más de media vida dedicado a la política da vértigo?

 – Lo que da vértigo es la certeza de haber consumido bastante más de la mitad de la vida.

– ¿Cómo lleva la adicción al trabajo?

– Hago lo que me gusta y me considero muy afortunado por ello. Para mí, la política es un acto de servicio y hago todo lo posible para ganarme el sueldo.

– ¿El aprendiz se ha convertido en maestro?

 – Soy siempre aprendiz y solo a ratos “maestrillo”.

– Se comenta que apuesta alto, que es uno de los políticos emergentes del poder socialista. ¿Está de acuerdo?

– Nunca me he planteado la política como una “carrera de honores”. Ya he dicho que, para mí, es puro acto de servicio. No soy político emergente.

– ¿Se siente querido cuando va de campaña?

– Sí y no sabe hasta qué punto estimula el afecto de los compañeros y de los ciudadanos. De todas maneras, sé perfectamente que no todo el monte es orégano.

– Usted que es un profesional de la política, ¿en qué emplea su tiempo libre? ¿Tiene algún ‘hobby’?

– Leer y escribir. Acabo de terminar mi tesis doctoral, que espero leer en los próximos meses. En cuando a la lectura, la practico cada día más no sea que la diabetes me incapacite antes de hora.

       Autor de numerosas publicaciones sobre las Cinco Villas en torno a sus archivos municipales y parroquiales, el estado de su patrimonio histórico-artístico y episodios recientes de su historia contemporánea, entre otros temas. Publicaciones suyas han sido «Mamés Esperabé Lozano (1830-1906). Un ejeano al frente de la Universidad de Salamanca», editada en 1997, «El Palacio Real de Ejea», editado este mismo año y «La Segunda República en Ejea. Las ideas y los personajes», de 2001. 

– Tiene fama de cabezón. ¿Le molesta?

– ¿Por tozudo o por hipertrofia capital? No me consta lo de la fama y, en cualquier caso, no me molesta si existe.

– Conociendo las rupturas internas de su partido, ¿es usted de dar portazos?

– No, aprendí de Marcelino Iglesias cierta “prudencia montañesa” para gestionar ese tipo de situaciones, que en Aragón son prácticamente inexistentes desde hace años.

– ¿Es de los de “borrón y cuenta nueva”?

– La “prudencia montañesa” tampoco es de borrón y cuenta nueva.

– ¿Para no equivocarse es mejor no arriesgar?

– Como dice Serrat, es preferible “un sabio por conocer a los locos conocidos”.

– ¿Qué relación tiene con Belloch? ¿Y con Jerónimo Blasco?

– Con Juan Alberto, buena. Con Jerónimo, poco frecuente.

– Si usted sale elegido y el ayuntamiento de Zaragoza sigue siendo socialista, ¿habrá un puente de identificación, aunque solo sea ideológico?

– Ideológico, estratégico y de proyecto compartido. Zaragoza y su ayuntamiento son un elemento clave de mi proyecto de país

– Usted se mostró convencido, después de escuchar a Rudi en el discurso del Día de Aragón, de que “la presidenta es pasado, de que Aragón va por un camino y ella por otro. ¿Realmente cree que es una cínica, según usted, o es una forma de hacer oposición?

– Creo que es una cínica. Viendo las cifras del paro, de los recortes, de la deuda y del déficit, decir que está cumpliendo sus objetivos es insultar a la inteligencia de los ciudadanos.

– ¿Qué político aragonés, de la ideología que sea, le ha sorprendido más en estos años?

– Chesús Bernal (CHA) y Mario Garcés (PP), por distintos motivos. Dos tipos de talla, en cualquier caso.

– ¿No cree que vivimos, parafraseando a Machado, entre un Aragón que muere y otro Aragón que bosteza?

– Parafraseando a Machado, vivimos entre un gobierno “que ora y embiste cuando se digna usar de la cabeza” y la posibilidad de otro que deje nacer y crecer “al Aragón del cincel y de la maza, al Aragón de la rabia y de la idea”.

– ¿Por qué cuestiona el perfil político del nuevo equipo de Hacienda?

– Tengo una buena opinión personal de Javier Campoy. Pero creo que, en este momento, con una Hacienda desbarajustada y con una Presidenta cuya aptitud para ordenar las cuentas se ha revelado nula, era necesario alguien con experiencia en la gestión económica y financiera.

– ¿El comportamiento democrático pleno existe solo entre los idealistas utópicos que siempre los hubo, los hay y los habrá?

– En cierto modo, sí. Pero es que lo que usted denomina “idealistas utópicos”, al menos en la izquierda, deberían ser la regla, no la excepción.

– Si Lázaro de Tormes viviera, ¿sería un demócrata entregado y envidiaría a muchos políticos que de la honra hacen negocio, se ríen del mal ajeno y afirman sin pudor no saber nada pues pasaban inocentemente por aquí?

– No, intentaría arrimarse a Correa y al “Bigotes” con intención de llegar a servir a los verdaderos jefes de la trama Gürtell.

– ¿Es fácil convivir con la estela de la corrupción en el poder?

– No convivo con ella, me repugna. Por lo demás, de entre los colegas de todos los partidos a los que conozco, tengo a muy pocos por sospechosos de corrupción, a casi ninguno.

– Uno no sabe si la corrupción es un producto exclusivo de la clase política y de quienes pueden corromperse a lo grande o, quizá, el reflejo de esa ancestral costumbre hispánica de agujerear la cántara para buscarse la vida a costa de la del otro. ¿Cuál es el origen, pues, de este despropósito?

– Creo que, en buena medida, es una cuestión cultural, de hábitos más arraigados -por cierto- en la Europa de la contrarreforma católica que en la Europa de la reforma protestante. No es exclusiva de la clase política, ni mucho menos.

– ¿El que no dimita nadie no puede deberse a que todos, y no solo los políticos, tengamos nuestra pequeña cuota de corrupción?

– Tiene que ver, desde luego, con esa cultura y con esos hábitos, que, en el fondo, hacen a nuestra sociedad mucho más condescendiente de lo que sería deseable. En la Europa del norte, Rajoy hubiera tenido que dimitir en cuando se divulgaron sus mensajes telefónicos a Bárcenas. Y un tipo como Cañete no encabezaría jamás una candidatura al Parlamento europeo.

– ¿Y no cree que la corrupción política alienta el fraude ciudadano a Hacienda?

– Los grandes defraudadores de Hacienda suelen ser alentadores de la corrupción política. Los pequeños, creo sinceramente que tampoco necesitan mucho “aliento” externo.

– ¿Por qué no se abordan reformas legales serias en los casos de corrupción para agilizar los procedimientos y hacerlos desembocar en juicios y sentencias?

– Se han hecho reformas pero hasta ahora insuficientes. Hay que hacer más. Ahora bien, insisto en que, en el fondo, más que un problema de leyes, es un problema de cultura. Sobre eso tengo un interesante debate con mi compañera Eva Saenz.

– ¿No afecta la corrupción al prestigio y a la legitimidad de la democracia?

 – A la larga, impide la democracia. Por eso es tan importante erradicarla.

– ¿Hoy en día hacen falta más bofetadas que nunca?

– En sentido figurado, quizá sí. De las otras, ya nos hemos dado bastantes a lo largo de la historia.

– ¿Es IU un elemento perjudicial para las coaliciones con el PSOE?

– No tiene porqué. En Andalucía, a pesar del episodio reciente de la vivienda, la coalición está funcionando.

– ¿Qué significa eso que usted dijo de “no dejarse seducir por el canto de sirena del neoliberalismo”?

– No ceder al encanto del enriquecimiento personal como aspiración vital primera, no valorar las cosas por su precio, no aceptar el lujo y las prebendas, distinguir las voces de la honradez de los ecos del relativismo ético, no aceptar la idea de que todos somos iguales y de que el que no aspira a enriquecerse es porque no puede o no sabe. No abandonar la sobriedad como estilo de vida en todos los sentidos. En definitiva, no vivir de manera distinta a como pensamos, porque, si no, acabaremos pensando como vivamos y aceptaremos la desigualdad como algo normal y natural.

– ¿Cree que en España faltan hombres de estado, gobernantes por encima de las pequeñas pasiones de partido, políticos mayores como Churchill o De Gaulle?

– Ahora mismo, sí. A pesar de su impopularidad, el que más se acerca a ese perfil es Rubalcaba.

– Los liberales pensaban que si un estado depende de un solo hombre, mejor que no exista. ¿Es aún peor cuando depende de dos y no se vigilan el uno al otro?

– Para un republicano como yo, las dos situaciones son indeseables. Son necesarios poderes públicos que se limiten entre sí y que limiten a su vez a los poderes privados.

– ¿Cree que hoy hay un menor nivel de exigencia cultural entre la clase política?

 – Quizá.

– Dicen, por lo general, que los políticos no tienen tiempo para la cultura, es decir, ver exposiciones, leer libros, ver películas. ¿Le interesa el cine? ¿Qué películas ha visto últimamente?

– Veo muchas películas en casa en los canales de pago, tengo una pequeña colección y hay quince o veinte clásicas que me pongo con alguna frecuencia. Dos ejemplos recientes: “Erase una vez en América”, de Sergio Leone, y “El sueño eterno”, de Howard Hawks, con Bogart y Bacall.

– ¿Qué libros de la actual narrativa aragonesa conoce? ¿Nos puede decir su escritor preferido?

– Tengo muchos escritores aragoneses “preferidos”. Apunte a Félix Teira, un escritor belchitano descomunal, a Severino Pallaruelo, cuyo “Ruido de zuecos” es un monumento literario o a Juan Bolea y su detective Martina de Santo.

– ¿Qué joven pintor o artista en general, del ámbito aragonés, cree usted que destacará con el tiempo?

– La joven cineasta Paula Ortiz, que destaca ya pero que, con un poco de suerte, llegará muy arriba.

– ¿Le gusta el fútbol? Si es así, ¿es del Real Zaragoza? ¿Qué opinión le merece Agapito Iglesias?

– Mentiría si no me reconociera “madridista tribal”. Pero estuve unos meses en los juveniles del Real Zaragoza y en su 75º Aniversario, desde la Diputación, fui el único político aragonés que homenajeó al Zaragoza con la Medalla de Santa Isabel y con una exposición. Que conste. En cuanto a presidentes, no opino ni de Florentino Pérez, aunque he de decir que me duele mucho la actual situación del club.

– ¿Es el IVA el mayor problema actual de la cultura?

 – Uno de los mayores, sin duda.

– ¿Qué le parece la supresión de la asignatura de educación para la ciudadanía?

– Propio de esa “España inferior que ora y embiste cuando se digna usar de la cabeza”. Propio de quien no sabe que la democracia la mantienen viva ciudadanos comprometidos con los valores constitucionales, con la virtud cívica que siempre reclamaron los republicanos.

– ¿Blindar la religión mientras se suprime la filosofía puede tener consecuencias funestas?

– Joaquín Santos habla del carácter premoderno del neoconservadurismo, que viene a sustituir a la razón de la Ilustración por la religión. Es el Tea Party americano. Es el PP español, una versión más cutre de ese mismo neoconservadurismo. ¿Consecuencias nefastas? Por supuesto. Pero pueden evitarse votando. Qué quiere que le diga.

– ¿Qué esperanza les queda a quienes no logran encontrar trabajo?

– Aspiro con todas mis fuerzas a que nos convirtamos nosotros en esa esperanza y que no les defraudemos.

– ¿A qué carta quedarnos cuando la carta del restaurante ofrece un plato único? ¿Estamos en el fin de la crisis o en su continuación?

 – Quizá en una cierta “cronificación” de la crisis que necesita otro tratamiento para ser superada.

– ¿No cree que este país vuelve a estar más cerca del universo que recreó Berlanga en ‘La escopeta nacional’ que de la España moderna que creímos construir sobre los escombros de aquel tiempo tan magistralmente retratado en la película?

 – Corremos el riesgo de volver a aquella España, con marqués onanista incluido, pero está en nuestras manos evitarlo.

– ¿Los cambios en la sociedad exigen una reforma en la Constitución?

– Sí, para acomodar la estructura territorial en un modelo federal y dar así una salida al problema de Cataluña y para fortificar el Estado de Bienestar, constitucionalizando los derechos a la salud y a los servicios sociales y fijando un Principio de Estabilidad Social.

– Si usted no cumpliese su programa, o parte de él, ¿dimitiría?

– Si no tuviese razones muy convincentes, sin dudarlo ni un segundo.

– ¿Hace usted política para el auditorio?

– Si eso es sinónimo de falta de compromiso, no. Para que me escuchen, sí. Pero con vocación de verdad y tratando de respetar siempre la inteligencia del oyente.

– ¿Qué parte de demagogia hay en sus discursos? ¿Son discursos populistas como un arma invencible?

– Procuro que ninguna. Es verdad que hacerse oír entre el ruido mediático obliga a menudo al trazo grueso y a simplificar demasiado los mensajes. Pero procuro ser riguroso y veraz.

-¿No es la economía la madre de la política? Si es así, ¿existen las ideologías como antaño se entendían?

– No. La política puede condicionar los procesos productivos y puede dirigir los distributivos. Hay quienes creen que la política debe renunciar a intervenir en esos procesos y, al defender que no hay alternativa a esa visión, proclaman el fin de las ideologías. Ésa es la gran trampa de la ideología neoliberal. Pero sí hay alternativas, sí hay otra ideología que considera justamente lo contrario, es decir, que la política puede y debe intervenir en esos procesos.

– ¿Está de acuerdo en lo que dijo Salomón: “El que manda, manda, y cartucho al cañón”?

– Salomón no lo sé. La gente del PP sí piensa de esa manera.

– Giulio Andreotti dijo que “el poder desgasta, pero la oposición mucho más”. ¿Comparte usted esa frase?

– Un demócrata debe valorar la importancia de la oposición para la salud del sistema. Andreotti era otra cosa, estaba en política por lo que estaba y, para ello, lo único que le importaba era el poder.

– El PSOE promete cambiar en Europa lo que no ha cambiado aquí? ¿Cómo se entiende? ¿Dónde están sus propuestas y sus aliados?

– El fracaso de Hollande demuestra que un solo país no puede enfrentarse a la troika. El PSOE ha renovado radicalmente su proyecto, su discurso y sus propuestas concretas en la Conferencia Política del pasado noviembre. Los socialistas aragoneses estamos trasladando ahora esa renovación a nuestro ámbito. Pero el margen de maniobra para un cambio real será pequeño si no cambiamos antes la política europea a través de las elecciones del próximo día 25.

– ¿Está de acuerdo con aquella frase de La Rochefoucauld de que “nada es más contagioso que el ejemplo?

– Sí. Por eso me parece tan importante que los políticos desarrollemos a fondo la dimensión de la ejemplaridad, de la práctica pública y privada de los valores que decimos encarnar.

– Se celebra estos días el 450 aniversario de Shakespeare. ¿No da un poco de vértigo que sus obras sigan tan vigentes y que el ser humano siga cometiendo los mismos errores?

– Sabemos que nuestros tatarabuelos del neolítico eran ya como nosotros a casi todos los efectos, para bien y para mal. Lo de Shakespeare nos pasa con Homero, con Dante o con el Arcipreste de Hita, por incluir a este paisano nuestro cuya lectura recomiendo vivamente.

– ¿Nos sacudimos y nos dejamos llevar por la superficialidad?

 – Al neoliberalismo le va bien así.

 – ¿Qué le hace ser malo, señor Lambán?

– En el sentido de perverso, no soy malo. Me considero, “en el buen sentido de la palabra, bueno”.

 – ¿Cómo hace para relajarse de la tensión?

 – Ponerme a Estrella Morente, a Camarón, a Lluís Llach o a Serrat. Este último, del que me considero amigo, es el mejor ejemplar de ser humano del que tengo noticia.

 – ¿Qué le gustaría que dijeran de usted las futuras generaciones?

 – No me veo digno de interesar a las futuras generaciones.

    Desde su atalaya política nuestro hombre quiere dentro de su partido  «propiciar el debate interno y que las sedes, agrupaciones y las casas del pueblo «dejen de ser durmientes» y pierdan el miedo al debate y a la confrontación de ideas, pero también abrirse al exterior y «enseñar una bandera de colaboración» a la Universidad, sindicatos, empresa, ambientes culturales, ciudadanos y vecinales para conformar un nuevo proyecto político que permita «reconciliar» al PSOE con la sociedad, aprovechando también las posibilidades que ofrecen las nuevas tecnologías.

   En el ámbito de la comunidad Javier Lambán se ha mostrado «partidario de colaborar con el Ejecutivo con propuestas como un plan ambicioso de creación de empleo en el que participen todas las administraciones aragonesas; un paquete de medidas para mejorar las posibilidades de competir de la economía y un gran acuerdo en torno a cómo se ha de redimensionar la administración, «fundamental» para evitar duplicidades, para que la política sea eficaz en el cumplimiento de sus fines y para propiciar un desarrollo homogéneo del territorio».

    Un verdadero placer charlar con usted, señor Lambán ¡Suerte en sus empeños políticos!

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